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Amanda Puig, en una fotografía de Fran Lorente |
Madrileña de pura cepa con apellido catalán, esta motera dueña de un
yorkshire “nada pijo”, a pesar de su juventud vive de lo que más le gusta:
cantar, a pesar de que asegura que en la ducha está calladita. Absolutamente
polifacética, ha realizado la promoción de la serie Smash de AXN white; ha sido Arenita en Bob Esponja, Mary Poppins, La Bella , Wendy… La vimos recientemente en el Ateneo
Cultural Primero de Mayo produciendo el espectáculo Alma de zarzuela y entre actuaciones y clases anda creando con su
chico, Igor Inza, un grupo de pop-rock: Guitrod, ya con algunos temas como este
Ahora me toca a mí, que puedes escuchar AQUÍ.
A mí se me hace raro que alguien
así, como Amanda se dedique a esto del canto… Me cuenta que su madre es
pianista y que desde muy pequeña ha vivido con la música en casa. Ya con trece
años empezó a componer canciones en las que narraba historias que le contaban
sus amigas. Un día, unos amigos la escucharon y la recomendaron educar la voz… “Fui
a un profesor y, desde los 18 años, empecé a engancharme con la lírica”.
Ahora, está a punto de finalizar
el grado superior en la
Escuela Superior de Canto de Madrid, que en canto es
equiparable a una licenciatura. A ello hay que añadir multitud de cursos, como la Master Class con Jeremy Powell
y Mariano Detry; o con Montserrat Caballé y el tenor Ian Baar…
Y, con la que está cayendo, a pesar
de la inestabilidad que conllevan las artes escénicas, vive de trabajar, “eso
sí, sin representante”. Bueno, además del escenario están las clases que
imparte en la Escuela
de Carmen Roche y a particulares.
Anda con un poco de lío sobre su
genero preferido: “Mmmmm… El rock lírico me encanta, pero también la zarzuela”.
Me parece llamativo ver a una
persona joven tan entregada a la zarzuela, pero ella lo tiene claro, “el género
se está quedando atrás. La juventud no sabe ni lo que es, pero es sorprendente
cómo se acercan a la selección que hago en Alma
de zarzuela, que son temas muy divertidos”.
Yo que soy bastante zarzuelero,
creo que no se apoya lo suficiente desde las instituciones al género chico. Y
Amanda comparte: “Es una pena la falta de interés para apoyar un género
eminentemente español. Resulta envidiable cómo otros países defienden, apoyan,
respaldan su música. La crisis está complicando todo más, pero yo sigo
intentando zarzuelear”.
Como no puede ser de otra manera
para una persona implicada en el mundo de las artes es radicalmente contraria a
las medidas del Gobierno que están atacando en plena línea de flotación de la
cultura… Piensa Amanda que “la subida del IVA en las entradas de cines y
teatros dificulta todo más de lo que ya estaba. La cultura se iguala al resto
de bienes de consumo, pero la cultura es un respiro, implica un disfrute,
relaja…, algo muy importante en momentos complicados como los que vivimos. Si
antes era complicado que una familia de cinco miembros compraran unas
entradas…, ahora es imposible”.
- A pesar de todo, con Alma de zarzuela está siendo un éxito…
- Llevo dos años levando el Alma por toda la geografía. Este
proyecto es mi ilusión y lo puedo realizar, primero, gracias al gran apoyo que
me dan mis padres y también por los grandes artistas que me acompañan: Joan
Salas, pianista, actor, bailarín; así como José Cerrato, nuestro don Hilarión,
un excelente amigo y profesional.
Amanda es una soprano poliédrica,
interpreta personajes de lo más variopinto, de Arenita en Bob Esponja a la
casta Susana… Evidentemente no está encasillada, pero claro, me parece
complicado prepararse personajes tan diferentes… “Lo fundamental es la
dirección, pero también hay un trabajo personal detrás. Para preparar Arenita,
que es mi personaje favorito, tuve que verme toda la serie de dibujos. Luego
está el trabajo de la voz, hay que modular la voz… Termina siendo más complicado
preparar musicales infantiles”.
- Y claro, el público también es
variopinto. ¿Adultos o peques?
- Mira, yo a veces me pregunto
para qué estamos en los escenarios. Pienso que el objetivo es que las personas
disfruten de un trabajo bien hecho, que se transporten a un mundo de ilusiones…
Eso sí, el público más agradecido es el infantil. Los niños son muy
participativos. Lo más emocionante, lo mejor del mundo, es que un niño abrace a
Mary Poppins. Yo, los autógrafos los firmo como el personaje que interpreto, no
como Amanda Puig.
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Ahí estamos los dos echando unas risas bajo el objetivo, claro, de Fran Lorente. |