Narbona y su reflejo por @frlorente. |
Os dije después de leer Miedo de ser dos que iba a dar con el autor. Y así fue. Suelo ser
cumplidor. Y que mejor que estos días de feria de libro en Madrid para mostrar
nuestro encuentro. Cuenta con miles de seguidores en su blog y en las redes
sociales gracias a unos artículos que a nadie deja indiferentes. Tanto, que
últimamente ha tenido problemillas de
amenazas. Gran conocedor de la historia reciente y, particularmente, de los
entresijos que se cuecen en Euskadi, o casi mejor Euskalherria, aunque siempre
saldrá alguien que le espete que “no tiene ni puta idea”. Esas cosas nos pasan
a todos.
No sólo es escritor y crítico en El Cultural. Y es que antes de su jubilación ejerció como profesor
de Filosofía en un instituto madrileño. Una jubilación un tanto complicada en
cuyo proceso encontró el apoyo de CCOO y concretamente de la persona que le
asesoró: Luís Castillejo, “una persona muy humana y muy simpática”. Quizá por
su condición de docente, en el libro narra sus experiencias escolares, “sufrí
mucho en la escuela. Considero que no
aprendí nada”, explica.
Por su experiencia
como profesor tiene muy clara su postura ante el sistema educativo: “Soy
totalmente anarquista. Creo que los colegios deberían desaparecer en su forma
actual. Las escuelas desempeñan una función social básicamente represiva de normalización en
el peor sentido de la palabra. Un instituto se parece a la mili, donde tiene que sobrevivir; donde los más débiles sufren el
acoso de sus compañeros y donde la masificación impide que los profesores
tengan un trato más cercano y más humano”.
Es Narbona muy
crítico con la Administración que “ha impuesto unas normas donde lo importante
son los resultados estadísticos. No se puede educar desde una perspectiva estadística,
sino humana”.
En este sentido,
alaba el modelo finlandés, “con clases sin masificar, profesores de refuerzo y
donde se evalúa el comportamiento solidario entre compañeros. Es decir, se
evalúa lo intelectual y lo humano. Se trata de que el niño tenga curiosidad y
ganas de aprender, y que lejos de la coacción los chavales saquen lo mejor de
sí mismos”.
En su blog da a diestro y siniestro
“porque estoy profundamente cabreado; creo que no soy el único; con la
brutalidad policial, con los recortes, con las pérdidas de derechos sociales…”
Recomienda, en este sentido, los artículos de Vicenç Navarro. “un economista serio que aporta unos datos que
quien al leerlos no se cabreé es porque es multimillonario, sin conciencia o
inhumano”. Lo tiene claro Narbona: “Hace falta un cambio radical.
P. Eres crítico literario y también escritor. ¿No suena un poco raro? No
me imagino yo a Boyero dirigiendo pelis, por
ejemplo.
R. Hay muchos escritores que han
empezado como críticos. Es muy extraño que un crítico literario no tenga la
fantasía de ser escritor. Hay un porcentaje muy notable de escritores que han
comenzado como críticos literarios.
P. ¿Y…, tienes valor suficiente para soportar las críticas?
R. Si son adversas te duele
porque un libro es algo muy personal donde se depositan muchas ilusiones, pero
es entendible que te pueden poner a parir y lo he aceptado.
“La literatura, literalmente, me ha salvado la vida”
P. Existe la costumbre de etiquetar los libros. El suyo yo no sé si es
biográfico, o una sucesión de relatos, o una enciclopedia de suicidas, o un
manual de autoayuda, o un manual del suicida. En algún momento lo ha calificado
como “autopsia de una enfermedad”. ¿Es literaturaterapia?
R. Sería un género nuevo. Los
géneros literarios yo no sirven para explicar la literatura contemporánea. Como
crítico muchas veces he cuestionado que existan los géneros. Los géneros
tradicionales se han visto desbordados por la literatura del siglo XXI. El
libro que yo he escrito ha sido mi tabla de salvación. A mí; la literatura,
literalmente, me ha salvado la vida. Si no hubiera escrito este libro no habría
encontrado alternativas, y tal vez mi enfermedad se hubiera exacerbado. No sé
si hubiera tenido un final trágico, pero iba en esa dirección. En 2010 empiezo
a escribir literatura de creación y sí ha sido una terapia que me ha salvado la
vida.
P. ¿Supone este libro la salida del armario de un bipolar?
R. Nunca he ocultado mi
condición de bipolar. De hecho publiqué una carta en El País, pidiendo una salida del
armario de aquellas figuras públicas con trastorno biopolar, que son muchos. Ha
habido gente como Catherine Z. Jones que lo ha reconocido. En España, varios
escritores también, como Leopoldo García Panero. Creo que quienes padecen esta
enfermedad deben dar la cara y ayudar a normalizar la percepción de este
trastorno, que afecta a casi el 2 por ciento de la población, mientras que sólo
están diagnosticados el 30 por ciento.
P. ¿Por qué la importancia del diagnóstico?
R. A muchas personas, como mi
hermano, no se les diagnostica nunca y suelen tener una vida desordenada o un
final trágico. Es la enfermedad que tiene más porcentaje de suicidios. Más que
la esquizofrenia o la depresión. La etiología de la enfermedad se desconoce.
Hay una serie de genes que están alterados. Se puede ser portador del gen y
transmitirlo sin padecer la enfermedad, que da la cara cuando algo desborda los
recursos del individuo. En el libro reflejo los momentos más duros, más negros.
Algún capítulo lo he escrito en momentos de desesperación en que veía el
suicidio como una salida razonable.
P. En alguna parte defines la bipolaridad como “un contrato indefinido con
el sufrimiento”.
R. Es una enfermedad crónica,
incurable, que se puede controlar a través de la medicación, la
psicoeducación…, pero que siempre está ahí. Hace unas semanas, con el cambio de
tiempo y la salida del Sol experimenté un empeoramiento depresivo. La llegada
de la primavera es una época nefasta. Somos biología, pero nos cuesta
reconocerlo.
Guerra civil y Transición
P. En Miedo de ser dos uno de
los leit motiv
es la Guerra Civil…
R. Es algo que marcó mucho a mi
familia. Mi familia tenía una posición económica bastante desahogada. Mi abuelo
Vicente, por el hecho de ser republicano, fue expulsado de la carrera judicial.
Durante la guerra mi padre, que era profesor, fue intérprete traductor de las
Brigadas Internacionales en el frente de Madrid. Después vinieron las
represalias. Para poder trabajar como periodista fue obligado a trabajar como
censor muy a su pesar, algo que me avergonzaba. En la postguerra hubo muchas
personas que para sobrevivir tuvieron que hacer cosas que no les gustaba.
P. Es usted de esa generación que vivió la Transición
siendo muy joven. También es un tema que trata en su libro con un sentido
crítico…
R. Cuando Carrero
Blanco fue asesinado, mi madre, como tantas, pensaba que era el incio de otra
guerra. Recuerdo las manifestaciones asesinatos como los de Arturo Ruiz, Mari
Luz Nágera, los Abogados de Atocha… Sí tuve la sensación de que la Transición
no fue un cambio real, sino un paripé por el que el régimen se autoreformaba
para sobrevivir. Y el tiempo nos ha dado la razón.
“Hace falta un cambio radical”
En el Paseo del Prado, pillados por @frlorente. |
P. Pero si no se hubieran dado pactos como los de la
Moncloa sí podría haber habido mucha más violencia y represión. Quienes tenían
las armas eran los otros…
R. Lo que quiero
decir es que la Transición no la hicieron ni el rey ni Suárez, sino el pueblo
español, que es quien protagonizó infinidad de huelgas y manifestaciones. Si
hubo un cambio no fue por las instituciones, sino por la gente que se
comprometió y exigía un cambio. Es cierto que la correlación de fuerzas era
asimétrica. ¿Qué probablemente no se pudo hacer otra cosa? Es cierto. Pero aquí
los criminales han tenido cargos. Hay 114.00 personas en fosas; la tortura se
ha seguido utilizando; tenemos un jefe del estado impuesto, inviolable,
inimputable; seguimos con calles dedicadas a franquistas y el infame Valle de
los Caídos. El problema vino en los 80. La victoria de Felipe González
desmovilizó a la sociedad. Parecía que ya se había producido el cambio y lo que
vinieron fueron las grandes reformas neoliberales, pero se puso de moda ser
frívolo, la movida…
P. También mencionas la movida en tu libro, con cierto amor odio. Por
una parte la destacas su “espíritu transgresor, su frescura, su desprecio por
los tabúes…”, pero dio lugar a “una generación sin espíritu de resistencia,
ajena al compromiso”.
R. Almodóvar, por ejemplo, hizo películas que hoy día no
se podría ni rodar. Ahora hemos vuelto a un ambiente de puritanismo. La movida
estuvo muy bien, pero por otro lado se puso de moda poner a parir a Marx. El
compromiso social se veía como algo ridículo…
P. Están muy presentes en Miedo de ser dos el cine y la
literatura…
R. Mi padre era
escritor y en casa había una enorme biblioteca. Fui un niño solitario, uraño,
depresivo y la afición al cine y la literatura han jugado un papel en mi
supervivencia. A los 16 años empecé a tener fantasías autodestructivas y uno de
los argumentos a favor de vivir era ver otra película o leer otro cuento.
Siempre retrasé escribir por no repetir el caso de mi padre. Murió en 1972. Era
un autor muy reconocido con quince libros publicados, pero…, luego cayó en el
olvido. Sólo le conocen los especialistas y yo tenía miedo de sufrir un fracaso
similar.
P. Y dejas clara tu fascinación por Marilyn Monroe y Autrey
Hepburn…
R. Una es la elegancia, la
espiritualidad. Sus películas son divertidas. Marilyn es una figura trágica que
sufrió una infancia terrible, que nunca fue feliz. Mi fascinación por Marilyn
no es como objeto erótico, sino por la vulnerabilidad, por lo fácil que era
hacerla daño.
P. En el libro hablas de la muerte, del amor, de Dios,
pero… los animales parecen algo muy importante para ti.
R. Tengo seis perros, cuatro
gatos, un loro y un hurón. Mi casa es un albergue, un refugio. Los animales son
un aspecto fundamental de mi vida. Me han dado amor, cariño. Cuando he pensado
en suicidarme pensaba que no saldrían adelante sin mí. Creo, como decía San
Francisco de Asís, que son nuestros hermanos menores.
Perdón: Leopoldo MARÍA Panero.
ResponderEliminarSeguía a Rafael Narbona. Ahora también a tí. Gracias por la entrevista.
Gracias a ti, Miguel Ángel (Roldán, claro), por tu comentario. También te sigo yo a ti en Twitter.
EliminarGracias Alfonso por la entrevista, merecido reconocimiento a Rafa Narbona, a su trabajo y la gran ayuda de divulgación que supone para muchos Miedo de ser dos.
ResponderEliminarUn amigo me comento “Si quieres conocerme mejor, lee Miedo de ser dos”, lo hice en un fin de semana, ahí se abrió ante mis ojos lo incomprendido, no se si podré ayudar a mi amigo, pero si se que gracias a Miedo de ser dos, podré estar ahí y intentar comprender.
¡Un abrazo para los dos!!!
Gracias Ginamel. En realidad, un poco también se me puede conocer a mí a traves de algunas historias de Miedo de ser dos. Creo que a muchos, y a muchas, de una generación. Otro abrazo.
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