Hemos pasado unas jornadas con epicentro en
Madrid en las que el humor negro ha sido el centro del debate. Yo, que soy
nieto de marmolista por parte materna, siempre he tenido muy claro qué es el
humor negro. Sin ánimo de filosofar ni polemizar, el humor negro, el que
siempre ha estado presente en mi familia, nunca ha sido ofensivo. Una vez dicho
esto me he encontrado con una película en la que el humor negro es tratado de
una forma brillante, elegante, emotiva: Nuestro
último verano en Escocia (What We did
in Our Holiday) Sonreir a costa de la de la guadaña es un ejercicio
importante y quizá más complicado de lo que pueda parecer.
Es
una cinta que rebosa humor ácido e irreverente. Los temas que trata invitan a
ello: la muerte, la hipocresía de los adultos, la separación, los problemas
familiares actuales, incluso una pincelada de tensión nacionalista entre
Escocia e Inglaterra. Claro, si a este gazpacho le añades la mirada sincera de
la infancia el resultado es un tierno ¡zas!
en toda la boca a los mayores. En definitiva, a quienes vemos la peli, que no
podemos por menos, que esbozar una sonrisa.
La cuestión
es que una familia cuyos padres están al borde de la ruptura matrimonial se
dirigen a Escocia a pasar las vacaciones para celebrar el cumpleaños del abuelo
paterno, un abuelo maravilloso que padece una enfermedad terminal. Las
circunstancias se lían entre mentirijillas y mentiras. Situaciones típicas que
se verán solventadas con una idea muy vikinga y marinera. Hasta ahí puedo
escribir.
Director: Andy Hamilton, Guy Jenkin.
Guión: Andy Hamilton, Guy Jenkin.
Reparto: Rosamund Pike, David Tennant,
Billy Connolly, Celia Imrie, Emilia Jones, Ben Miller, Amelia Bullmore, Bobby
Smalldridge, Alexia Barlier, Imogen Toner, Kirstin Murray.
País: Gran Bretaña.
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