Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

domingo, 13 de septiembre de 2015

Rafael Fraguas, periodista y..., profe de geoestrategia y geopolítica


 
En una imagen de @frlorente con su "Madrid, los sentidos".

“La complejidad se combate con complejidad”

Es un periodista de los de toda la vida. Le interesa todo: desde la anécdota local matritense, hasta los servicios secretos y sus desmanes internacionales. No le gusta que los medios de comunicación en la actualidad y en nuestro país solapen información y opinión, porque el lector no sabe a qué atenerse. Durante este curso impartirá un seminario en la Fundación Sindical Ateneo Cultural Primero de Mayo bajo el epígrafe Geopolítica y geoestrategia.


P. Vaya título complicado para un seminario: Geopolítica y geoestrategia
R. Es cierto que esos términos asustan y especialmente a las mujeres.

P. Eso suena machista.
R. No, no, no. Todo lo contrario. La cultura patriarcal ha querido rechazar a la mujer y para ello el poder masculino ha hecho que la política forme parte de eso que no es sentimental, que no es asunto de las mujeres. El poder patriarcal se ha encargado de asustar a las mujeres con términos que pueden parecer complejos. Lo que yo quiero es contribuir a acabar con ese horizonte. Cuento las claves para comprender el dominio del mundo. Es decir, cómo pagan los poderes para hacerse con el control de nuestras vidas.

P. ¿Está hablando de una conspiración internacional?
R. No. Las ideas dominantes son de las élites que dominan. Se trata de desarticular ese entramado a través del saber. No existe una conspiración pero estamos mal acostumbrados. No hay soluciones sencillas a problemas complejos que requieren de muchas variables. Hay que poner el conocimiento al servicio de las personas y hablar de los temas que no se habla nunca.

P. ¿Y cómo cree que está el mundo?
R. No sé cómo está, pero sí cómo va a estar. Se ve venir. Vamos a tener que salir al espacio. La cantidad de armas nucleares es tan siniestramente grande que es muy probable que esto estalle en veinte años por mera estadística de accidentes. Además hay que revertir la contaminación de la biosfera para poder respirar y acabar con las desforestaciones salvajes. En estos seminarios intento chequear información, cruzarla y pergeñar el horizonte. Se trata de alertar a la gente.

P. Le veo un poquito apocalíptico…
R. No soy apocalíptico, me considero más heterodoxo que apocalíptico. Pero la cuestión es que se ha multiplicado por diez mil el poder destructor de la bomba de Nagasaki. Ni siquiera hablo de una guerra nuclear, me refiero a la posibilidad de accidentes con ese tremendo arsenal, tal como ocurrió con Chernobil. La situación es muy compleja y la complejidad se combate con complejidad. Lo positivo es que se está creando conciencia de que no se puede machacar el medio ambiente, lo cual también debe suponer que la riqueza tiene que ser repartida de otra manera porque este planeta tiene muchas posibilidades para alimentar a todo el mundo.


P. ¿Todo eso es geostrategia?
R. El asunto consiste en contar las arbitrariedades y evitarlas. En el mundo actual no hay capacidad de empatizar, por ejemplo, con aquellos países gobernados por personas que no saben discernir entre estado y religión. Occidente se ha buscado la situación en que está, porque si aniquilas un estado necesitas tener alternativas. Eso es geoestrategia.



Junto al Museo del Prado, momento espontaneo captado por @frlorente.

P. ¿No ha funcionado la globalización?
R. Sólo se puede globalizar lo virtual, por ejemplo, el mundo financiero que es el que ha impuesto un mensaje ultraliberal y desigualitario. Sin embargo, los derechos humanos y la solidaridad no se han podido globalizar. Hay que arrebatar el mundo tecnológico y ponerlo al servicio de las mayorías.

P. ¿Y cómo ve la situación en España con la aparición de los llamados partidos emergentes?
R. Cuando problemas y soluciones pasan por el mismo sitio, ese sitio determina un lugar de poder. En ese sitio tratan de situarse los partidos emergentes. Mientras, la izquierda y la derecha son distintas caras de una misma moneda: la derecha concibe este país con visceralidad y la izquierda aporta racionalidad y sensatez.

Madrid, los sentidos

Es difícil encontrar personas que amen a Madrid, pero Fraguas es una de ellas. En su último libro sobre el foro, Madrid, los sentidos, invita a recorrer la ciudad con la mirada alzada y los sentidos a flor de piel. Explica que le gustaría que vieran a Madrid “más vinculada a la delectación de los sentidos y la luz”. Está convencido Fraguas de que lo mejor de Madrid, “una ciudad más importante de lo que creemos”, es su gente. Pero también es la ciudad de historias ocultas y clandestinas, de los viajes de agua, las fuentes, los cementerios, la arquitectura… “Una ciudad víctima de una historia muy impuesta”. Madrid, los sentidos está editado por Tirant lo Blanch.

La fresca brisa de la gente normal

El curso pasado, 142 personas vivieron expectantes, semana a semana, el seminario impartido por Rafael Fraguas en la Fundación Sindical Ateneo Primero de Mayo sobre Análisis político. Afirma sentirse “muy contento por contribuir a democratizar una parcela del conocimiento secuestrada por tertulianos y gente de poder”. Asegura que hay que democratizar esos escenarios para introducir “la fresca brisa de la gente normal y buena para humanizar la política. Es como sacar la ópera del Teatro Real”.


Rafael Fraguas nació en 1949 en Madrid. Bajo el franquismo, militó en la clandestinidad en el Partido Comunista de España, de cuyo diario, Mundo Obrero, fue redactor de Política Internacional. Fue miembro de la plantilla fundacional de El País, medio en que sigue publicando y para el que fue enviado especial al Medio Oriente, África Negra, el Magreb y Europa Occidental. Es especialista en Islam chií, en organizaciones de inteligencia y armas nucleares. Obtuvo el premio del Club Internacional de Prensa a la mejor labor periodística escrita en 2006. Ha sido galardonado con el premio Francos Rodríguez 2009, que otorga anualmente la Asociación de la Prensa de Madrid a la mejor labor periodística sobre Madrid. En la primavera de 2011 obtuvo el Premio Pilar Blanco de Comisiones Obreras al mejor trabajo periodístico anual de contenido socio-laboral. El pasado año obtuvo el premio al Compromiso Urbano individual del Club de Debates Urbanos de Madrid.

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