Los abusos sexuales por
parte de sacerdotes no formaban parte de la agenda setting. Eso que en época de los dinosaurios enseñaban en la
Facultad de Periodismo y que básicamente es la relevancia que los medios de
comunicación dan a las informaciones. Es decir, hay informaciones que existen
mucho; otras, poco y otras nada según se
considere por las empresas informativas. Si alguien tiene interés, hay tochos
dedicados al asunto… El periodismo de investigación tradicional, de calidad,
suele situarse fuera de la agenda setting.
Un gran reportaje puede comenzar por la “irrelevante” información de un breve
perdido y emparedado en una página par. Spotlight
es una gran película en la que el protagonista es el periodismo de
investigación bien hecho, no los periodistas; ni siquiera el escándalo sexual
que envuelve a la Iglesia católica.
Hacía
tiempo que al finalizar una película no me sobrevenían las ganas de aplaudir y
con Spotlight me ha ocurrido. No digo a rabiar, pero sí aplaudir. La historia
que relata la cinta es real y no tan lejana. Cuenta la historia del equipo de
investigación del Boston Globe, Spotlight, que sacó a la luz
innumerables casos de pedofilia perpetrados por sacerdotes católicos. Este
trabajo consiguió que el periódico fuera galardonado con un premio Pulitzer.
Sin
duda será uno de los grandes títulos de cine sobre periodismo como Todos los hombres del presidente, Primera plana, Buenas noches y buena suerte…, en la que los periodistas son, como
se dice ahora, “gente normal”. Raros por amar su profesión, por no callarse
ante el poder, por echar horas y horas trabajando, pero gente normal enamorados
de desvelar verdades ocultas.
El
papel del papel es importante, desde recortes o anuarios que sólo existen en
papel, hasta el resultado impreso en papel, que ofrece seriedad al asunto. Y
claro, si no hubiera fuentes, si los periodistas no bailaran suavemente con sus
fuentes no habría historias que investigar.
También
hay autocrítica y el valor de esa experiencia que sujeta los estribos a la
juventud impaciente porque las prisas no suelen ser buenas compañías para
rematar un buen trabajo. También hay abogados que trafican con silencios a
cambio de buenas minutas. Y abogados que defienden a los más débiles
enfrentados a Goliat con la prensa cómplice como honda.
Una
peli muy recomendable en todos los sentidos. Es más, si no hubiera sido por el
11-S, la gran bomba informativa habría resquebrajado quizá con más virulencia
los pilares de la Iglesia católica. Pero la agenda setting, es la agenda setting.
País:
Estados Unidos.
Director:
Thomas McCarthy.
Guión:
Thomas McCarthy, Josh
Singer.
Reparto: Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Liev Schreiber, John
Slattery, Stanley Tucci, Brian d'Arcy James, Gene Amoroso, Billy Crudup, Elena
Wohl, Doug Murray, Sharon McFarlane, Jamey Sheridan, Neal Huff, Robert B.
Kennedy, Duane Murray, Brian Chamberlain, Michael Cyril Creighton, Paul
Guilfoyle, Michael Countryman.
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