Villalobos fotografiado por @frlorente. |
Madrileño
de Moratalaz y vallecano de adopción, Quique,
que es como le conoce todo el mundo, acaba de cumplir medio año al frente de la
Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid. A sus 47 años se
siente “optimista pero no triunfalista” y con muchas ganas de trabajar una vez que se
ha puesto al día en los asuntos que no manejaba con destreza. Un aprendizaje
que ha ido en paralelo al de los nuevos representantes municipales y
autonómicos elegidos en las elecciones del 24 de mayo.
"Creemos que hace falta más valentía para romper con el pasado"
Tras unas amplias
gafas redondeadas que bien podrían ser de John Lennon y una barba nada moderna,
Enrique Villalobos deja entrever una gran experiencia en el mundo del
asociacionismo. Chico de barrio, a los seis años ya estaba participando en el
movimiento Scout. Realizó estudios de Geología, aunque lleva casi 30 años
dedicado profesionalmente a la formación sociocultural
. Fue en 2003 cuando crea la primera “ciberasociación” de vecinos y es que el PAU de Vallecas fue un lento parto repleto de problemas.
- Supongo que presidir la Asociación de Vecinos
del PAU de Vallecas ha sido una buena escuela…
- La crisis hizo
que el barrio se quedara a medias y, en el PAU de Vallecas, posiblemente
tenemos barrio porque nos lo hemos trabajado en una lucha permanente, desde
conseguir que se coloquen las placas de las calles hasta que se acabe la
construcción de los parques. Cuando nos entregaron las viviendas quedaron
pendientes dos problemas: los olores de la incineradora de Valdemingómez y la
venta de vivienda pública del IVIMA a fondos buitres. La tercera parte de lo
vendido en Madrid a fondos buitre pertenece al PAU de Vallecas.
-
¿Se han solucionado esos problemas?
- Respecto a las
demandas para acabar con el hedor de la incineradora, el nuevo Gobierno de la
capital nos ha mostrado su intención de solucionarlo y acabamos de firmar un
convenio según el cual se encargarán estudios independientes de olfatometría con una comisión de
seguimiento. Además, esta experiencia servirá como punta de lanza para el
tratamiento de residuos. Esperamos que en dos meses esté funcionando esa
comisión de seguimiento.
-
¿Y sobre la venta de viviendas públicas a “fondos buitre”?
- Desde el verano
de 2013 estamos metidos con este asunto hasta arriba, lo que cual nos impide ir
haciendo barrio en lo concreto. Hemos tenido que guardar los pequeños problemas
para atender un asunto que conlleva exclusión y falta de seguridad. En el PAU
de Vallecas, por ejemplo hay dos edificios que han terminado abandonados y han
sido ocupados por mafias que revenden, realquilan, intimidan, venden droga,
imponen su ley. Pero es un problema de todo Madrid en el Alto de San Isidro, en
Entrevías, en zonas de Carabanchel, de Parla, de Navalcarnero…
-¿Cuál
sería la solución?
- Aplicar la ley y
realojo con un fuerte seguimiento de asuntos sociales. El realojo debe ser disperso
y requiere de la implicación de todas las administraciones. Hay que realizar
cambios legislativos para que la policía actúe con rapidez y que todos los
casos se agrupen en un solo juzgado. En Madrid capital existe una carencia
absoluta de medios policiales, estamos en mínimos históricos de policía
municipal. No puede ser que una mafia ocupe un edificio y se tarden dos años en
desalojarlo y que un ciudadano se organice para defender sus derechos y acabe
en la cárcel. Para resolver este problema es necesaria la colaboración del
decanato de jueces, fiscal general, vicepresidencia del Gobierno, Comunidad
autónoma y Ayuntamiento de Madrid.
-
¿Cree que a raíz del 15-M vivimos un renacimiento del asociacionismo vecinal?
- El 15-M ha sido
un revulsivo no sólo para el movimiento
vecinal. El Estado no funcionaba, estaba anquilosado y esa vida contemplativa
de la ciudadanía, en general, acabó. La gente empezó a salir a la calle y
ninguna entidad o asociación se ha visto ajena, incluidas las de vecinos. Ahora
creo que el 15-M se ha territorializado y el movimiento continúa en los
barrios. Ha habido asociaciones muy favorables a aquel movimiento y otras
enfrentadas porque no veían reconocido su trabajo, su “travesía en el desierto”
de años; pero en el fondo la reivindicación es la misma: “menos poderes
fácticos”.
-
Además de fondos buitre, seguridad o residuos, ¿qué asuntos concretos están en
la agenda vecinal?
- Se realiza mucho
trabajo de emergencia social y desde el principio con la PAH (Plataforma de
Afectados por las Hipotecas). También se han creado asambleas de desempleados.
Son trabajos que finalmente son muy psicológicos,, muy de apoyo a personas
destrozadas. Además de la puesta en marcha de comedores populares o roperos,
durante la crisis, las asociaciones están haciendo una gran labor de terapia
vecinal escuchando a vecinos y vecinas que lo están pasando muy mal.
Y pillados por @frlorente en Moratalaz. |
-¿Y
retos?
- Hemos puesto en
marcha la “Escuela vecinal”, un espacio para intercambiar conocimientos porque
todos tenemos que aprender de todos. Ahí estamos aunando experiencia y
frescura. Como gran reto, tenemos que hacer autocrítica sana y abrir la
Federación a las personas y todos los municipios, pues de las doscientas
setenta y una asociaciones federadas; ciento sesenta y seis están en Madrid
capital. Hay que posibilitar la organización de las personas para que peleen
por sus derechos. La Federación siempre ha sido un punto de encuentro con el
objetivo de unir colectivos y abogar más por lo que nos une que por lo que nos
separa.
-
¿Cómo está siendo la relación con el
Ayuntamiento de Madrid? ¿Cómo ve los presupuestos aprobados?
- La interlocución
está siendo muy fácil desde el primer momento., aunque todo depende de las
personas. De este dialogo se han generado avances como que los plenos
municipales tengan horario de tarde, la puesta en marcha de procesos
participativos o participación en eventos culturales. En la política mayor es
donde no se dan todos los avances que quisiéramos porque después de veinticinco
años de gobiernos del PP se han dejado las cosas muy bien atadas. Creemos que
hace falta más valentía para romper con ese pasado. Hay que realizar cambios
para que la ciudad sea lo que la ciudadanía quiere. Hay que descentralizar y dar
más competencias a las juntas municipales. Respecto a los presupuestos son
continuistas aunque con otros enfoques. Asumiendo que quizá no se ha podido
hacer otra cosa, Madrid necesita mucha más inversión social.
-
¿Y la Comunidad de Madrid?
- La predisposición
a la interlocución ha supuesto un cambio de 180 grados, pero no nos conformamos
con hablar. La cuentas de la región son como siempre pero algo maquilladas. No
vemos al gobierno ni a Ciudadanos queriendo revertir las viviendas del IVIMA o
posibilitando que la gestión del Canal de Isabel II sea pública.
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