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viernes, 4 de marzo de 2016

Enrique Villalobos, presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM)

Villalobos fotografiado por @frlorente.
Madrileño de Moratalaz y vallecano de adopción, Quique, que es como le conoce todo el mundo, acaba de cumplir medio año al frente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid. A sus 47 años se siente “optimista pero no triunfalista”  y con muchas ganas de trabajar una vez que se ha puesto al día en los asuntos que no manejaba con destreza. Un aprendizaje que ha ido en paralelo al de los nuevos representantes municipales y autonómicos elegidos en las elecciones del 24 de mayo.

"Creemos que hace falta más valentía para romper con el pasado"



Tras unas amplias gafas redondeadas que bien podrían ser de John Lennon y una barba nada moderna, Enrique Villalobos deja entrever una gran experiencia en el mundo del asociacionismo. Chico de barrio, a los seis años ya estaba participando en el movimiento Scout. Realizó estudios de Geología, aunque lleva casi 30 años dedicado profesionalmente a la formación sociocultural

. Fue en 2003 cuando crea la primera “ciberasociación” de vecinos y es que el PAU de Vallecas fue un lento parto repleto de problemas.

- Supongo que presidir la Asociación de Vecinos del PAU de Vallecas ha sido una buena escuela…
- La crisis hizo que el barrio se quedara a medias y, en el PAU de Vallecas, posiblemente tenemos barrio porque nos lo hemos trabajado en una lucha permanente, desde conseguir que se coloquen las placas de las calles hasta que se acabe la construcción de los parques. Cuando nos entregaron las viviendas quedaron pendientes dos problemas: los olores de la incineradora de Valdemingómez y la venta de vivienda pública del IVIMA a fondos buitres. La tercera parte de lo vendido en Madrid a fondos buitre pertenece al PAU de Vallecas.

- ¿Se han solucionado esos problemas?
- Respecto a las demandas para acabar con el hedor de la incineradora, el nuevo Gobierno de la capital nos ha mostrado su intención de solucionarlo y acabamos de firmar un convenio según el cual se encargarán estudios independientes de olfatometría con una comisión de seguimiento. Además, esta experiencia servirá como punta de lanza para el tratamiento de residuos. Esperamos que en dos meses esté funcionando esa comisión de seguimiento.

- ¿Y sobre la venta de viviendas públicas a “fondos buitre”?
- Desde el verano de 2013 estamos metidos con este asunto hasta arriba, lo que cual nos impide ir haciendo barrio en lo concreto. Hemos tenido que guardar los pequeños problemas para atender un asunto que conlleva exclusión y falta de seguridad. En el PAU de Vallecas, por ejemplo hay dos edificios que han terminado abandonados y han sido ocupados por mafias que revenden, realquilan, intimidan, venden droga, imponen su ley. Pero es un problema de todo Madrid en el Alto de San Isidro, en Entrevías, en zonas de Carabanchel, de Parla, de Navalcarnero…

-¿Cuál sería la solución?
- Aplicar la ley y realojo con un fuerte seguimiento de asuntos sociales. El realojo debe ser disperso y requiere de la implicación de todas las administraciones. Hay que realizar cambios legislativos para que la policía actúe con rapidez y que todos los casos se agrupen en un solo juzgado. En Madrid capital existe una carencia absoluta de medios policiales, estamos en mínimos históricos de policía municipal. No puede ser que una mafia ocupe un edificio y se tarden dos años en desalojarlo y que un ciudadano se organice para defender sus derechos y acabe en la cárcel. Para resolver este problema es necesaria la colaboración del decanato de jueces, fiscal general, vicepresidencia del Gobierno, Comunidad autónoma y Ayuntamiento de Madrid.

- ¿Cree que a raíz del 15-M vivimos un renacimiento del asociacionismo vecinal?
- El 15-M ha sido un revulsivo  no sólo para el movimiento vecinal. El Estado no funcionaba, estaba anquilosado y esa vida contemplativa de la ciudadanía, en general, acabó. La gente empezó a salir a la calle y ninguna entidad o asociación se ha visto ajena, incluidas las de vecinos. Ahora creo que el 15-M se ha territorializado y el movimiento continúa en los barrios. Ha habido asociaciones muy favorables a aquel movimiento y otras enfrentadas porque no veían reconocido su trabajo, su “travesía en el desierto” de años; pero en el fondo la reivindicación es la misma: “menos poderes fácticos”.

- Además de fondos buitre, seguridad o residuos, ¿qué asuntos concretos están en la agenda vecinal?
- Se realiza mucho trabajo de emergencia social y desde el principio con la PAH (Plataforma de Afectados por las Hipotecas). También se han creado asambleas de desempleados. Son trabajos que finalmente son muy psicológicos,, muy de apoyo a personas destrozadas. Además de la puesta en marcha de comedores populares o roperos, durante la crisis, las asociaciones están haciendo una gran labor de terapia vecinal escuchando a vecinos y vecinas que lo están pasando muy mal.

Y pillados por @frlorente en Moratalaz.
-¿Y retos?
- Hemos puesto en marcha la “Escuela vecinal”, un espacio para intercambiar conocimientos porque todos tenemos que aprender de todos. Ahí estamos aunando experiencia y frescura. Como gran reto, tenemos que hacer autocrítica sana y abrir la Federación a las personas y todos los municipios, pues de las doscientas setenta y una asociaciones federadas; ciento sesenta y seis están en Madrid capital. Hay que posibilitar la organización de las personas para que peleen por sus derechos. La Federación siempre ha sido un punto de encuentro con el objetivo de unir colectivos y abogar más por lo que nos une que por lo que nos separa.

-  ¿Cómo está siendo la relación con el Ayuntamiento de Madrid? ¿Cómo ve los presupuestos aprobados?
- La interlocución está siendo muy fácil desde el primer momento., aunque todo depende de las personas. De este dialogo se han generado avances como que los plenos municipales tengan horario de tarde, la puesta en marcha de procesos participativos o participación en eventos culturales. En la política mayor es donde no se dan todos los avances que quisiéramos porque después de veinticinco años de gobiernos del PP se han dejado las cosas muy bien atadas. Creemos que hace falta más valentía para romper con ese pasado. Hay que realizar cambios para que la ciudad sea lo que la ciudadanía quiere. Hay que descentralizar y dar más competencias a las juntas municipales. Respecto a los presupuestos son continuistas aunque con otros enfoques. Asumiendo que quizá no se ha podido hacer otra cosa, Madrid necesita mucha más inversión social.

- ¿Y la Comunidad de Madrid?

- La predisposición a la interlocución ha supuesto un cambio de 180 grados, pero no nos conformamos con hablar. La cuentas de la región son como siempre pero algo maquilladas. No vemos al gobierno ni a Ciudadanos queriendo revertir las viviendas del IVIMA o posibilitando que la gestión del Canal de Isabel II sea pública.

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