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martes, 18 de enero de 2011

Excelente Icíar Bollaín con También la lluvia, cine militante

Lo bueno de ir al cine un viernes a las cuatro de la tarde es que si la peli es mala el sopor se va apoderando de uno lentamente. Era viernes. El primer viernes después del trajín navideño, después de la primera semana laboral completa para quienes tenemos la fortuna de contar con un empleo. Y decidí poner a prueba la película de la gran Icíar Bollaín.

La intensidad de la película crece a velocidad, que no hay que esperar muchos planos hasta mantenerla en un elevado punto y, lo más complicado, esa intensidad se mantiene hasta que aparecen los créditos.

No nos engañemos, igual que en tantos ámbitos de la vida, el hecho de ser mujer hace que, en este caso Icíar Bollaín, tenga que demostrar que su trabajo es excepcional. Y como mujer, trabaja las emociones con especial sensibilidad. Con También la lluvia el cine militante, político, social, o como los cinéfilos quieran llamar, se asoma a las salas para trastear en nuestras conciencias.

Es un cine militante porque hace que nos rebelemos contra la injusticia contextualizada en la Guerra del agua que aconteció en Bolivia, concretamente en Cochabamba en 2000, cuyo detonante fue la privatización de la gestión del agua (la misma teoría política que propone Esperanza Aguirre en nuestro Madrid con el Canal de Isabel II). Injusticia porque con esa privatización se quitaba la vida a los más desfavorecidos, a los indígenas… Y ahí surge el paralelismo con el descubrimiento y la conquista de las Indias.

Tambien la lluvia es una película dentro de una película repleta de matices. Un equipo se traslada a Cochabamba para grabar un filme basado en la conquista de América, y las barbaridades que allí se hicieron con los indígenas, cuando les sorprende la revuelta. A partir de ese instante cada miembro del equipo irá evolucionando, algunos sorprendentemente. Costa, el productor, interpretado por Luís Tosar, iniciará su viaje particular desde el egoísmo absoluto hasta empatizar con la causa de la justicia. Sebastián, el director, interpretado por Gael García, hará el viaje contrario. Ambos espoleados por la figura de Daniel, el indígena testarudo, luchador, líder nato.

Pero el resto del equipo también se descubre a sí mismo: Antón, trasunto de Colón, interpretado excelentemente por Karra Elejalde, un lobo solitario, como el descubridor; pero irónico, bebedor, que será icono de la coherencia. Frente a él, dos actores que interpretan a Fray Bartolomé de las Casas y a Antonio Montesinos, frailes defensores de los indígenas. Ambos, como los frailes que interpretan, son radicales defensores de los derechos hasta que ven las orejas al lobo. Son el prototipo de revolucionarios de café. Como tantos. Yo, por cierto, indignado, al salir del cine me fui a tomar un café y a despotricar contra los mercados. Y a imaginar la revolución.

Ahí va el trailer:

Dirección: Icíar Bollaín.

Guión: Paul Alberti.

Reparto: Luis Tosar, Gael García Bernal, Juan Carlos Aduviri, Karra Elejalde, Raúl Arévalo.

País: España, Méjico, Francia.

2 comentarios:

  1. con esa directora y ese reparto, ya me llamaba. Ahora mucho más. Gracias, asesor cinematográfico. un besazo

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  2. Tengo ganas de verla, lo malo (en mi caso) es que este tio de películas me dejan varios días pensando y dándole vueltas al coco...

    Un abrazo!

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