Colegas de aquí y de allá me decían que había que verla, que El discurso del rey (The king’s speech) había que verla y, evidentemente, en versión original, que la cosa del hablar, el no hablar, el diccionar, el tartamudear…, tiene gran importancia. Es El discuros del rey una historia de la historia. Una historia de amistad, de las pequeñas, aunque importantes, cuando los protagonistas somos nosotros, gentes de a pie; y que en este caso cobra relevancia porque es vivida por un rey.
Y, caramba, en un momento y un lugar excepcionales. En la Gran Bretaña de los años previos a la Segunda Guerra Mundial. En esos días, que parece que lo hizo a posta para jorobar, muere el rey Jorge V, y el heredero será su hijo Eduardo VII, pero éste se ve obligado a abdicar. Como es sabido, Eduardo se enamoró hasta los tuétanos de una norteamericana casada. Y eso es un lío para una monarquía, y más aún si eres el jefe supremo de la Iglesia. Hombre, gracias a ir superando estas cosas, Felipe de Asturias ha podido casarse con una periodista divorciada, pero esa es otra historia.
Además, parece que Eduardo, muy moderno para unas cosas y preocupado por los menos favorecidos, flirteaba con el regimen de Hitler. Un par de pinceladitas aparecen en la peli. Es más, se dice que habría tenido conversaciones para recuperar la corona en caso de que Hitler hubiera ganado. En Inglaterra han desclasificado papeles y no parece que haya nada, pero por la parte nazi, sí parece haber documentación. Cualquiera sabe.
El hecho es que al abdicar Eduardo, la corona recae en su hermano, Bertie para amigos y familiares, que se convertirá en Jorge VI. Frente a un Hitler, que otra cosa no, pero hablaba que no vea usted qué discursos daba; Jorge VI es un rey tartamudo. Acomplejado, avergonzado por ello, inseguro, necesita desesperadamente juntar las palabras de tirón al hablar.
Su mujer, la reina Isabel (que sería la reina madre, la que se murió con más de 100 años), le busca un logopeda australiano un tanto heterodoxo llamado Lionel Logue. Se inicia una terapia, con un proceso de tiras aflojas, encuentros y desencuentros que acaba en gran amistad.
Es eso, la humana historia de una amistad, emotiva, emocionante con un discurso que nos tiene a todos en vilo no tanto por su contenido (joé, eso que se trata de la proclamación de guerra contra Alemania), como por su continente, o sea el tartamudeo del rey. Que nos tiene a todos agarrados a la butaca ayudándo, empujando a pronunciar con el fondo de unas magníficas imágenes del pueblo británico escuchando atento, apesadumbrado, preocupado.
Y es que la peli es redondita, que la ambientación, la música, la interpretación…, todo hace que disfrutemos del cine. Colin Firth interpreta a Bertie, o sea a Jorge VI, espléndidamente. ¿Le recordáis aquí (pincha)? También nos encontramos a un excelente secundario, Derek Jacobi, que seguimos en la tele hace años abanderando esta magnífica serie. Pincha aquí para recordarla. En esta ocasión es el arzobispo Cosmo Lang, que evidencia que la iglesia, sea la que sea, siempre está metiéndose en todo.
Y puestos a rememorar, si pinchas aquí, puedes ver a Geoffrey Rush magnífico interpretando a Lionel, el logopeda, coprotagonista de la película en un papel muy diferente. Por último, Helena Bonham, que va a terminar encasillándose como reina. Míralo aquí.
¡Ah! y si puedes, no te la pierdas. En versión original.
Ahí va el Trailer:
Dirección: Tom Hooper.
Guión: David Seidler.
Reparto: Colin Firth, Helena Bonham Carter, Derek Jacobi, Geoffrey Rush, Michael Gambon, Guy Pearce.
País: Gran Bretaña.
Y, caramba, en un momento y un lugar excepcionales. En la Gran Bretaña de los años previos a la Segunda Guerra Mundial. En esos días, que parece que lo hizo a posta para jorobar, muere el rey Jorge V, y el heredero será su hijo Eduardo VII, pero éste se ve obligado a abdicar. Como es sabido, Eduardo se enamoró hasta los tuétanos de una norteamericana casada. Y eso es un lío para una monarquía, y más aún si eres el jefe supremo de la Iglesia. Hombre, gracias a ir superando estas cosas, Felipe de Asturias ha podido casarse con una periodista divorciada, pero esa es otra historia.
Además, parece que Eduardo, muy moderno para unas cosas y preocupado por los menos favorecidos, flirteaba con el regimen de Hitler. Un par de pinceladitas aparecen en la peli. Es más, se dice que habría tenido conversaciones para recuperar la corona en caso de que Hitler hubiera ganado. En Inglaterra han desclasificado papeles y no parece que haya nada, pero por la parte nazi, sí parece haber documentación. Cualquiera sabe.
El hecho es que al abdicar Eduardo, la corona recae en su hermano, Bertie para amigos y familiares, que se convertirá en Jorge VI. Frente a un Hitler, que otra cosa no, pero hablaba que no vea usted qué discursos daba; Jorge VI es un rey tartamudo. Acomplejado, avergonzado por ello, inseguro, necesita desesperadamente juntar las palabras de tirón al hablar.
Su mujer, la reina Isabel (que sería la reina madre, la que se murió con más de 100 años), le busca un logopeda australiano un tanto heterodoxo llamado Lionel Logue. Se inicia una terapia, con un proceso de tiras aflojas, encuentros y desencuentros que acaba en gran amistad.
Es eso, la humana historia de una amistad, emotiva, emocionante con un discurso que nos tiene a todos en vilo no tanto por su contenido (joé, eso que se trata de la proclamación de guerra contra Alemania), como por su continente, o sea el tartamudeo del rey. Que nos tiene a todos agarrados a la butaca ayudándo, empujando a pronunciar con el fondo de unas magníficas imágenes del pueblo británico escuchando atento, apesadumbrado, preocupado.
Y es que la peli es redondita, que la ambientación, la música, la interpretación…, todo hace que disfrutemos del cine. Colin Firth interpreta a Bertie, o sea a Jorge VI, espléndidamente. ¿Le recordáis aquí (pincha)? También nos encontramos a un excelente secundario, Derek Jacobi, que seguimos en la tele hace años abanderando esta magnífica serie. Pincha aquí para recordarla. En esta ocasión es el arzobispo Cosmo Lang, que evidencia que la iglesia, sea la que sea, siempre está metiéndose en todo.
Y puestos a rememorar, si pinchas aquí, puedes ver a Geoffrey Rush magnífico interpretando a Lionel, el logopeda, coprotagonista de la película en un papel muy diferente. Por último, Helena Bonham, que va a terminar encasillándose como reina. Míralo aquí.
¡Ah! y si puedes, no te la pierdas. En versión original.
Ahí va el Trailer:
Dirección: Tom Hooper.
Guión: David Seidler.
Reparto: Colin Firth, Helena Bonham Carter, Derek Jacobi, Geoffrey Rush, Michael Gambon, Guy Pearce.
País: Gran Bretaña.
Acabo de comentar en mi "casa" que todavia estoy asimilando las interpretaciones de éstos dos,
ResponderEliminar( bueno en general todos están bastante bien )en una pelicula que se centra en todo eso que cuentas, la amistad, la humanidad de los personajes y el contexto, importante ..¡tremendamente importante ! es secundario para la pelicula ..
( Los "Hitler" de la historia a veces son grandes oradores ).
Me ha gustado muchisimo. Ultimamente no nos regalan demasiado con trabajos asi..Los ingleses, los actores quiero decir se llevan la palma en ésto de la interpretación..con razón se forman en el teatro la mayoria de ellos.
Un beso dominguero ;-)
Aún no he podido verla, y está entre mis favoritas para los oscars!! Espero que me de tiempo!
ResponderEliminarUn abrazo!!