INICIO

lunes, 28 de marzo de 2011

Beatriz Galindo, La Latina

“Aquella Latina
que apenas nuestra vista determina
si fue mujer o inteligencia pura,
docta con hermosura
y santa en lo difícil de la corte.”


Caminamos por sus calles, en las que ella vivió, sin saber que el nombre de ese distrito madrileño, realmente, era el apodo de una mujer olvidada: Beatriz Galindo (Salamanca, 1465-1534). Lo de La Latina, le vino por su fama de mujer muy versada en letras y humanista cultivadora del latín, en un tiempo en que la lengua clásica apenas era contemplado, ni siquiera en ambientes universitarios. Ella, gran seguidora de Aristóteles y Petrarca, se sentía orgullosa de sus poemas latinos. Además estudió teología y medicina.

A Beatriz Galindo, las enciclopedias la obvian y los manuales de literatura se limitan, como mucho, a mencionarla; aunque su calidad, bien podría haber estado al nivel de Nebrija (posiblemente fuera maestro de ella), Juan Valdés o Luís Vives.

Tanta fue la fama que adquirió en su Salamanca natal que fue reclamada por la reina Isabel I y la contrató como su maestra, que la formación regia (también por ser mujer), estaba repleta de lagunas. Este hecho hizo que Beatriz se evitara ingresar en el convento, como preveían los planes familiares.

La Latina se convirtió en amiga y consejera de la reina, además de también maestra de sus hijas Juana, María y Catalina. Su influencia fue evidente, ya que el propio Carlos V, la visitó, ya anciana, en 1524 en su camino a Madrid “para consultar con ella negocios graves como persona que tanto avía comunicado con sus avuelos."

A Beatriz Galindo, maestra de reinas, se le debe la fundación del hospital de La Latina (1506) y del convento de la Concepción Jerónima en Madrid (al que legó su biblioteca) y se le atribuyen poesías latinas y unos Comentarios a Aristóteles.


4 comentarios:

  1. El ostracismo intelectual que ha sufrido Beatriz Galindo hasta nuestros día, ¿podría deberse a que es mujer? Su éxito y reconocimiento en su época pondría en riesgo la visión que tenemos de aquellos días, tan influida por la llamada 'leyenda negra' de una España ultracatólica, fanática y encerrada en sí misma.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Gran post este tuyo (lo he encontrado buscando poemas de Beatriz Galindo), me ha gustado mucho tu homenaje a esta humanista, de las pocas a las que una Historia escrita por hombres les permitió rubricar su nombre. Eso sí, te hago saber de una errata de ésas que suceden porque, imprudentemente, se desliza un dedo sobre el teclado. Se trata de su "católica majestad", Isabel I, que en este artículo tuyo figura como Isabel II, sin duda debido a un error "digital". Saludos desde Oviedo, Alfonso, y si ves este comentario, pese a estar en un post antiguo, muy feliz finde :-))

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Aaaaaaaagh! Vi tu comentario en el teléfono y luego se me pasó responderte y corregir. Perdón, perdón. Errata corregida y muchas gracias por estar ojo avizor. Feliz finde..., pero ya otro. Claro.

      Eliminar