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Desde Japón, el horror de la muerte nos espantaba esta mañana, antes de ir a conmemorar el horror del asesinato. 7 años ya de los crímenes que se llevaron a 192 personas inocentes: estudiantes, trabajadoras, ciudadanía en estado puro.
Hoy el cielo de Madrid volvía a estar triste, tan triste como que ha terminado llorando a borbotones. Pero esas lágrimas eran sólo anécdota si las comparamos con el dolor de alma que llevan los familiares de las víctimas de aquellos atentados realizados por el fundamentalismo enfermizo.
En la foto están unas cuantas madres que perdieron a sus hijos. La ley de la Naturaleza se dió la vuelta y estas madres han tenido que ver cómo sus hijos morían, cómo les eran arrebatados, no por una catástrofe natural, sino por otras personas.
Hoy ha sido un día triste en Madrid, día de recuerdo de sufrimiento y de mentiras innombrables. Perdonamos, pero no olvidamos.
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