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jueves, 2 de junio de 2011

Fernando Figueroa, la República de mujeres y Angelina

Haciendo honor a sus apellidos tiene aspecto cervantino. Enjuto y con barba que apunta al suelo parece sacado de un cuadro de El Greco, eso sí, con una mirada clara que brilla cuando habla de los personajes de su novela, o cuando explica que hay graffitis que hay que salvaguardar porque son parte artística de la memoria de la ciudad. Nuestro novelista es historiador, doctor en Historia del Arte, artista, escritor, clown, actor, monitor de ajedrez…, ahora está presentando la segunda parte de una novela fantástica preciosa que se desarrolla en el siglo XVII, El libro de Angelina.

Angelina es un personaje que nos enamora. Es una mujer fuerte, aventurera, intrépida…le espeto a Fernando Figueroa. Y me explica que cada lector tiene sus preferencias. El libro de Angelina es el viaje iniciático de la protagonista, que se va convirtiendo en mujer: surge el dolor, el amor, la maternidad, miedos y retos a superar, incomprensión, esperanza.

- Realmente te has metido en una cabeza y un corazón femeninos.

- Muchas mujeres piensen que la autoría es realmente de una mujer. La novela, alguien ha dicho, que es un catálogo de feminidad.

- ¿Con trasfondo feminista?

- Se fuerza mucho la diferencia, cuando hombres y mujeres somos los mismos seres. No somos opuestos sino complementarios. El utópico sueño de Angelina es crear repúblicas de mujeres para salvar el mundo que destroza la malicia del hombre.

La novela nos puede evocar los grandes libros de viajes, desde la mitología hasta la época de los descubrimientos y el comercio. Las aventuras de Angelina pueden leerse fundamentalmente por diversión, como un libro de aventuras, pero también pueden descubrirse elementos más profundos, sociales, filosóficos... También rompe la actual imagen infantil del género gracias al erotismo.

Lo que no hay es un regodeo en la descripción física de los personajes. Y el cervantino autor:

- Me gusta que el lector aplique su imaginación. También quedan algunas historias abiertas a su imaginación, como en las novelas de caballería.

En la narración, desde mi punto de vista, tienen gran importancia las frases contundentes. Es un lenguaje muy cinematográfico, me dice Fernando, "que es con lo que los de mi edad nos hemos criado. También visualmente es como el cine de animación o películas como Piratas del Caribe. La estructura de la novela es la de El Quijote más Las Mil y una noches, en la que nos quedamos con la miel en los labios al finalizar la narración del día y casi estamos forzados a seguir leyendo.
Y también son muy importantes las ilustraciones. He jugado con que fueron realizadas en 1766, mientras el texto data de un siglo antes".

La cuestión es que ahora, Fernando acaba de presentar la segunda parte, que nuestro hombre identifica con la búsqueda del hijo. "En estas nuevas aventuras, tiene gran relevancia la fuerza materna, el instinto de protección, quedando claro que lo constructivo puede terminar siendo destructivo. Hay que dosificar y controlar con la conciencia. En esta ocasión de África y Asia, nos vamos a América, donde se padece la injusticia de la colonización genocida, la esclavitud, el incipiente capitalismo salvaje...", explica Fernando.

Con todo, Fernando Figueroa es doctor en Historia del Arte y una autoridad en graffitis. Realizó la tesis doctoral sobre el tema, por lo que se emociona haciendo preguntas retóricas sobre el asunto: "¿Por qué irrita un vagón o un autobús con graffiti y no con publicidad? ¿Tienen indulgencia por pagar? Igual que no toda la pintura es arte, hay graffiti y graffiti. A partir de los años 90 podemos hablar de arte urbano, pero los graffiti aún se mueven en el vandalismo. Se trata de una tensión más de nuestra sociedad hiperregulada, un síntoma urbano de la vitalidad del ser humano."

En este asunto es promotor, junto a Elena Gayo en la defensa de la única firma de Muelle que existe. Ambos solicitaron, con el acuerdo de la familia, ante la Comunidad de Madrid, que la firma Muelle sea considerada «bien de interés cultural». Y explica, "ante la incomprensión de los políticos hemos reunido reunido firmas de profesionales de distintos ámbitos: el GEIIC, universidades, museos, el CSIC, artistas, vecinos..., para acallar la incomprensión de la administración. Muelle es un icono de la transición y la movida madrileña, en cualquier pueblo tendría una calle en su honor pero en la ciudad se olvidan personajes de este tipo. Yo lo comparo con Luis Candelas, pícaro y rebelde de guante blanco, amado por el pueblo, pero odiado por los poderosos. Muelle firmaba en lugares que no molestaban, por eso sobreviven sus firmas. Hizo un gran acto de amor al clavar su flecha en el soleado corazón de Madrid."

Pero además, Fernando es clown. "La risa es la mejor terapia para superar los temores. Soy payaso porque soy amante del teatro popular y de calle, la Comedia del Arte y sus estereotipos, en fin, un filántropo enmascarado. La mirada bufonesca hace que me congracie con lo más básico del ser humano. Es lo que representa el personaje de Pietrolino en la novela, la magia oculta en la humanidad más transparente y sencilla, como mi abuelo, quien me enseñó de niño a amar las letras y beber en los libros el agua del alma."

Y aunque se empaña en llamarme Alfredo me apunto a lo de ser clown y nos hacemos una foto juntos.


El libro de Angelina (primera y segunda parte)

Aventuras y tribulaciones de una amazona veneciana

Editorial: Minobitia

Colección: Narrativas

Incluye magníficas ilustraciones del autor, como la de aquí arriba.

Puedes seguir a Angelina en face book : PINCHA AQUÍ

2 comentarios:

  1. Quizá no he mirado bien, pero no he visto por ninguna parte mención de la editorial que publica El libro de Angelina.

    Blog interesante. Saludos,

    Augustbecker

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