Franco murió en la cama y el franquismo en la calle
Aquella tarde de noviembre, Madrid era un hervidero de rumores. “Que ya
se ha muerto Franco y no lo dicen, que ya se ha muerto el patascortas y no lo dicen”. Parece comprobado que al dictador le
mantuvieron con vida para que su muerte coincidiera con la del fundador de
Falange. Sea como fuere, los historiadores han aceptado “pulpo como animal de
compañía” y a la historia pasará el 20 de noviembre como la fecha oficial de la
muerte del golpista. Aquel día, a pesar de la sangre que quedaba por derramar, a
pesar de la represión y las detenciones…, el blanco y negro que lo llenaba todo
fue mudando al color de la libertad.
Y es que, a pesar de determinadas
y juveniles críticas a lo que fue la llamada Transición, los últimos años de la
dictadura fueron momentos de verdadero terror con cárceles llenas de
prisioneros políticos, procesos judiciales abiertos contra dirigentes de CCOO y
una lucha muy arriesgada del movimiento estudiantil. A pesar de todos estos
frentes antifranquistas, no se pudo derrocar al Gobierno.
Nicolás Sartorius, en aquellos
días dirigente del Partido Comunista de España y de Comisiones Obreras, y
actualmente presidente de la Fundación Alternativas, asegura que no fue lo
mismo la agonía de Franco que la agonía de la dictadura, , porque Franco murió
en la cama y la dictadura murió en la calle. Con todo, está claro que la
transición tuvo un protagonista: la inmensa mayoría del pueblo y la multitud de
luchas ciudadanas.
La transición no tuvo figuras
providenciales, la democracia fue una conquista que se alcanzó en la calle, en
los centros de trabajo y en las aulas de la Universidad. Con aquellas luchas se
conquistaron muchos derechos que hoy, con la crisis como coartada, se quieren
eliminar.
Nadie puede negar que el
franquismo fue un régimen fascista. La ONU, en 1946 lo dejó claro
calificándole con este término y equiparándolo al de Hitler en Alemania o
Mussolini en Italia. La ONU dejaba claro que fue un régimen impuesto al pueblo
español por la fuerza con la ayuda de las fuerzas del Eje.
De hecho, el comité de Derechos
Humanos de esta institución internacional insistió en la necesidad de
investigar y juzgar los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y el
franquismo, pero muchos poderes se niegan a cerrar esa herida. Por ejemplo, la
Iglesia católica ha venido conmemorando misas en homenaje al dictador y
determinadas organizaciones también han realizado actividades que no han sido
ilegalizadas. ¿Se imagina alguien homenajes en Alemania en honor a Hitler o en
Italia en honor a Mussolini?
“Españoles: Franco ha muerto”
Con la muerte del dictador se
puso fin a la dictadura más larga de la historia contemporánea de España. Los
medios, controlados por el régimen, hacían ostentación de su dolor. Arias
Navarro, presidente del Gobierno, se dirigía al país por radio y televisión.
Navarro decía que su voz llegaría a unos hogares con sollozos y plegarias. En
realidad, en muchos hogares había preocupación por la forma en que recobrar la
libertad y… también se brindaba con champán literal y metafóricamente.
"Españoles, Franco ha muerto. El
hombre de excepción que ante Dios y ante la Historia asumió la inmensa
responsabilidad del más exigente y sacrificado servicio a España ha entregado
su vida, quemada día a día, hora a hora, en el cumplimiento de una misión
trascendental. Yo sé que en estos momentos mi voz llegará a vuestros hogares
entrecortada y confundida por el
murmullo de vuestros sollozos y de vuestras plegarias. Es natural; es el llanto
de España, que siente como nunca la angustia infinita de su orfandad; es la
hora del dolor y de la tristeza, pero no es la hora del abatimiento ni de la
desesperanza…”
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