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jueves, 11 de marzo de 2010

Otro jueves, pero 11 de marzo

Hace seis años también fue jueves. Aquella mañana de muerte, dolor, caos y mentiras quedó en nuestra memoria como un hachazo.

Hay fechas en la historia que siempre recordaremos. Siempre recordaremos qué hacíamos tal día como hoy. Y tal día como hoy, jueves 11 de marzo, mientras íbamos al trabajo, mientras desayunábamos, se nos heló el alma. 192 trabajadores, estudiantes, mujeres, jóvenes, mayores, morían víctimas del terrorismo yihaidista.

Desde los bombardeos franquistas durante la Guerra Civil, nunca la ciudad había vivido una tragedia similar. Madrid entero quedó sumida en una depresión colectiva. Las mentiras tardaron poco en aparecer. Y aún hoy siguen dando vueltas a conspiraciones espurias y enfermizas.

Hoy he asistido en el Ateneo de Madrid a un acto organizado por sindicatos y Unión de Actores en el que también ha intervenido Pilar Manjón, la madre coraje, presidenta de la Asociación11M Afectados del Terrorismo.

Ha sido un acto bonito, sencillo, emotivo, donde se ha estrenado una pieza musical: Once, de Juan Miguel Antoranz, ejecutada por el quinteto de cuerda y viento Rastakeltia. Lo puedes oír aquí. El coro de la Unión de Actores ha interpretado What a wonderful World, que puedes escuchar aquí.

Pilar Manjón, antes, hizo unas breves declaraciones en la Estación de Atocha. Son éstas. Recuerda que Abel, una de las víctimas, cumplía años en esta misma fecha.

Y es tiempo de recomendar un libro que está siendo saboteado por determinados poderes fácticos: 11-M la novela gráfica, un tebeo que diríamos antes. Una obra con guiones de Pepe Gálvez y Antoni Guiral y dibujos de Joan Mundet que está prologado por Pilar Manjón. Este tebeo es la forma más eficaz de entender qué pasó ese 11 de marzo y qué ocurrió en aquel juicio. De hecho, en su presentación en la sede madrileña de CCOO uno de los abogados de la acusación particular aseguró que recomendaba este libro porque gracias a él había logrado entender, con distancia y claridad, todo lo concerniente al atentado y al juicio.

Luego, por la tarde, he participado en la lectura continuada de poemas organizada por el Ateneo Cultural 1º de mayo. Este acto ha sido inaugurado por Javier López, secretario general de CCOO de Madrid, que ha leído Los heraldos negros, de Cesar Vallejo. Aquí lo puedes escuchar.

Yo he leído un poema de Blas de Otero, A la inmensa mayoría.

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre

aquel que amó, vivió, murió por dentro

y un buen día bajó a la calle: entonces

comprendió: y rompió todos su versos.

Así es, así fue. Salió una noche

echando espuma por los ojos, ebrio

de amor, huyendo sin saber adónde:

a donde el aire no apestase a muerto.

Tiendas de paz, brizados pabellones,

eran sus brazos, como llama al viento;

olas de sangre contra el pecho, enormes

olas de odio, ved, por todo el cuerpo.

¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces

en vuelo horizontal cruzan el cielo;

horribles peces de metal recorren

las espaldas del mar, de puerto a puerto.

Yo doy todos mis versos por un hombre

en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,

mi última voluntad. Bilbao, a once

de abril, cincuenta y uno.

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