Treinta y cinco años después de que se muriera el dictador Franco, hoy nos toca seguir luchando contra el franquismo, contra la impunidad de los crímenes franquistas. Igual que en aquellos años de blanco y negro, las puertas de las embajadas de España se llenarán de manifestaciones contra la impunidad de los crímenes del franquismo. Que en vez de una democracia occidental consolidada, vamos a volver a dar la imagen de un país a medio hacer. En Madrid, a las 18.30 horas, de Cibeles a Sol.
El franquismo sigue vivo y tiene, por ejemplo, el rostro de Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid que mantiene la estrategia fascista de la provocación y la humillación a las víctimas del golpe militar de Franco. Esperanza Aguirre, y su coro de inmorales, siguen sin denunciar que Franco se alzó contra la voluntad del pueblo. Aguirre nunca tomará partido por la democracia, como Manos Limpias o como Falange Española. Esperanza Aguirre, se debate entre Millán Astray y general McArthy, con sus cazas de brujas. Cazas de brujas que empieza en su propio partido, sigue con periodistas, y llega incluso al rector de la Universidad Complutense de Madrid, el prestigioso Carlos Berzosa.
Son este tipo de personajes, cuando no las instituciones que tienen bajo su mando –que no gobierno (no olvidemos el golpe del Tamayazo), quienes no quieren que veamos lo que tenemos delante. Aquí, el franquismo nos puso una venda en los ojos y el cerebro que hace que, por ejemplo, se pueda juzgar a la única persona que se ha atrevido a investigar los crímenes del franquismo.
La labor de arrancar esas vendas sigue siendo lenta, pero hay muchas personas empeñadas en ello. José Luis Peñafuerte es un cineasta belga hijo de exiliados españoles. Acaba de presentar un documental, Los caminos de la memoria, en el que espolea nuestros cerebros y nuestro corazón.
Los caminos de la memoria son muchos: las fosas del franquismo y bosques repletos de cadáveres de republicanos; el trágico exilio de los españoles que defendieron la legalidad democrática; los campos de concentración en Francia; los campos de concentración nazis repletos de jóvenes españoles, sin patria, cuyo único delito fue defender la República y luchar contra el nazismo; el exilio, reconvertido en emigración en los años sesenta porque los descendientes de los perdedores no tenían qué llevarse a la boca… Y en medio de tantos olvidos, las manifestaciones legales del 20-N concelebrada por exaltados neofascistas y el beneplácito de la Iglesia.; tantas calles y símbolos franquistas que siguen en nuestras ciudades. Y, la persecución para quien quiera investigar el genocidio franquista.
Ahí os pongo el trailer de este documental que acaba de ser estrenado:
Sin duda... una desvergüenza que no tiene nombre encabezada por una mal llamada "Esperanza".
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