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jueves, 29 de abril de 2010

Cómo nos lía Esperanza Aguirre, la rebelde / Cine para mayores sin salas

Acaba de ser inaugurada en la Comunidad de Madrid una nueva edición de Mayores de cine. La cosa consiste en que los mayores de 60 años pueden acudir a cualquier cine de la región, los martes, por un euro. A primera vista, dices ¡caray qué buena idea!, pero, aunque parezca mentira, en nuestra región no es tan fácil ser mayor y acudir al cine. Aunque sea por un euro.


No es esta entrada para profundizar en el largo listado de las estafas electoralistas de la presidenta de la Comunidad de Madrid. No es para hablar de la educación, más allá de los velos; ni de la sanidad y sus listas de espera, o sus microhospitales sin personal, saturados incluso en los planos; ni de los kilómetros de Metro que no se amortizan; ni de las averías del Metro que siguen existiendo, pero cualquiera dice nada, que nos salen con que son sabotajes de sindicalistas.

Tampoco quería hablar del boicot que hace Esperanza Aguirre a las leyes de España. No me refiero a su rebelión contra el IVA, que ya sabemos que Aguirre es rebelde. (1). Tampoco quería hablar del sabotaje a la ley de dependencia. Ni siquiera a la de la prohibición de fumar en los establecimientos públicos.

No era este el caso. No. Tampoco era el caso hablar de cómo Aguirre hace lo contrario de lo que se debe hacer desde el Gobierno: aunar voluntades, buscar consensos entre la ciudadanía. Que ya la hemos pillado. Aguirre genera broncas donde no las hay, ¿qué sentido tiene liarla entre taurinos y antitaurinos?; qué sentido tiene espolear constantemente contra Cataluña. Por no hablar de su particular visión de la historia, de los golpes de Estado, del franquismo…

No. Aquí simplemente quería reflexionar brevemente sobre la campaña Mayores de cine en nuestra región. Tradicionalmente, el cine ha venido siendo un lugar al que acudían las personas mayores. Y particularmente las mujeres. Pero la cosa se ha ido complicando fundamentalmente porque no hay salas.

En la capital, los cines de barrio han ido desapareciendo. Los mayores, con problemas de movilidad ya no pueden acudir al cine de su barrio. El centro de Madrid, incluida la centenaria Gran Vía, se está quedando sin cines gracias al Ayuntamiento de Madrid. Los mayores de barrio ya no tienen ni excusa para ir en Metro o bus al centro: al cine y a merendar. Los mayores del centro tampoco tienen salas. Se da la circunstancia que las salas de versión original se llenan de mayores en su sesión de las cuatro, fundamentalmente cuando la versión original es en español. Los mayores de la capital, que gustan de pasar un buen rato en el cine, se refugian en los Renoir, Princesa, Golem…, que ya no está ni el Tívoli.

A los mayores les cuesta sólo un euro el cine, pero más les cuesta llegar a una sala. ¿Cómo van a los centros comerciales, siempre lejos, si no tienen coche ni transporte público? No tenemos término medio. Por ejemplo, la segunda ciudad de la región después de la capital, Móstoles, organiza en el marco de las fiestas de la Independencia un supermaratón de cine, pero… ¡En el término municipal de Móstoles no hay ni una sala de cine!

A los mayores mostoleños les cuesta un euro el cine los martes. Pero en su pueblo no hay cine. Madrid es así.

(1) La rebeldía de Aguirre me evoca este tema. ¿Os acordáis?



1 comentario:

  1. que pena me da esta Comunidad Autónoma, de verdad, no le veo solución. Aguirre es un despropósito continuo y no veo nunca a su oposición hacer nada de nada. ¿Por qué no salen en la tele o en los periódicos nacionales criticando todos estos errores de gestión? Los únicos que veo criticarla sin miedo son Juan José Millas, Marías... escritores, intelectuales pero ¿y los políticos? ¿para qué los queremos?

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