La Niñera mágica y Exposados / Y la vuelta de Franco

Con la que está cayendo: Franco reaparece (si es que alguna vez desapareció) en forma de juez juzgando a Garzón; el lío de la corrupción en el PP (que parece que en el fondo es la misma historia); mi casa en medio de una reforma necesaria; el portátil a veces sin batería, a veces sin conexión…, decidí que había que ver películas de echar el rato, de no pensar y mucho menos llorar. Sólo una condición: aptas. Como mucho, para mayores de 7 años.

Y la experiencia no fue demasiado alentadora. Con la cosa de haber visto la primera parte de La niñera mágica hace cinco años en el cine y hace unos días en la tele, fuimos a desentrañar los secretos de la segunda parte. Por lo que pude ver la cosa se parecía bastante a la primera. Si digo que “por lo que pude ver”, es porque buena parte de la cinta me la perdí a causa del sueño que se apoderó de mi cerebro (tengamos en cuenta que hace más de un mes que duermo en precario a causa de la reforma necesaria). También es cierto que mi jovencísima acompañante de la butaca de la izquierda podía haberme dado una codazo de vez en cuando en vez, a la salida, insistir: “¡Pero te has vuelto a dormir en el cine!” En su opinión, eso sí, la peli no está mal. Vamos, que en espera de Alicia en el País de las Maravillas se debe dejar ver para los peques.

Antes de la proyección de La niñera, vi un trailer que me engañó en parte. Vale, todos sabemos que Exposados es más que previsible, una peli tontona y tal. Pero al ver el trailer creí que me iba a hacer gracia hollywoodiense algo. Y no. ¡Caray!, no me enfadé al salir de la sala porque estoy trabajando mi paciencia zen entre unas cosas y otras, pero –y mira que soy yo poco destructivo- ¡menudo cognazo! Lo increíble es que unas adolescentes de unas butacas más allá se reían de vez en cuando. Al finalizar la peli corrí tras ellas para que me explicaran las risas pero huyeron despavoridas, que no sé que se pensarían.

La cuestión es que un ex policia cazarecompensas, interpretado por Gerald Butler (parece que, aunque desastrado, muy mono para las adolescentes), tiene encargos de poca monta hasta que se encuentra con el mejor trabajo que le podía tocar en suerte: detener a su ex mujer, una periodista interpretada por Jennifer Aniston (luciendo minifaldas ajustadas).

El tema en sí mismo, ya tiene tufillo y estética machista. Pero lo peor es todo. Especialmente el aburriemiento y pagar por entrar. ¡Vale!, me lo busqué. Pero os pongo el trailer: