Virginia Casilda, diseñadora del libro y los carteles |
Meses
más tarde, los 50 besos abandonaban su forma cibernética para pasar al papel y
el 22 de septiembre veían solemnemente la luz en Madrid, apadrinados por Felipe Serrano, Javier López y Javier Juárez y el saxo de Lorenzo Azcona.
En el castizo Embajadores, en el Centro Abogados de Atocha, con un centenar
largo de amistades como testigos.
Desde
ese momento, los 50 besos empezaron a tomar vida propia. Viajaron a Bilbao para
ser presentados por Agurtzane Estrada
y Unai Sordo en el café Iruña; luego
vino la entrevista con Ely del Valle
en Onda Madrid, gestionada por Sergio
Rodríguez. Y…, en pocas semanas presentaciones en librerías: Muga en
Vallecas con Paz Martín, vecina del
barrio en su época de diputada regional, y La Sombra, con Paula Guisande, directora de la Fundación Sindical Ateneo Primero
de Mayo.
En
ese momento ya estaba Daniel Sánchez
preparando su disco y comenzó a cantar algunos besos. Algo que hizo también en
Fuenlabrada, el día en que apadrinó la historia José Quintana, que en su día fue el alcalde más votado de España y
actualmente es diputado regional.
También
hubo besos cantados en la Sala Trece
Rosas en un emotivo acto matinal organizado por la Federación de
Pensionistas y Jubilados de CCOO de Madrid.
Sin
darme cuenta han transcurrido dos años y marcho a celebrarlo a Alcázar de San
Juan, tierra de quijotes y dulcineas, en plena Mancha manchega donde hay mucho
vino, mucho pan, mucho aceite, mucho tocino.
Aquí Dani Sánchez en acción el día de la presentación de su disco basado en mi libro:
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