Y acabó el domingo la
III edición de FESCIMED con aforo rebasado en la última proyección y en la
entrega de premios. La última proyección correspondía a la sección “La otra
mirada”, es decir, “las que por contenido o programación no han cabido en la
sección oficial”, según explicó Carlos Olalla, director del festival. Tuvimos
la fortuna de contar con Fernando Cabrerizo Sanz, director de Parece que está muerto.
A la izquierda de la imagen, Fernando Cabrerizo junto a Carlos Olalla. |
En siete minutos nos ofrece una mirada particular y personal
del “tránsito de la dictadura a la democracia a partir de un hecho…”; una
dictadura “que cayó en las calles por el empuje de la sociedad”, según explicó
el director de Parece que está muerto, que sí, nos sonsacó alguna sonrisa.
Bajo la palmera se desarrolla en 1986 y nos traslada a la
tragedia lorquiana de Bodas de sangre
porque un periodista de El Caso se
traslada a Nijar para intentar localizar a los auténticos protagonistas de la
obra del poeta y dramaturgo granadino. Un pueblo que ya estaba cansado de periodistas
fisgones. Y más si eran de El Caso.
También nos traslada en el tiempo, de 1938 a 2018, La partida, que crea un intenso paralelismo entre personajes, escenario y
situación en la exhumación de unos “desaparecidos” republicanos en la onubense
localidad de El Almendro. El corto también nos alerta de la relevancia que tuvo
la situación fronteriza con Portugal esta zona.
Desde otra
perspectiva dramática, en la actualidad de Barcelona y del Mediterráneo, Unburied
nos presenta la descarnada tragedia de las miles de personas que intentan
cruzar el mar huyendo de las bombas, las guerras, el hambre acuciado por la
emergencia climática… Un corto dedicado “a todos los cuerpos negros que llenan
los mares del mundo”.
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