El terremoto mediático duró lo que duran estas cosas. Ahora sólo quedan anuncios en marquesinas recordando cuentas corrientes de ayuda ciudadana o informaciones sobre nuevos récords de supervivencia bajo escombros. El espanto de la tragedia voló de las primeras planas y de la apertura de informativos.
Sabíamos que iba a ser así. Como con tantas y tantas tragedias naturales: el tsunami de Indonesia de 2004; o provocadas por el hombre: la matanza de Gaza hace poco más de un año. Por no hablar de África: su SIDA, sus hambrunas, sus matanzas tribales…, de Somalia, que asoma cuando hay secuestros de modernos piratas.
El terremoto de Haiti vuelve a sonrojar al mundo desarrollado.
El país más pobre de toda América Latina ha sufrido un indescriptible desastre. La ayuda económica anunciada a bombo y platillo por Estados Unidos fue de 100 millones de euros. La Unión Europea, aunque más lenta y con menos marketing fue de 429 millones de euros. Pero todos deberíamos sonrojarnos si comparamos la cifra con la recaudación de la película Avatar en sólo 17 días: 700 millones de euros.
La movilización del ejército del vecino Estados Unidos, más pareció invasión que cooperación, según las ONG que allí operan. Un país que desaparece: más de 110.000 muertos, más de 193.000 heridos, un millón de personas sin hogar, diarreas, infecciones respiratorias, tétanos, meningitis, se apoderan de los cuerpos supervivientes.
Puede sonar fatal, pero los directores de los medios han decidido que Haiti ya no vende. Ahora, que es cuando todos los problemas crecen. Ahora, que es cuando la onda expansiva del terremoto sigue dejando víctimas y destrozando el futuro de miles de personas en un país que prácticamente ha desaparecido.
Para muchos, es criticable donar unos pocos euros porque “con eso te limitas a limpiar tu conciencia”. Yo he donado unos pocos euros y mi conciencia no descansa. Muchos pocos euros son imprescindibles. Toda ayuda es poca. En las marquesinas de los autobuses aún quedan restos de cómo aportar. Cruz Roja, sindicatos, Organizaciones No Gubernamentales siguen recogiendo ayuda. Hay iniciativas en redes sociales como face book. En Madrid, por ejemplo, en la Casa de la Cultura de Parla, el 19 de febrero, a las 20,30 horas hay un festival benéfico. En face book este es el evento.
Sabíamos que iba a ser así. Como con tantas y tantas tragedias naturales: el tsunami de Indonesia de 2004; o provocadas por el hombre: la matanza de Gaza hace poco más de un año. Por no hablar de África: su SIDA, sus hambrunas, sus matanzas tribales…, de Somalia, que asoma cuando hay secuestros de modernos piratas.
El terremoto de Haiti vuelve a sonrojar al mundo desarrollado.
El país más pobre de toda América Latina ha sufrido un indescriptible desastre. La ayuda económica anunciada a bombo y platillo por Estados Unidos fue de 100 millones de euros. La Unión Europea, aunque más lenta y con menos marketing fue de 429 millones de euros. Pero todos deberíamos sonrojarnos si comparamos la cifra con la recaudación de la película Avatar en sólo 17 días: 700 millones de euros.
La movilización del ejército del vecino Estados Unidos, más pareció invasión que cooperación, según las ONG que allí operan. Un país que desaparece: más de 110.000 muertos, más de 193.000 heridos, un millón de personas sin hogar, diarreas, infecciones respiratorias, tétanos, meningitis, se apoderan de los cuerpos supervivientes.
Puede sonar fatal, pero los directores de los medios han decidido que Haiti ya no vende. Ahora, que es cuando todos los problemas crecen. Ahora, que es cuando la onda expansiva del terremoto sigue dejando víctimas y destrozando el futuro de miles de personas en un país que prácticamente ha desaparecido.
Para muchos, es criticable donar unos pocos euros porque “con eso te limitas a limpiar tu conciencia”. Yo he donado unos pocos euros y mi conciencia no descansa. Muchos pocos euros son imprescindibles. Toda ayuda es poca. En las marquesinas de los autobuses aún quedan restos de cómo aportar. Cruz Roja, sindicatos, Organizaciones No Gubernamentales siguen recogiendo ayuda. Hay iniciativas en redes sociales como face book. En Madrid, por ejemplo, en la Casa de la Cultura de Parla, el 19 de febrero, a las 20,30 horas hay un festival benéfico. En face book este es el evento.
Aunque ya no es primera plana, Haití se nos muere.
Estas imagenes deben seguir vivas en nuestra retina (y si estas en face book pincha en la publicación original):
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Por eso está bien la idea de Forges de poner, cada día: "Pero no te olvides de Haití"
ResponderEliminarEsperemos que con todas las iniciativas consigamos que no se olvide.