El fracaso de la huelga y lo que conviene saber / Queipo de Llano vive

Esta mañana escuchaba como cada día a esas horas Radio Nacional. Me gusta Radio Nacional por las mañanas porque suele ser menos visceral que el resto. Y al levantarme prefiero el sosiego que el ruido mediático. Pero esta mañana, un tipo de una tertulia, un tertuliano, que no sé ni quien era escupía culebras contra los sindicatos representativos por la huelga sectorial de ayer.

Ya ayer escuchaba, esta vez en la Ser, que los trenes de Madrid circulaban con normalidad a pesar de la huelga. El hecho es que no había huelga en los trenes de Madrid. Es como si dicen que había abierto el Vips. Ayer no hubo una huega general. Hubo una huelga sectorial con un gran seguimiento en universidades y ayuntamientos, por ejemplo, y menor en la Sanidad, donde no convocaban las organizaciones corporativas de médicos y enfermería y en donde los servicios mínimos superaban los servicios de un día normal.

Luego eché un vistazo a los periódicos de papel y veía que contaban cosas que no tenían nada que ver con lo de ayer. Confundiendo, o intentando confundir, una huelga como tantas que hay, con una huelga general. Es más, ayer, a pesar del diluvio, me pasé por la manifestación de Madrid y yo aseguro solemnemente que ahí había bastantes más de las 15.000 personas que dice El País (aunque creo que ya son bastantes personas para un martes y lloviendo. Tampoco engaña el periódico cuando dice que echó la cuenta a las 19: 30 horas, y basándose en no sé que ciencia explica que era la hora de máxima afluencia. A esa hora, con la que caía según se iba llegando a Sol, el personal marchaba a casa a tomarse una Couldina, como yo hice).

Hoy he visto editoriales con una música mafiosa y amenazante. “Si convocáis huelga general os rompemos las piernas”, es la traducción tras leer entre líneas. Que llevo ya unos años leyendo entre líneas.

Dice el dicho que, “río revuelto ganancia de pescadores” y los ultraliberales, la derecha política y mediatica quiere aprvechar esta crisis para eliminar a las últimas instituciones que les plantan cara: los sindicatos de clase (que cuentan con dos millones de afiliados, por cierto).

A mí me quedan preguntas para los teóricos. ¿La Soberanía Popular existe? ¿Quién votará en las próximas elecciones: los trabajadores, los parados, o los mercados...? ¿O quizá votarán los mercados a través de una ciudadanía desinformada, deformada, manipulada? El capitalismo se ha pasado de rosca y debería preocuparse la izquierda que la veo con pies de barro; pero tambien debería preocuparse la derecha, porque esto apunta a que el capitalismo se va a autodevorar.

Con toda la avalancha antisindical me he topado con el blog de Javier López, que explica mucho mejor de lo que yo habría hecho, lo que conviene saber. Si pinchas aquí, lo lees.

Y no te pierdas este video de unos segundos. Queipo de Llano era un fascista, pero como propagandista hay que reconocerle los méritos. Con un micrófono conseguía lo que muchos no podían con las armas de fuego. Y es que hoy he visto, leído y oído a Queipo de Llano dirigiéndose a los sindicatos (su proclama tiene retranca si hacemos paralelismos). Bueno, ha sido una evocación: