Claro. Si la historia que nos narrara una película fuera sobre el glamour de las top model, la Flor del desierto se habría distribuido de fábula, pero como lo que nos cuenta esta peli es lo que padecen muchas niñas en África y, ahora también en los países occidentales, pues la cosa cambia. Que la mutilación genital femenina, como que no vende. Vende mucho más Shreck en 3D a pesar de haberse quedado sin ideas.
Se estrenó en marzo, con lo que es difícil que se proyecte en alguna sala. Pero no importa, existe el DVD y, si lo compras, estarás donando 1,5 euros para la defensa de los Derechos Humanos a través de Amnistía Internacional.
La película está basada en un libro de gran éxito, Flor del desierto, que es la autobiografía de Waris Dirie, una top model nacida en Somalia y que tuvo que padecer la tragedia de la ablación, también conocida como MGF (Mutilación Genital Femenina). La historia es dura, pero agita nuestras conciencias. No en vano Waris Dirie ya ha abandonado las pasarelas para dedicarse exclusivamente al activismo y la denuncia.
Se calcula que alrededor de 70 millones de mujeres han sido víctimas de esta tradición ancestral y la inmigración ha provocado que más de 6.000 niñas la sufran cada día en el mundo occidental. Sunna es la extirpación del clítoris. La escisión elimina asimismo los labios. Las chicas somalíes sufren la forma más severa de mutilación, la denominada circuncisión faraónica o infibulación. Después del acto, se cose la herida hasta que queda prácticamente cerrada, dejando únicamente una abertura para la sangre y la orina. La pérdida casi total de sensibilidad es una de las primeras consecuencias para las afectadas, además del trauma psicológico que supone. Muchas mueren desangradas o a causa de una infección en las semanas posteriores a la intervención.
Con todo, la ex top model denuncia que en Occidente la situación de las de su sexo tampoco es paradisíaca. “Aquí a la mujer se las valora exclusivamente por su atractivo sexual. Sin sexo no se vende nada. No es posible anunciar un jabón o una sopa sin mostrar unos senos desnudos. ¿Acaso eso es la libertad? La diferencia es que las occidentales llevan maquillaje y ropa de marca en lugar de un velo. Cuando salí de Somalia pensé que había perdido de vista a todos esos haraganes que dejan que sus esposas se encarguen de todo, pero me encontré con lo mismo en el mal llamado primer mundo”.
Se estrenó en marzo, con lo que es difícil que se proyecte en alguna sala. Pero no importa, existe el DVD y, si lo compras, estarás donando 1,5 euros para la defensa de los Derechos Humanos a través de Amnistía Internacional.
La película está basada en un libro de gran éxito, Flor del desierto, que es la autobiografía de Waris Dirie, una top model nacida en Somalia y que tuvo que padecer la tragedia de la ablación, también conocida como MGF (Mutilación Genital Femenina). La historia es dura, pero agita nuestras conciencias. No en vano Waris Dirie ya ha abandonado las pasarelas para dedicarse exclusivamente al activismo y la denuncia.
Se calcula que alrededor de 70 millones de mujeres han sido víctimas de esta tradición ancestral y la inmigración ha provocado que más de 6.000 niñas la sufran cada día en el mundo occidental. Sunna es la extirpación del clítoris. La escisión elimina asimismo los labios. Las chicas somalíes sufren la forma más severa de mutilación, la denominada circuncisión faraónica o infibulación. Después del acto, se cose la herida hasta que queda prácticamente cerrada, dejando únicamente una abertura para la sangre y la orina. La pérdida casi total de sensibilidad es una de las primeras consecuencias para las afectadas, además del trauma psicológico que supone. Muchas mueren desangradas o a causa de una infección en las semanas posteriores a la intervención.
Con todo, la ex top model denuncia que en Occidente la situación de las de su sexo tampoco es paradisíaca. “Aquí a la mujer se las valora exclusivamente por su atractivo sexual. Sin sexo no se vende nada. No es posible anunciar un jabón o una sopa sin mostrar unos senos desnudos. ¿Acaso eso es la libertad? La diferencia es que las occidentales llevan maquillaje y ropa de marca en lugar de un velo. Cuando salí de Somalia pensé que había perdido de vista a todos esos haraganes que dejan que sus esposas se encarguen de todo, pero me encontré con lo mismo en el mal llamado primer mundo”.
Ahí os dejo el trailer en español:
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