“No es la persona quien manda, sino la ley representada en la persona que ocupa el cargo, cualquiera que sea su sexo”.
El 7 de septiembre se cumplen 75 años del fusilamiento de la primera mujer alcaldesa de la República, es decir, de la democracia española. María nació en la aragonesa localidad de Pozuelo de Aragón en 1882, en una familia de campesinos sin recursos. Pero a ella le apasionaba leer y de forma autodidacta comenzó su formación.
La casaron a los 18 años con un hombre que la maltrataba y la humillaba, así que, con unos pocos céntimos en la mano, huyó del infierno y se puso a servir en Barcelona. Ahorró y volvió al pueblo, donde se dedicó a tejer medias mientras devoraba lecturas. Un día tuvo la necesidad de escribir y escribió un artículo a El Sol, donde explicaba las vicisitudes de su vida como mujer condenada a la sumisión y al silencio. Se lo publicaron y siguió colaborando en diversos periódicos.
Se propuso estudiar Magisterio. Trabajaba en casa, escribía en prensa y estudiaba por la noche. Aprobó. Sus sueños se cumplían, pero la gripe de 1918 la obligó a guardar cama durante un año. Aprovechó este tiempo para conocer la doctrina socialista, sus planteamientos sociales y laborales, y los incorporó a su ideario republicano.
María Domínguez volvió a casarse, con un esquilador que compartía con ella su fe en el socialismo y con quien trabajaba en el local que la UGT tenía en Gallur. Se había ganado una buena reputación y era muy respetada en política, de manera que cuando hubo necesidad de recomponer el Ayuntamiento de Gallur, se la puso al frente del Consistorio.
Cuando Franco dio el golpe de Estado, ella daba clases a los niños de Gallur y…, el 7 de septiembre de 1936 fue ejecutada en Fuendejalón, frente a las tapias del cementerio.
Ahí va un vídeo que merece la pena:
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