Yo recomendaría efusivamente esta película a Gerardo Díaz Ferrán, el jefe de la gran patronal española, CEOE. Ahí podrá ver, por ejemplo, que detrás de un salario miserable hay personas. Personas repletas de problemas tan simples como tener que comer cada día, como la enfermedad, como vivir…
Y como el propio Charles Dickens se encarga de recordarnos en su relato, la miseria y la ignorancia son hijos del ser humano. Por eso, tampoco le vendría mal a Espe quitarse la gafas de la ambición, ponerse unas de 3 D y ver este impactante Cuento de Navidad. Que a la presidenta de la Comunidad de Madrid le interesa hacer un poco de examen de conciencia. El problema que tedría ella, es que es tan enfermizo su afán de poder, que por mucho que el espíritu de la Navidad del futuro le hiciera ver las cosas, ella mantendría su obsesivo objetivo: gobernar Essssssspaññññññña, que no España, le pese a quien le pese y caiga quien caiga (Rajoy, Cospedal, Gallardón…)
No en vano Dickens escribió su breve novela en 1843, en plena revolución industrial. En un momento en que su Gran Bretaña estaba repleta de miseria. Una miseria que se cebaba fundamentalmente con los más jóvenes, con las mujeres, con quienes no tenían un puesto de trabajo. Gentes que habían sido expulsadas del sistema (¿de qué me suena esto?)
Más allá de estas disertaciones, la peli en 3 D es bastante espectacular. Gracias a la tecnología, nos dejamos un pastizal en las entradas, pero, volamos, nos caemos, subimos, tropezamos con unos personajes a los que prácticamente podemos tocar. Unos personajes a los que distinguimos la más mínima arruga, grano, pelo… Es hiperrealismo en el cine. No sé que diría el señor Dickens si la viera, pero algún susto se llevaba. Es más, yo estaba rodeado de peques valientes, pero la cinta no está recomendada para menores de 7 años con razón. Incluso si se tienen 8 y se es asustadizo, no sé, no sé.
Jim Carrey; a fuer de perder amistades diré que a mí es un tipo que no sólo me cae bien, sino que ha protagonizado grandes interpretaciones; es el alma de esta película. Él es el tacaño y avaro Díaz Ferrán, digo Ebenezer Scrooger, a quien se le presenta el espíritu de las navidades pasadas, presentes y futuras. Al vérselas venir, Scrooger cambia radicalmente. Esperemos que les ocurra lo mismo a los poderosos y poderosas de nuestro país… Eso sí, el papel del espíritu de las navidades futuras debería interpretarlo la sociedad civil, la ciudadanía, en la calle.
Ahí os pongo el trailer:
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Y como el propio Charles Dickens se encarga de recordarnos en su relato, la miseria y la ignorancia son hijos del ser humano. Por eso, tampoco le vendría mal a Espe quitarse la gafas de la ambición, ponerse unas de 3 D y ver este impactante Cuento de Navidad. Que a la presidenta de la Comunidad de Madrid le interesa hacer un poco de examen de conciencia. El problema que tedría ella, es que es tan enfermizo su afán de poder, que por mucho que el espíritu de la Navidad del futuro le hiciera ver las cosas, ella mantendría su obsesivo objetivo: gobernar Essssssspaññññññña, que no España, le pese a quien le pese y caiga quien caiga (Rajoy, Cospedal, Gallardón…)
No en vano Dickens escribió su breve novela en 1843, en plena revolución industrial. En un momento en que su Gran Bretaña estaba repleta de miseria. Una miseria que se cebaba fundamentalmente con los más jóvenes, con las mujeres, con quienes no tenían un puesto de trabajo. Gentes que habían sido expulsadas del sistema (¿de qué me suena esto?)
Más allá de estas disertaciones, la peli en 3 D es bastante espectacular. Gracias a la tecnología, nos dejamos un pastizal en las entradas, pero, volamos, nos caemos, subimos, tropezamos con unos personajes a los que prácticamente podemos tocar. Unos personajes a los que distinguimos la más mínima arruga, grano, pelo… Es hiperrealismo en el cine. No sé que diría el señor Dickens si la viera, pero algún susto se llevaba. Es más, yo estaba rodeado de peques valientes, pero la cinta no está recomendada para menores de 7 años con razón. Incluso si se tienen 8 y se es asustadizo, no sé, no sé.
Jim Carrey; a fuer de perder amistades diré que a mí es un tipo que no sólo me cae bien, sino que ha protagonizado grandes interpretaciones; es el alma de esta película. Él es el tacaño y avaro Díaz Ferrán, digo Ebenezer Scrooger, a quien se le presenta el espíritu de las navidades pasadas, presentes y futuras. Al vérselas venir, Scrooger cambia radicalmente. Esperemos que les ocurra lo mismo a los poderosos y poderosas de nuestro país… Eso sí, el papel del espíritu de las navidades futuras debería interpretarlo la sociedad civil, la ciudadanía, en la calle.
Ahí os pongo el trailer:
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Un clásico para representar todo lo que de feo
ResponderEliminartiene la avaricia, el deseo desmedido de poder
y la " ceguera " ante las penurias del resto
de tus semejantes..Lo malo es que es un cuento
y sospecho que los fantasmas " están de vacaciones " en estos dias.
Jim Carrey tiene sus
momentos y sus peliculas..a veces está estupendo
y otras sobre-actua. Este debe ser un papel Hecho
a su medida.
Gracias por tus comentarios ,
son " provocativos" dan mucho que pensar.
Un abrazo.