“Es fundamental invertir en la resolución de conflictos”
María Jesús Veiga, fotografiada por @frlorente |
Con Siria como fondo insiste en que “es fundamental invertir en la
resolución de conflictos”. Ahora considera que es “urgente que se mantenga y
refuerce el alto fuego que nos ha permitido llegar con camiones de ayuda
humanitaria a zonas sitiadas desde hace tres meses”. Y explica, “si la crisis
de Siria se hubiera abordado adecuadamente, no hubiéramos cedido todo ese
espacio para el DAESH y para que ese vacío de poder lo hayan aprovechado grupos
extremistas”. Rechaza los discursos islamófobos, racistas y xenófobos porque
alimentan la causa de los extremismos y captan más adeptos.
Y recuerda:“Grecia ha hecho un esfuerzo enorme, pero es evidente
que no puede cargar sola con esta situación. Pedimos una responsabilidad
compartida por aquellos estados que han contribuido mínimamente, como España,
que ha quedado al rebufo dando asilo a sólo un 1 por ciento respecto a todo el
conjunto de la UE”.
P. Sesenta millones de
personas buscan refugio en el mundo. El dato es escalofriante. Es como si toda
la población de Italia se convirtiera en refugiada…
R. Son sesenta millones de personas que han tenido que huir, que
dejar sus casas, dejarlo todo para buscar protección. Unos, en otras partes del
país, que son los desplazados internos y otros cruzando fronteras, que son los
refugiados. Los sesenta millones lo conforman refugiados, desplazados y quienes
solicitan asilo. Además hay en torno a diez millones de personas apátridas,
personas sin nacionalidad que muchas veces transmiten esta condición a sus
hijos como si fuera una enfermedad. ACNUR tiene el mandato por parte de las
Naciones Unidas de dar protección y velar por los derechos de refugiados,
desplazados internos y apátridas.
“En Líbano, una de cada tres personas son refugiadas. Es como si a España llegaran trece millones de personas”
P. El problema es el
crecimiento exponencial de personas que huyen: más de treinta millones en diez
años, ¿por qué?
R. Cada día surgen 42.000 personas que se tienen que desplazar por
conflicto. En los últimos cinco o seis años se ha reactivado alrededor de
quince conflictos en el mundo, con un nivel de resolución bajísimo, por lo que
quienes huyen no vuelven a su tierra.
P. Habla de “mandato de
las Naciones Unidas”. ¿Son eficaces las Naciones Unidas?
R. Sin duda las naciones deberían estar más unidas. El fracaso por
no invertir adecuadamente en prevención y solución de conflictos es general de
todos los países. Nosotros, como brazo humanitario de las Naciones Unidas no
podemos resolver crisis humanitarias, trabajamos con las consecuencias de esas
crisis, pero la solución pasa por decisiones políticas, no humanitarias.
“Cada día surgen 42.000 personas que se tienen que desplazar por
conflicto”
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R. Hay 4,8 millones de refugiados que buscan protección fuera del
país; el 96 por ciento en países limítrofes: Líbano, Jordania, Turquía, Irak y
Egipto; y dentro del país, aunque hay doce millones que necesitan ayuda
humanitaria, seis son desplazados.
P. ¿No cree que en
occidente tenemos un problema de discalculia y no entendemos las cifras?
R. Son tremendas. En Líbano, por ejemplo, una de cada tres
personas son refugiadas. Es como si a España llegaran trece millones de
personas…, y nos echamos las manos a la cabeza con una patera o con un salto a
la valla de Melilla. Los países limítrofes de Siria llevan cuatro años
desbordados sin que la comunidad internacional colabore en nada, ni
infraestructuras, ni en sanidad, ni en
servicios sociales, ni en educación…
P. Pero la sociedad sí
se moviliza…
R. La movilización es impresionante: el ciudadano de a pie, la
sociedad civil, agentes sociales, comunidades, ayuntamientos… Esa presión ha
hecho que, al menos, se cumpla con los compromisos adquiridos.
P. Muchas personas
ofrecen sus casas para acoger refugiados. ¿Qué le parece?
R. Hay que agradecer enormemente esa solidaridad, pero el tipo de
ofrecimientos deben encajar con las necesidades reales. Hay que canalizar esa
solidaridad espontanea a través de ayuntamientos y comunidades bajo las
directrices de organizaciones que llevan muchos años de experiencia trabajando
en acogida, adaptación e integración de refugiados. Meter a un refugiado en
casa, según llega, probablemente no sea lo más acertado. Estas personas vienen
habiendo vivido experiencias traumáticas muy duras; necesitan un periodo de
adaptación con profesionales que conozcan su situación. Donde sí hace falta
como respirar el apoyo es en la segunda fase, cuando el refugiado sale de
centros especializados gestionados por ONG o el Ministerio con una base del
idioma y la idiosincrasia del país de acogida. En ese momento sí hay un
problema de alojamiento, de formación y de empleo. El apoyo pasa por tejer
redes para que al salir de los centros tengan a donde acudir.
P. En el lado contrario
están quienes temen que los refugiados les quiten su puesto de trabajo. ¿Qué
decirles?
R. Que imaginen que salen con su familia huyendo de las bombas, que
han sido torturados, perdido hijos, cónyuges…, que tienen que huir para salvar
la vida y que si te devuelven a tu país es una condena a muerte. Hay pocas
opciones. Recordaría que los españoles tuvimos que huir de una guerra civil de
la que todavía quedan heridas y si muchos países no nos hubieran abierto sus
puertas, probablemente no estaríamos aquí.
Acuerdo de la vergüenza
P. Especialmente llamativo
es el tratado firmado por la Unión Europea y Turquía. Un tratado calificado de
ilegal e inmoral por multitud de organizaciones...
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR, en inglés UNHCR, UnitedNations High CommissionerforRefugees) es el
organismo de las Naciones Unidas encargado de proteger a los refugiados y
desplazados por persecuciones o conflictos, y promover soluciones duraderas a
su situación, mediante el reasentamiento voluntario en su país de origen o en
el de acogida. Tiene su sede en Ginebra, Suiza, y tiene más de 250 oficinas
repartidas por todo el mundo en 125 países. El derecho al asilo y refugio es
contemplado en la Declaración Universal de Derechos Humanos
Como corresponsalía en España, la presencia del Alto Comisionado
de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) data de los años 60, y es en
1979 cuando se establece la Representación de ACNUR en Madrid, al frente de la
cual se encuentra un Representante del Alto Comisionado. Desde el año 2014 Francesca
Friz-Prguda es la Representante de ACNUR en España.
España se adhirió a la Convención de Ginebra de 1951 sobre el
Estatuto de los Refugiados el 22 de julio del año 1978, quedando consagrado el
derecho de asilo en el artículo 13.4 de la Constitución española del mismo año.
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