Hace poco recordaba la gracieta típica de que en Madrid no hay playa. Pero se la espera, que faro sí tenemos. En Moncloa, en 1992, fue levantado por el Ayuntamiento, que usted me dirá si no se podía haber invertido en algo más útil. Fue proyectado por Salvador Pérez Arroyo en 1990 y a día de hoy es el edificio número 11 por altura de la capiital.
Más allá de que en la zona pega lo que a un Cristo dos pistolas, se le ve venir según se entra desde la carretera de La Coruña. que así él solo es otra cosa.
Pero el fundamental problema es que con los vientos que corren por la zona, el faro se caía a trozos. Planchas de toneladas sobre el suelo, que sólo la diosa Fortuna impidió que hirieran o mataran a alguien. Luego y después del incendio de la Torre Windsor, ya puestos en obras, se decidió que su seguridad fuera homologada.
Y ahí seguimos, limpio como una patena y con bombillitas, pero cerrado año tras año. Ahora se dice que abrirá en septiembre...
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