Ha llegado, casi con un susto. No es ya la lluvia, que puede resultar refrescante y placentera. Es que los calcetines empiezan a cortar la circulación de las piernas: Los zapatos, la circulación de los pies. El cinturón del pantalón opresor me divide el cuerpo en dos. Se nos va el verano y un contradictorio sentimiento me invade. No quedan días de verano, no. Aunque el saber popular nos recuerde que aún falta el veranillo de San Miguel, último estertor del Sol del año.
">
">
No hay comentarios :
Publicar un comentario