Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

martes, 20 de marzo de 2012

La huelga es el camino


(
Foto de Fran Lorente)

No han dejado otra alternativa. El mayor ataque realizado a las relaciones laborales ha sido ejecutado por el Gobierno del Partido Popular. Quieren eliminar de un plumazo derechos conquistados durante muchos años. Derechos logrados a fuerza de sudor, de sangre, de prisión, cuando no de muerte, por muchas personas. El 29 de marzo tenemos que volver a utilizar la única herramienta con que cuenta la clase trabajadora: la Huelga General.
La Huelga General es el único camino ante los bárbaros ataques. En la senda de la huelga toda la ciudadanía debe caminar unida. Porque somos más, muchos más. Las calles, las redes sociales, las charlas de bar, la hora del bocata tienen que llenarse de información sobre el terrible horror que es la reforma laboral, sobre el derecho que nos asiste a utilizar nuestra herramienta, la huelga, frente al poder injusto e insolidario. A la huelga, sin miedo, con los grandes sindicatos vigilantes frente a un empresariado decimonónico.

jueves, 15 de marzo de 2012

Sin miedo

“Tengo miedo. La tarde es gris y la tristeza / del cielo se abre como una boca de muerto”, escribía Pablo Neruda.

El miedo nos bloquea, nos impide avanzar, progresar. El miedo es instrumento, es táctica de los poderosos, de los manipuladores, de los violentos, de las religiones. Nos quieren meter el miedo, miedo a dioses y pecados; miedo a enemigos desconocidos; miedo a la inseguridad. Tienen la sartén por el mango y nos imbuyen el miedo en el cerebro para ser dóciles hasta el patetismo. Y al final tenemos miedo hasta del miedo, como niños, como niñas indefensas en la oscuridad de la noche. El miedo se nos enreda, nos roba iniciativas, sueños, objetivos. Nos convierte la sonrisa en gesto falso y nos inmoviliza el alma buscando una seguridad que no es tal.

No es valentía la vacuna contra el miedo. Es hacer lo que hay que hacer. Ser nosotros mismos, nosotras mismas. Es respirar hasta el fondo sin la presión del pánico, sin la presión del poderoso. Es romper cadenas y encontrar aliados, cómplices de luchas y batallas que siempre se ganan si se pelean sin miedo.

También escribía Neruda: “Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.” No hacen falta héroes, que los cementerios están llenos de ellos. Simplemente es utilizar derechos. La ley te ampara para pelear por las conquistas logradas por otros. La ley te ampara para que defiendas tus derechos. Tu dignidad te empuja a levantarte frente al miedo, frente al poder. Unidos, unidas, somos más. Somos multitud. Tenemos que sacudirnos el miedo por nosotros, por nosotras, por nuestros hijos y nuestras hijas. Tenemos que ser ejemplo para la juventud, para la ciudadanía que empieza a despertarse. Para esa juventud que tiene que quitarse orejeras ante un futuro incierto.

Sin miedo. De la mano. A cara descubierta. Con la ley por delante vamos a la huelga. Como cantaba Rosana, sin miedo la suerte está contigo, “Sin miedo, lo malo se nos va volviendo bueno / Las calles se confunden con el cielo… Sin miedo, las manos se nos llenan de deseos / Que no son imposibles ni están lejos.”