Blog de Alfonso Roldán Panadero

Autorretrato
Mi foto
En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

lunes, 31 de agosto de 2009

El final del verano. Otro verano azul

El 31 de agosto supone que las vacaciones veraniegas se acaban. La nostalgia de los días soleados en que las rutinas cambian radicalmente se va empapando en nuestros corazones.

Otro verano azul, en el que algunos nos han dejado y en el que, quien más quien menos parte de nuevo, dejando tristes y desamparadas las playas, hace escasos días rebosantes de cuerpos y un griterío que se confundía con el rumor de las olas.

Otra vez, capítulo final al verano. Por cierto, ¿no sería hoy día políticamente incorrecta la frase que dice Julia en el minuto 00:24? ¿Inductora o profeta?

">

sábado, 29 de agosto de 2009

Tokio Blues

Si a principios de mes di buena cuenta de una novela repleta de humor negro, Delicioso suicidio en grupo, y en un viaje de AVE devoré La soledad de los números primos, protagonizada por personajes complicados. Tres amaneceres me han servido para concluir un libro que me había sido recomedado por varias vías, Tokio Blues, del japonés Haruki Murakami. Con personajes complicados y suicidios, pero sin humor. Al menos, yo no se lo he encontrado.

La novela hace ya tiempo que fue escrita con lo que es el momento de leerla, según las teorías del propio protagonista de la historia. Según he visto en algún lado, el próximo año está prevista su versión cinematográfica bajo la batuta de Hugh Hudson, que dirigiera Carros de fuego.

Son casi 400 páginas en la edición de bolsillo por la que no pasan demasiados personajes, ocho a lo sumo. Esto significa que el retrato que se hace del protagonista, Watanabe, es profundo, más aún cuando la historia transcurre en un periodo de tiempo no excesivamente largo: el duro paso de la adolescencia a la madurez.

Una melodía es la que evoca ese momento: Norwegian Wood, de los Beatles. La música está muy presente en la novela, que tiene algunas descripciones autobiográficas. También la literatura. El gran Gatsby y La montaña mágica son destacadas. La primera como punto de encuentro de Watanabe con un compañero de la universidad, el triunfador. Y la gastronomía. Gracias a la traducción de Lourdes Porta nos acercamos a los manjares japoneses.

El texto rebosa soledad, amor, muerte y sexo y nos adentramos en la historia narrada virtuosamente sin, en mi caso, identificarme con el protagonista a pesar de estar escrita en primera persona. Como decía la narración es el complejo paso a la madurez en un complejo entorno de relaciones y en un complejo momento social (fines de los sesenta). Y, aunque en occidente ha tenido gran éxito, sí rezuma el diferente alma que tiene oriente.

Me gusta el poder evocador de la música. En este caso, yo creo que los Beatles suenan algo oriental , más allá de Yoko Ono. Y creo que me miraré algo más de Haruki Murakami.

">

Ahí va la letra traducida que he encontrado en la red:

Una vez tuve una chica.
¿O debería decir que ella me tuvo a mí?
Me enseño su habitación
¿No está bien?
Madera noruega.

Me pidió que me quedara,
Me dijo que me sentara.
Miré alrededor.
Y no vi ninguna silla.
Me senté en la alfombra.
Esperando mi suerte.
Bebiendo su vino.

Hablamos hasta las dos.
Y entonces me dijo:
"Es hora de irse a la cama"
Me dijo que trabajaba mañana.
Y se echó a reir.
Yo le dije que no trabajaba.
Y me arrastré hasta el baño para dormir.

Y cuando desperté.
Estaba solo.
El pájaro había volado.
Asi que encendí un fuego.
¿No está bien?
Madera noruega.

jueves, 27 de agosto de 2009

Marte en la imaginación / Neutrino desbaratador

Meses llevaba preparándome para esta noche disfrutar del plante Marte, que tenía la bandeja del correo electrónico repleto de mensajes explicando que se iba a ver tan grande como la Luna.
Y no sólo eso, algún blog lo desarrolla con pelos y señales. Pero tuvo que llegar mi amigo Germán, el neutrino, para desbaratarme la historia. Y él sabe de esto. De cualquier forma casi queda más bonito que todo el mundo se tirara un rato mirando al cielo a la vez que, por ejemplo, mirando la tele a la vez.

De hecho, aunque Marte sea un puntito chiquitito en el cielo irreconocible para los profanos, yo creo que esta noche miraré el cielo. A pesar del neutrino.

Y, bueno, que nadie se quede con las ganas de ver Marte de cerca:


">

martes, 25 de agosto de 2009

La obsesión de Franco contra la masonería (y II)

La persecución franquista de la masonería tuvo dos motivos: uno ideológico y otro personal. El ideológico le empapó en la Academia, con lecturas como Los protocolos de Sión, un libro de gran éxito en la Europa del momento y que hablaba de un gobierno mundial en la sombra de judíos, bolcheviques y masones. Al cabo Hitler le dio por los judíos y al cabo Franco, por los masones. Por otra parte, el padre de Franco era "masón, librepensador y de costumbres algo libertinas", mientras que Franco "era un meapilas pegado a su madre que detestaba la figura paterna", ironiza Ignacio Merino, director de comunicación de la Gran logia Simbólica de España.

El dictador, ya en Marruecos, pidió por dos veces su entrada en la masonería, pero se le denegó, "seguramente porque quiso utilizarla como una forma de ascenso al generalato, y le vieron venir".

La paranoia de Franco aún la paga la masonería española. Mientras la obediencia liberal, la GLS cuenta en España con 600 miembros, en Francia son 30.000 y en Inglaterra 200.000.

Y se refiere Merino a los nuevos perseguidores de la masonería: "es un tema que obsesiona a los consparanoicos como Cesar Vidal, Jiménez Losantos y Ricardo de la Cierva. Intoxican muchísimo y ensucian el tema de la masonería con gran atrocidad y con ideas muy básicas". Para conocer a los masones hay que leer a los masones.

Según Merino, entre 15.000 y 18.000 masones fueron asesinados y represaliados por el franquismo. La persecución fue enfermiza llegándose a matar a hijos y esposas de masones, como si de un virus contagioso se tratara.

El 15 de septiembre de 1936 los golpistas de Franco publicaron su primer decreto contra la masonería: "La Francmasonería y otras asociaciones clandestinas son declaradas contrarias a la ley. Todo activista que permanezca en ellas tras la publicación del presente edicto será considerado como reo del crimen de rebelión".

Después, con la Ley de Responsabilidades Políticas, de 9 de febrero de 1939, donde, junto con todos los partidos del Frente Popular y sindicatos, se declaran (una vez más) fuera de la ley todas las logias masónicas.

El 1 de marzo de 1940 se dictó la principal ley antimasónica del Régimen, la Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo. Con esa misma fecha quedaba constituido el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, Tribunal que estuvo en vigor hasta la creación del Tribunal de Orden Público en 1963. El de la Masonería fue suprimido el 8 de febrero de 1964.

Con esta persecución, Merino asegura que "la masonería en España quedó en ruinas. Prácticamente erradicada sólo se mantuvo en el exilio". Hasta en su último discuros Franco no pudo olvidarse de los masones. Pero ahora vive un momento de florecimiento. Sin prisa, pero sin pausa.


">

domingo, 23 de agosto de 2009

Una deuda con la masonería (I)

Releyendo a Marcos Ana y su Decidme como es un árbol, me encontré, en la página 77 con la descripción de la cárcel de Porlier, esquina a Padilla. Allí, en el último piso, la 6ª galería estaba ocupada por los comunistas y la de al lado, la 5ª, por los masones. En la cárcel de Porlier, en aquellos días de 1939, Marcos Ana estuvo gravemente enfermo y compartió enfermería con un masón que no sobreviviría a la prisión, el marqués de Hoyos y Vinet, escritor de novelas galantes.

La obsesión de Franco hizo que la masonería en nuestro país fuera borrada del mapa. Esa persecución –histórica en prácticamente toda la historia de España- ha influido también en que la masonería sea considerada una organización secreta. Ahora, la Ley de Memoria Histórica intenta reparar tanto daño.


Ignacio Merino (en la foto) es el director de comunicación de la Gran Logia Simbólica de España, me explica que "sólo nos gustaría lograr una reparación moral, ética, una forma en que el Estado reconozca los sufrimientos inmerecidos, arbitrarios y crueles que han sufrido nuestros hermanos". Además, intenta sacar a la masonería de la oscuridad.

Merino me explica que para la redacción de la Ley, los masones fueron consultados, y destaca "el gesto" del entonces presidente del Congreso de los diputados, Manuel Marín, y de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, "dos políticos de enorme talante democrático que recibieron en el Palacio de las Cortes a una amplia delegación masónica".

A Merino, y a todos los masones que conoce, les gusta la Ley, aunque ve "dos temas un poco espinosos". Por un lado, "el reconocimiento hacia la masonería está siendo algo tenue. La masonería fue tan machacada que la ciudadanía no es consciente de lo que significa". Otro asunto es "la reparación". La cuantía de lo incautado podría ser enorme, pero templos y propiedades estaban a nombre de personas físicas. Por otra parte, el Gran Oriente Español (la masonería existente cuando Franco dio el golpe) habría que dividirlo entre la Gran Logia Española (GLE) y la Gran Logia Simbólica de España (GLS), las dos corrientes masónicas de nuestro país. La primera, anglosajona, más dogmática; no permite la pertenencia de las mujeres en sus logias (el nivel básico de una organización que es federada). Por el contrario, la Gran Logia Simbólica de España, de tradición francesa, "no exige la creencia en ninguna divinidad revelada y admite a las mujeres. En mi logia, Hermes Tolerancia Nº 8 el libro sagrado son los Derechos Humanos", me cuenta Merino.

Retomando el asunto de la reparación, Ignacio Merino hace propia la propuesta de Javier Otaola, antiguo Gran Maestre de GLS y Defensor del Ciudadano en Vitoria. Esto es, "la creación de una cátedra en masonería. Una cátedra o un Centro de Estudios masónicos auspiciado por el Estado, en el que se pudiera reunir documentación histórica. Con eso nos sentiríamos colmados".

"Sólo pedimos una reparación justa e intelectual", proclama Merino, porque "tenemos una responsabilidad muy seria de reparación hacia esas personas que echaban el resto para que en un pueblo supieran leer y escribir todos. O aquellos médicos que se iban a curar sin cobrar un duro. Todos esos masones buenos se merecen un homenaje y una reparación".

Sin ánimo de hacer apología, Ignacio nos lo deja claro: "La masonería busca el perfeccionamiento individual y la mejora de la sociedad".
(En la próxima entrada, más sobre la deuda con la masonería)

viernes, 21 de agosto de 2009

Adrenalina y La soledad de los números primos

Las tirolinas, el vértigo del parque De pino a pino, despertaron mi adrenalina, con lo que decidó meterme en el AVE a la espera de que una tromba de agua me hiciera vivir una aventura extrema. No hubo tromba de agua, con lo que me bajé en Tarragona, mejor en Camp Tarragona, que aquello está en mitad del campo y volé en taxi (Alsa ha reducido la frecuencia de sus autobuses con la estación porque Adif ha reducido la subvención. La crisis y las reducciones…) Bueno, volé hasta Port Aventura, que pilla más a mano que Eurodisney. Allí se puede gritar a gusto.


Durante el viaje le di buena cuenta a uno de los libros que últimamente reposaban en la mesilla: La soledad de los números primos. La primera novela del turinés Paolo Giordano –licenciado en Física Teórica- que está teniendo un gran éxito internacional. Dos personajes, Alice y Mattia, marcados por sendos hechos de su infancia son los protagonistas de la historia, una historia que es la de un amor imposible.


Esa imposibilidad viene marcada igual que los número primos gemelos, aquellos en los que siempre se interpone un número impar (11 y 13, 17 y 19… Conforme avanza la serie es más complicado encontrarlos). Así, los números primos gemelos están muy cercanos pero no pueden tocarse.

Giordano nos presenta en tercera persona a unos personajes conflictivos, diferentes, fuera de lo normal pero con puntos de encuentro entre sí. Una fuerte atracción mutua surge entre Alice y Mattia desde la adolescencia. La vida, con sus sorpresas, va transcurriendo hasta la madurez. El retrato psicológico de los personajes principales está exento de florituras. La novela es elocuente y, sin darnos cuenta, hemos sido testigos de una excepcional relación entre dos personajes excepcionales.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Una duda en la naturaleza y seguidora

El otro día paseaba por el Valle de la Barranca y me encontré con uno de estos lugares que están poniéndose de moda en los bosques. Un parque para poder lanzarse en tirolinas, trepar entre árboles, etcétera… La cosa estaba vallada, con lo cual me pareció que se impedía el tranquilo caminar por la naturaleza. Era como quitarme un trozo de espacio que, en parte, me pertenece.
Y era como hacer artificial el divertimento en la montaña. El sitio está pensado para personas mayores de 9 años. No pude evitar la tentación y entré. Subí como un mono, torpe, entre los árboles. Me creí Indiana Jones corriendo mil peligros, a unos pocos metros de altura, me lance por vertiginosas tirolinas, trepé, crucé puentes colgantes… O sea, que lo pasé en grande, más allá de las agujetas del día siguiente.

Y me nació la duda de que quizá no estaba tan mal esta moda paradójica de los parques en medio en medio de los bosques.

En el entorno me encontré con una seguidora de La vida desde el lago, o quizá, simplemente del lago:

lunes, 17 de agosto de 2009

Del risoto a los pequeños invasores


Al final, el 15 de agosto celebré la Paloma y Ferragosto. Como en la escena final de Las vacaciones de Ferragosto, brindé por esta fecha en un restaurante italiano que me gusta, Mamma Juana, donde, además de degustar el más exquisito risoto, se pueden contemplar fotografías de viejos filmes italianos. Inevitable lanzar la mirada sobre una sobrehumana Sofia Loren, jovencísima, cuyos brazos elevados permiten ver sin ningún tapujo unas axilas repletas de vello. Nunca el pelo de la sobaquina fue tan estético.

Y siendo verano, superado por el vino y la calorina, crucé la calle Alcalá. En veinte pasos abandoné la esquina con la señorial calle de Arturo Soria para llegar a la esquina de la popular calle de los Hermanos García Noblejas. Lo bueno de tener hijas, hijos, sobrinas, sobrinos o, en general, gente menuda o medio menuda es que se puede ir sin ningún rubor a ver películas que, a primera vista, son un espanto. Y más si se leen críticas en periódicos serios realizadas por personas que, a todas luces no las ven. Personas, además, incapaces de empatizar con esa gente menuda. Personas que seguramente no han tenido infancia, o no la recuerdan. Personas que, quizá en su infancia no fueron al cine. Y menos en verano.

Iba yo dispuesto a dormitar en la oscuridad y el frescor de la sala mientras la mediática Ashley Tisdale hacía el chorra adolescente en la pantalla. Al final no me dormí. Pequeños invasores no es una obra maestra, no es una película buena, pero es entretenida para una tarde o noche de verano en compañía de peques. Es más, debo reconocer que fui descubierto partiéndome de risa ante una escena de lucha Ninja entre una viejecita y un robusto joven. También es cierto que la Tisdale hace una simple colaboración, un tanto encasillada gracias a High School Musical. Su función es que pasen por taquilla más preadolescentes y adolescentes

El asunto es que una familia va a pasar el verano a una casa en medio del campo y se ven sorprendidos por una invasión alienígena. Mejor, por un intento de invasión. También tiene un puntito de moralina, pero que no molesta.

En fin, que mañana esta peli ya se me habrá olvidado, pero tampoco es para odiarla. Es lo que es.


">

sábado, 15 de agosto de 2009

La Paloma

Hoy es día de andar de verbena. Si en Roma andan con Ferragosto (recomiendo esta etiqueta de mi blog), por aquí andamos con La Paloma. Veámos hasta cuando me dura la resaca.

">

jueves, 13 de agosto de 2009

Best Seller y O. Henry


Desde hace unos meses no hago más que ver personas de todo tipo y condición en los más variopintos lugares leyendo enormes libros. Bueno, siempre el mismo libro de tapas negras. Esto me llevó a un cuento de O. Henry llamado Best-Seller con un final sorprendente, como no.

De hecho, los finales de los cuentos de O. Henry dieron lugar a que se popularizara la frase "un final a lo O. Henry", cuando al acabar algo resultaba sorprendente. En realidad O. Henry era el seudónimo de William Sydney Porter. El seudónimo lo tomó de un gato al que todo el mundo gritaba "Oh Henry!", allá por la ciudad de Austin, uno de los lugares en los que vivió Porter en su tortuosa juventud. Y si sus finales son sorprendentes, su prinicipio es curioso, que nació un 11-S, pero de 1862. Una cirrosis, es que le pegaba al whisky cosa mala, acabó con él en 1910.

El nombre también se lo cambió para borrar huellas de su pasado, fue médico, farmacéutico y contable. Lo malo es que desfalcó un banco y le pillaron. Y lo romántico es que le pillaron por amor. Por lo visto estba desaparecido en Honduras, donde escribía cuentecillos. Ahí anduvo siete años, hasta que se enteró que su mujer agonizaba y decidió volver a Estados Unidos para verla antes de la muerte. Al poco le cogieron y fue condenado a cinco años de carcel, de los que cumplió tres por buen chaval.

Y como no hay mal que por bien no venga, allí en la carcel es cuando empezó a escribir más tranquilo y mejor. Lo que conseguía vender se lo enviaba a su hija, eso sí. Aunque tuvo relativo éxito y murió, literalmente, con unos pocos centavos en el bolsillo, ha tenido un gran número de admiradores. Borges es uno de ellos y diría de él:

Edgar Allan Poe había sostenido que todo cuento debe redactarse en función de su desenlace; O. Henry exageró esta doctrina y llegó así al trick story, al relato en cuya línea final acecha una sorpresa. Tal procedimiento, a la larga, tiene algo de mecánico; O. Henry nos ha dejado, sin embargo, más de una breve y patética obra maestra”.

En EE. UU. se creó en su memoria el famoso premio O. Henry Awards de cuentos, uno de los más importantes del mundo. Este premio lo han recibido, entre otros, los escritores William Faulkner, Dorothy Parker, Flannery O'Connor, John Updike, Truman Capote, Raymond Carver, Saul Bellow, e incluso el cineasta Woody Allen.

Y como las bicicletas son para el verano, me voy a dar una vuelta silbando:

">

martes, 11 de agosto de 2009

De un delicioso suicidio en grupo a la gripe A


Dicen las estadísticas que en verano aumentan los suicidios. Este dato unido al culebrón Michael Jackson me han llevado a una novela impregnada de humor negro que hacía cola en "novelas pendientes" hacía ya tiempo: Delicioso suicidio en grupo, de Aarto Passilina.

La novela plantea una situación original en Finlandia, el país que ostenta el record de suicidios en el mundo. Dos tipos están a punto de suicidarse en el mismo lugar a la misma hora así que deciden dejarlo por el momento y, teniendo en cuenta las estadísticas de su país montan un grupo de suicidas que deciden dejar este mundo colectivamente, pero con dignidad y con cierto estilo.

Buscan diversos lugares de la geografía europea viajando en un autocar hasta el final. Y hasta ahí puedo leer. El libro es divertido y puede recordarnos situaciones descritas por Tom Sharpe en sus historias. Indudablemente no bucea en la psicología de los suicidas, aunque sí da pinceladas de las causas que llevan al suicidio a buena parte de los prtagonistas.

Todo ello repleto de críticas a su país en el que el alcohol impregna todo. Criticas extensibles a cualquier lugar desarrollado y que también encuentran acomodo en los disitintos lugares por los que pasa el autocar: Noruega, Alemania, Austria, Suiza, Francia… Realmente son críticas hacia estereotipos de cada lugar y que forman parte de ese pesimismo irónico que rezuma en cada página. Un pesimismo que realmente se reconvierte cuando nos encontramos cara a cara con la muerte.

En definitiva, que cuando vemos venir la guadaña y nos roza por los pelos, relativizamos lo deprimentes que pueden llegar a ser neustras vidas. Siempre existe la posibilidad de dar un giro de 180 grados y probar.

Y frente a los suicidios están las ganas de vivir y el pánico que surge ante epidemias como la de la gripe A. Que hay que ver que líos más raros se montan con las enfermedades…, y los pelotazos que meten los laboratorios farmacéuticos. Todo sea por combatir la crisis. Aquí dejo la guía para evitar la gripe que parece vamos a sufrir todos en los próximos meses. Bueno, una opción sería cogerla en grupo y a proposito, para lo cual habría que hacer lo contrario a lo que dice esta guía.
Con todo, la muerte tampoco es para tomársela muy a pecho. Vamos digo yo...


">

domingo, 9 de agosto de 2009

(Y IV) Viajando con Valle: Santiago de Compostela


Como regalo de Reyes Magos de 1936, a Valle-Inclán se lo lleva la muerte. Fue un 5 de enero del más trágico año de la reciente historia de España. El creador del esperpento vivió las convulsiones previas al golpe de Estado de Franco, pero escapó a la guerra fratricida en la que nos metió el fascismo. Aquel ruedo ibérico llegó al extremo.

Valle moriría en su Galicia natal, en Santiago de Compostela, epicentro del peregrinaje. Valle descansa en un banco situado en lugar privilegiado. En el Paseo da Ferradura del parque de la Alameda. Desde allí observa a través de sus gafas redondas la majestuosa catedral, observa los tejados teñidos de orballo, observa a paseantes enamorados, a turistas japoneses en busca de la foto del sky line compostelano: y al tiempo, se deja fotografiar en su banco con visitantes más o menos pesados.

Si alguien se encuentra con una representación de Valle en medio de una calle, un parque o un paseo, cómo no. Que nos cuente qué ve Valle.



Santiago de Compostela es una ciudad que rebosa energía positiva, jolgorio de peregrinaje y un rumor de gaita acompasada por fina lluvia provocadora de soportales. Tascas de ribeiro, albariño y pulpo. Estudiantes que estudian, vagan y pasean libros. Peregrinos que levitan, peregrinos ateos, andando a caballo, en bici.

Días de mercado con olor a pescado y color de flores. Paraguas, capas y chubasqueros como parte de la piel. Figas, azabache y meigas junto a Santiago, que se eleva al cielo. Que nos eleva por encima de la lluvia.



">

viernes, 7 de agosto de 2009

(III) Viajando con Valle: El esperpento en Madrid

Tras su viaje por México y Cuba, Valle vuelve a instalarse en Pontevedra durante un tiempo, pero en 1896 retorna a Madrid con toda su fuerza provocadora. A nuestro amigo le encantaba alternar en un bar situado detrás de la Puerta del Sol. En el Callejón del Gato. Este bar tenía unos espejos cóncavos y otros convexos que deformaban la figura de todo aquel que frente a ellos posase.

Esto, que se convirtió en un entretenimiento de la época, sería utilizado por Valle-Inclán como inspiración. La deformación de la realidad bien podía ser divertida, como de hecho lo era para los transeúntes, pero podía convertirse en algo más: en un espejo social, en una crítica, en una deformación de la realidad exagerada. El "esperpento" había nacido.

Valle da tumbos de rebeldía en la política, en la cultura, en Madrid. Su heterodoxia y vanguardismo posibilitan que llegue a pasar hambre. Pero se había inventado el "esperpento" y lo había aplicado a su obra. A su drama cumbre, Luces de bohemia.
En la próxima entrada seguiré viajando con Valle.


miércoles, 5 de agosto de 2009

(II) Viajando con Valle: Madrid

La primera vez que Valle llega a Madrid corre el año 1890. Y en la capital se instala hasta que marcha a México (siempre con "x" para el dramaturgo, novelista, articulista, poeta, tertuliano, provocador…), allá por 1892.

Valle pasea por el Paseo de Recoletos, cerca del Museo del Prado al que tanto gustaba ir. Se erige sobre un pedestal. Allí, cada Día internacional del Teatro, actores, autores, directores…, se reúnen y leen el manifiesto que toque. Y le colocan una bufanda alrededor del cuello.

En este paseo, Valle observa el cambio de las estaciones en el salón arbolado. Y mira a los viandantes alocados de los días laborables y los relajados paseantes de fin de semana.

En la próxima entrada, seguiré viajando con Valle.

lunes, 3 de agosto de 2009

(I) Viajando con Valle-Inclán: Pontevedra

"El sentido trágico de la vida española sólo puede ofrecerse con una estética sistemáticamente deformada". El autor de esta frase, de este pensamiento, o como se dice ahora, reflexión, es don José María del Valle-Inclán. Si Valle tuviera que ganarse la vida hoy día quizá fuera guionista de House, redactor de El Jueves, o seguramente, tal como le ocurriera a principios del siglo pasado, estaría medio muerto de hambre viviendo en una habitación miserable, escribiendo sin parar y sin si quiera ganar un miserable concurso de cuentos porque era demasiado atrevido para su época.

Junto a Valle he estado viajando y me lo ha estado encontrando. Nació un 28 de octubre de 1866 en Villanueva de Arosa, en Pontevedra, aunque él con su imaginación, su exageración y su distorsión irónica de la vida decía que nació en medio de la ría.

A Valle nos le podemos encontrar paseando en Pontevedra, en la Praza de Méndez Nuñez. Allí observa un lugar tranquilo a primeras horas de la mañana, pero que se llena de vida durante el día con gentes trasiegan camino del mercado. O con simples paseantes de la tarde. O con turistas que se sorprenden al encontrarse al escritor de quijotesca figura.

Pontevedra, su casco antiguo ganado por los peatones a los coches es una ciudad hermosa, tranquila. Llena de sabor señorial.

En la próxima entrada, seguiré viajando con Valle.


">

">

sábado, 1 de agosto de 2009

UP

No se trata de la mitad del partido partido en dos que tiene Rosa Díez (UP y D), sino de una magistral película, otra, de la factoría Pixar en alianza con Disney. En Up, además, las 3D están tratadas con genialidad. Si se puede, en esta ocasión sí merece la pena pagar más por la tecnología 3D.


Y más allá de la animación, Up se nos presenta rebosante de ternura, de humor, de sensibilidad, y con mensaje. Todo ello acompañado de una fantástica música acorde con la historia con las aventuras y desventuras que la cinta nos va deparando.

La película arranca con apenas diez minutos de conmovedora historia (quizá ese arranque habría dado para otro filme), en la que se contextualiza la situación de uno de los protagonistas, el viejo Carl Frediksen, que se obsesiona con volar hasta las cataratas Paraíso.

En medio de esa situación se cuela en su vida un niño, un pequeño explorador, Rusell, obsesionado por ayudar a una persona mayor para lograr la única medalla que le falta y poder convertirse en un explorador "senior".

En esos primeros diez minutos parece que vemos una película de Spencer Tracy y Katharine Hepburn. Luego el viejo Carl parece transformarse en Walter Matthau con, por ejemplo, Daniel el Travieso.

En Up vemos que más allá de las aventuras inconclusas que nos planteamos en la vida, la propia vida es una aventura, o mejor, una sucesión de aventuras. Y quizá, lo mejor sea pasar página de una aventura para poder comenzar otra.

Up es un pequeño tratado de ciudadanía en el que se pasa revista, desde el trato que se da a las personas mayores, hasta los problemas de la infancia. No puede dejar indiferente ni a los niños más pequeños, ni a los niños más mayores, ni a sus padres, ni a sus abuelos…


">