Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

jueves, 8 de marzo de 2018

8-M: Un beso mío pero de mujer

(Del libro 50 besos. Clandestinos. Escritos a mano)

Sin duda, el escritor de besos, con este beso, con este beso parece un militante del feminismo, y más aún si hablamos de 1978. O quizá no, que en aquellos días las gentes con conciencia parecían tener más conciencia. Con la crítica a los hombres..., parece que se refiere a hombres que rodean a la besada. De cualquier foma es un beso militante. Y en lo que he encontrado, en boligrafo rojo, al final del texto, una palabra... ¿una respuesta no enviada? 

"8 de marzo

Ahí va un beso de miércoles, en violeta mujer, repleto de flores rojas. Un beso, sin caducidad, para que no erres el tiro. Para que no confundas al enemigo. Para que no apuntes a las amas de casa, sino a esos hombres de ordeno y mando, a esos tipos manipuladores, que humillan, que sí hacen piña con otros hombres en guerra de género. 

Un beso mío, pero de mujer, para pelear contra esos hombres que llevan la virilidad entre las piernas y en la cartera. Un beso que desenmascare a hipócritas, falsos, vanidosos machos alfa disfrazados de corderos. Un beso mío, pero de mujer, por ser cariñoso y negociador hasta donde se puede. Un beso mío, pero de mujer, para que no copies las formas de los hombres, sino para que seas mujer, no sólo por falda y tacones, también para no dejarte humillar, presionar, achantar, violentar por eso, por ser mujer. Un beso mío, pero de mujer, porque tu poder no está ni en tu entrepierna, ni en tu cuerpo, ni en tu cartera, sino en tu corazón y tu cabeza; en tu sentido común; en tu razón y tus razones. Un beso mío, pero de mujer, para que destapes las formas intolerantes de esos hombres sin escrúpulos y te copien otras mujeres y tu hija aprenda y se saque del cerebro el machismo que impregna tantas cosas. Un beso mío, pero de mujer, para que te alces con poder y liberes a los hombres de sus cargas de macho. 

Un beso que te quiere como persona, pero también como mujer. Entonces..., rectifico, no es un beso de mujer, es un beso de hombre que, humilde, intenta ser cómplice.

Y de la cajita coje dos. Uno íntimo para ti, si te parece, y otro a repartir con Begotxu, con Feli, Nerea y todas las chicas que andan por ahí; con tu ama, con las chicas de esta noche, con todas las chicas. Échale ovarios y felicita a todas tus chicas, hasta las menos amigas. Seguro, seguro, seguro que hay algo que os une, aunque no lo sepáis. Échale ovarios, a quitarse legañas y a abrir los ojos. Que nosotras parimos, nosotras decidimos".

Y en rojo, una palabra ¿escrita por ella?:
  "Precioso"

martes, 6 de marzo de 2018

Ante el 8 de marzo: Laura Moreno, joven, trabajadora y feminista

El otro día tuve la fortuna de conocer a Laura. 
Remirando un dato en pillada de @frlorente 
Laura, como su amiga y compañera Miriam, que es quien me la presentó, son la personificación de que hay esperanza en el futuro y de que ese futuro ya está moldeándose con rostro de mujer. No para, Responsable del grupo de Mujeres Jóvenes de CCOO de Madrid. Además es la responsable de Feminismos y Diversidades del renacido, no sin esfuerzos, Consejo de la Juventud de la Comunidad de Madrid.
Laura es educadora social y conoce muy de cerca el problema de la violencia machista ya que trabaja desde hace dos años en la red de atención a mujeres víctimas de violencia de género de la Comunidad de Madrid. Leganense de 26 años decidió organizarse en las Comisiones Obreras junto a otras compañeras para denunciar su situación de precariedad en su anterior trabajo, en una ludoteca.
A primera hora de la mañana, en una cafetería del castizo barrio de Las Letras ella saborea un Cola-Cao y yo, cosas de la edad, ingiero un té verde casi a modo medicinal. Entre sorbo y sorbo charlamos a cuenta de la huelga y movilizaciones del 8 de marzo, jornada que este año tiene pinta de convertirse en hito histórico.

 “La brecha salarial es otra forma de violencia machista”


P. Mujer y joven… ¿es realmente un coctel explosivo para introducirse en el mercado laboral?
R. Aunque los varones jóvenes también tienen complicado el acceso al mercado laboral, nosotras sí padecemos una doble discriminación. En sectores feminizados, como el sociosanitario y los relacionados con los cuidados, se da la paradoja de que se nos exige una experiencia que lógicamente no tenemos y…, si no se nos contrata, nunca tendremos la experiencia.
P. ¿Crees que entre la juventud y la adolescencia estamos viviendo un repunte del machismo?
R. La solución del machismo debería encontrarse en la educación. Hasta que no se modifique el sistema educativo poco se podrá avanzar. Los datos son aterradores. En 2017 hubo 356 adolescentes detenidos por violencia machista, una cifra que se ha triplicado en los últimos diez años. Además, un 27 por ciento de jóvenes ven normal la violencia de género y una de cada tres mujeres jóvenes ven normal los controles de sus parejas, por ejemplo en el móvil. También aquí se da otra paradoja. Vivimos en un momento en que el debate del feminismo está en la sociedad, pero los datos nos dicen lo contrario.
P. Mencionas el móvil, ¿las redes sociales son un peligro?
R. Al igual que me refiero a la importancia de la educación, otra cara de la misma moneda son las redes sociales, pero también los medios de comunicación, el cine, las series, la publicidad… ¿qué valores estamos enseñando con películas tan taquilleras como Crepúsculo, Tengo ganas de ti o Tres metros sobre el cielo?
P. Las movilizaciones mundiales del 8 de marzo tienen dos pilares básicos: la violencia machista y la brecha salarial...
R. En realidad la brecha salarial es otra forma de violencia machista. Lo que está claro es que nos tenemos que movilizar ahora, con contundencia y también de la mano de pensionistas, porque los salarios de hoy son las pensiones del mañana. A día de hoy la brecha de pensiones es de 450 a favor de los varones, precisamente porque las mujeres abandonan el mercado laboral en su primer embarazo y luego es complicado reinsertarse; pero también por la precariedad, temporalidad y la poca calidad de los empleos de las mujeres.
P. ¿Piensas que se está generando enfrentamiento entre sexos?
R. A todos los gobiernos les va bien el “divide y vencerás”. Siempre se promueve el enfrentamiento, en este caso se pone el acento en la idea falsa de que machismo es lo contrario de feminismo y no es cierto. Tenemos que ir en unión. Es imposible lograr la igualdad por separado. Creo que las movilizaciones feministas deben tener mujeres en la vanguardia, pero tampoco se puede invisibilizar a los hombres, que también son la mitad de la humanidad. Hay que trabajar por la complicidad.
P. ¿Y la situación en la Comunidad de Madrid?

Por una cuestión ideológica no existe un compromiso. Igual que se quiere acabar con los servicios públicos, se quiere acabar con las políticas de igualdad. La situación en la red de atención a mujeres víctimas de violencia de género de la Comunidad de Madrid es caótica: crecen los recortes, se reduce el personal, se externalizan los servicios en beneficio de empresas multiservicios que no son especializadas… es una cuestión de ideología, igual que lo es la ausencia de un Plan de Igualdad desde 2005.



domingo, 4 de marzo de 2018

El hilo invisible (Phantom Thread) y el Museo Balenciaga

El pasado verano tuve la fortuna de visitar el Museo Balenciaga en su guipuzcoana localidad natal, Getaria, pequeña localidad cuna de marinos como Juan Sebastian Elcano. El Museo, que es impresionante, nos acerca a la figura del modista, y yo, que desconocía todo del diseñador, quedé bastante sorprendido por cómo desarrolló su carrera y los variopintos personajes con que alternó. Todo ello, envuelto en un importante halo de personaje misterioso. La visita al Museo de Cristobal Balenciaga también me animó a empezar a ver los asuntos del diseño con otros ojos. Todo ello me animó a ver El hilo invisible (Phantom Thread), con seis nominaciones a los Óscar.

Pensé que la peli iba a ser otra cosa, que tampoco me llegó muy adentro la verdad. Pensé que iba a ver la historia de un creador de los años 50 en Londres. Y aunque la historia se desarrolla en ese tiempo y lugar, el asunto se centra en una enfermiza y febril (nunca mejor dicho) historia de amor entre Reynolds Woodcock, el maduro y obsesivo modista y su musa y esposa, Alma (así a secas).

Después leí que Daniel Day Lewis, el actor que interpreta a Woodcock y está nominado a mejor actor, ha dejado la profesión, y es la cuarta vez, porque se ha metido demasiado en el papel. Debe ser que se mete en vena el método Stanislavsky y claro termina hecho unos zorros. De estas retiradas de actores y toreros no hay que fiarse mucho, que siempre terminan reapareciendo. Daniel Lay, personalmente, me recuerda en esta cinta al Jeremy Irons de la Lolita de 1997 y puede que algún paralelismo tengan los personajes.

Lo que no tenía claro es si Woodcock había existido realmente y es cuando me enteré que precisamente el director, Paul Thomas Anderson, se había inspirado en Cristobal Balenciaga. Al menos eso iba diciendo en entrevistas. A pesar de ello, me encontré un artículo en Vanity Fair asegurando que el auténtico inspirador de la película era un tal Hardy Amies, que era quien vestía a la reina Isabel II. Lo que no me cuadra a mí es que este hombre era muy sociable y fiestero y Woodcock es un tipo muy casero.

Puestos, sí puede tener más cercanía a Balenciaga, que solo concedió una entrevista en su vida, por tener una vida misteriosa… Incluso en alguna biografía no oficial de Cristobal Balenciaga se narra su reconocida homosexualidad con Wladzio d´Átainville, un aristócrata polaco que fue su inspiración durante años; algo similar, aunque en heterosexual y en muy loco con los protagonistas de El hilo invisible.

Coco Chanel diría de Balenciaga que era el único modista que además era un costurero en el estricto sentido de la palabra, algo que también traslada Woodcock. Por cierto, si partimos y traducimos el apellido de este hombre nos sale un concepto que quizá hasta está relacionado con el personaje: Wood, madera; cock, verga.   

Dicho esto recomiendo encarecidamente visitar el Museo Balenciaga, en Getaria, una preciosa localidad en la que no se pasa hambre ni sed.

Dirección: Paul Thomas Anderson.
Guión: Paul Thomas Anderson.
Reparto: Daniel Day-Lewis, Vicky Krieps, Lesley Manville, Richard Graham, Bern Collaco, Jane Perry, Camilla Rutherford, Pip Phillips, Dave Simon, Ingrid Sophie Schram.
País: EE.UU.