Blog de Alfonso Roldán Panadero

Autorretrato
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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

viernes, 30 de mayo de 2014

El cadáver de mi padre, El Mundo y la Complutense

Aunque la muerte es el momento más solemne de la vida, en mi familia desarrollamos cierto humor negro alentados quizá por don Mauricio, mi abuelo materno, que era marmolista. Don Mauricio tuvo que bandear con viudas, viudos, desconsoladas hijas e hijos, con epitafios del tipo “por un peo aquí me veo”. Al menos eso contaba él…

Cosas de la vida, o de la muerte, el otro día me encontré en El Mundo unas fotos y un vídeo con cadáveres hacinados en un departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. Las imágenes eran de mal gusto y llamaban a eso tan humano que es el morbo. Yo, que soy humano, miré, y vi las imágenes quizá especialmente horrorizado porque mi padre al morir, hace tres años, donó su cuerpo a la Universidad Complutense para que los estudiantes de medicina experimentaran con su cuerpo.

No donó mi padre su cuerpo “a la ciencia”, como él decía, por ahorrar en el entierro, sino consciente de estaba prestando un último y solidario servicio a la sociedad. Tenía claro que después de muerto ese cuerpo ya no era nada. Recuerdo que comentaba la costumbre de los esquimales. Éstos abandonan a los viejos, aún con vida, entre los hielos para que los osos los devoren. Luego, el oso es el alimento de los esquimales y así el espíritu del muerto vuelve al hogar. Así escrito puede resultar hasta poético, pero si vemos las imágenes de un oso devorando a un esquimal moribundo pues la cosa cambia.

Eso me ha ocurrido. Ver las imágenes en las que una de esas piernas podía ser del cuerpo de mi padre no es agradable, aunque él mismo hablaba de las “perrerías” que con su cuerpo harían. Lo que más me ha molestado de esta truculenta historia, más que las imágenes, es que al final se ha usado el cuerpo de mi padre por algún interés espurio. Vendetas políticas entre departamentos quizá apuntando al rector Carrillo. Eso, también le habría molestado a mí padre.


También me gustaría saber si alguno de los periodistas de El Mundo tienen algún padre entre los cadáveres hacinados. Incluso me gustaría saber si los padres de los profesores de anatomía, o quien abrió aquella puerta de los horrores tenían el cadáver de algún familiar. Lo que tengo claro es lo que decía mi abuelo, el castizo marmolista, y aplicable a todos los órdenes de la vida, incluida la muerte: “Después de burro muerto, la cebada al rabo”.

sábado, 24 de mayo de 2014

El 25 de mayo iré a votar


Ya os he dicho en otras ocasiones que yo sí voy a votar. Ya os he dicho que en realidad siempre he votado. Hasta cuando no tenía edad para votar sentía que votaba. En aquellas primeras elecciones en las que las colas de votantes, sedientos de democracia, daban la vuelta a los colegios electorales. Y las mujeres, las mujeres votaron más que los hombres gracias a una ley retomada que fue sacada adelante por Clara Campoamor en la República, después de una lucha sin cuartel.

En aquellas primeras citas electorales lo de “la fiesta de la democracia” era cierto. Las familias se ponían el traje de los domingos en lo que era una auténtica fiesta, aunque aún con miedos. Los más mayores recordaban lo que era votar, pero el adulto común jamás había visto una urna. La inmensa mayoría no sabía cómo se hacía eso de votar. Algo habían oído, pero no tenían ni idea.

Y los muertos, o mejor, asesinados. Yo voto por ellos, voto por mi presente y por honrar la memoria de cientos de miles de personas que han muerto para que podamos votar. Miles de héroes anónimos que si se levantaran de sus tumbas o de las anónimas fosas en las cunetas no podrían creerse lo del “que más da” de tantas gentes de izquierdas. Voto por los abogados de Atocha, por Pablo Iglesias, por Julián Grimau, por Clara Campoamor, por Matilde Landa, por los brigadistas internacionales y sus sueños, por Miguel Hernández, por Machado, por Federico García Lorca y por tantas. Y por tantos. Incluidos los anarquistas, por Durruti, por Federica Montseny, anarquista y ministra en la República. Votar es otro derecho conquistado que esté en horas bajas, pero no me van a robar ese derecho.

Ya os he dicho que los que no me valen son los de no ir a votar como postura estética, que se sitúan fuera del sistema en charlas de café, en facebook o en twitter. No me valen los antisistema enganchados a las redes, que son el sistema en estado puro. No me valen los quemaiglesias que llevan a sus hijas a colegios de monjas; los pseudocómplices de okupas que compran ropa de marca fabricada en Bangkok; los que insultan las corruptelas de algunos políticos y se cuelan en la fila del médico por amiguismo; los que critican a los ricos y, en su mundo hipotecado, no pueden vivir sin consumir lo último en tecnología y culebrean su ambición en busca de más y más y más. No sirve esa postura del profesional liberal, del dentista o el fontanero que no vota porque le han subido el IVA, cómplices insolidarios de un sistema que roba derechos y envía a las gentes a la exclusión social.

No me valen los obreros que piensan que todos los políticos son iguales, que es lo que los poderosos quieren que creamos. Es verdad que todo se parece bastante, pero hay matices: hay conquistas civiles por una parte y reconquistas medievales por otra. Nos han vendido que la lucha de clases ha muerto y nos lo hemos tragado cuando más grandes son las diferencias entre las clases.

Son las del 25 de mayo una elecciones europeas. Elecciones a esa Europa que está aniquilando su tradicional estado de bienestar. Esa Europa que está dividiéndose en dos: la del norte, rica, y la del sur, pobre. Esa Europa que ve cómo resurgen una ultraderecha que la llevó a su destrucción.

Entre Bildu, Esquerra y el PSOE, pasando por IU, EQUO y Podemos

A estas horas, antes de narcotizarme con el partido de Champions, sé a quien no votaré, pero no sé a quien votaré. Según ese test que ha circulado por internet debería votar a Esquerra Republicana o a EH Bildu como primeras opciones. Vale, a mí también me ha sorprendido un poco, que yo no soy de fronteras.

Cuando por mi cabeza pasa IU, pues no puedo dejar de pensar en Extremadura, donde permiten que gobierne el PP antes de cogobernar con el PSOE. Y no puedo dejar de pensar que siendo la izquierda “unida” sea incapaz de hacer frente común con partidos nuevos como EQUO o Podemos. Estos últimos también pueden ser simpáticos, pero no termino de entender su mensaje.

Y cuando pienso en el PSOE, pues recuerdo a Zapatero, aquel día de mayo en que vino de Europa y comenzaron los recortes de derechos…, un aperitivo de lo que luego ha venido haciendo Rajoy. O veo a Almunia como comisario europeo defendiendo políticas duras contra los más desfavorecidos.

A pesar de todo, y a pesar de la espantosa campaña, a algunos de estos votaré, pero seguiré manifestándome en las calles, que eso también es democracia. Y seguiré escuchando a las gentes, contando, buscando verdades, interpretando, opinando. Y forzaré en mis posibilidades que mis representantes me representen de verdad, representen la conciencia, la dignidad de las personas.


Los poderes quieren que no votemos para hacer a su antojo. Conmigo que no cuenten. Aquí os dejo un breve diálogo de Viva la libertà entre el presidente de la Republica y el suplantador jefe de la oposición, de la izquierda. Un loco. Quizá nos hagan falta unas buenas dosis de locura.


jueves, 22 de mayo de 2014

Madrid minera, la sepiolita y Raúl Lage

Raúl fotografiado por @frlorente con la fábrica.
Raúl Lage tiene 33 años. Es madrileño aunque nacido en Lugo. De Galicia vino al foro porque aquí sus padres encontraron trabajo. Criado en el centro de la capital, ahora vive en el Ensanche de Vallecas que, en coche, no está mal comunicado con el cerro Almodóvar, en Vicálvaro. Allí se extrae sepiolita en una de las explotaciones mineras más importantes del mundo. Raúl estudió hasta COU y casi desde ese instante, en 2002, trabaja en TOLSA la empresa que extrae y produce este mineral.

Alrededor de medio siglo tiene la mina, que en su día perteneció a Silicatos Angloespañoles. Después, tras una fusión, TOLSA (Toledo S.A.) es la empresa que se dedica a la extracción y producción de la sepiolita, mineral conocido, fundamentalmente, por ser utilizado como absorbente en las camas de los gatos.

Nos cuenta Raúl un montón de particularidades de la sepiolita y de la bentonita, “que es otro mineral que se extrae en Toledo y también se procesa en Vicálvaro”. Y nos explica: “la bentonita se utiliza específicamente para los gatos y, por ejemplo, para sellar vertederos. Aunque se investigan nuevas aplicaciones tiene menos usos que la sepiolita”, y narra una lista interminable de usos de ésta última.

A los pies del cerro Almodóvar se levanta la fábrica junto a la mina. Ésta, en su día fue subterránea, pero actualmente es abierta. Siete personas son las encargadas de extraer el mineral, que se dispone en capas. En invierno, la jornada de los mineros es de siete horas, pero con la seguridad que ofrece la luz, en verano se extiende a nueve.

En camiones, el mineral se traslada a la fábrica donde el procesado no es especialmente complicado. Allí se muele, se seca, se clasifica, se aromatiza y se envasa para su distribución. En la fábrica, alrededor de ochenta personas realizan el trabajo en tres turnos: de siete a tres; de tres a once y el nocturno, de once a siete de la mañana de lunes a viernes.

Además de la mina, la fábrica y el personal administrativo existe el departamento de Investigación y Desarrollo en busca de nuevas aplicaciones de la sepiolita.

Pero… ¿qué es la sepiolita?

También es conocida, por su aspecto, con el nombre alemán Meerschaum (“espuma de mar”). Lo primero que puede llamar la atención es que Madrid, la capital, pueda presumir de tener una de las explotaciones mineras más importantes del mundo. El castizo mineral no es objeto de esa codicia humana del lujo como puede ser el oro o el diamante. Aquí lo que se extrae es una arcilla un tanto peculiar, cuya característica fundamental es su alto grado de absorción, por eso ha sido muy utilizada para hacer camas para gatos, pero esta no es su única función.

Empezó a explotarse en Madrid en el siglo XVI para boquillas y pipas de tabaco. Un par de siglos después se utilizaba en las reales fábricas de porcelana. Así fue la materia principal de la porcelana del Buen Retiro.
Nos cuenta Raúl que uno de sus usos más curiosos es para la Fórmula I, “para evitar humedades de líquidos, de aceites… Y también las ambulancias de urgencias la llevan con el mismo fin”.
Pero además nos cuenta que se utiliza como aditivo en comida para animales, por cierto, reduciendo su grasa; o como agentes decolorantes; refinamiento de aceites; tratamiento de aguas; obra civil; eliminación de olores o en la industria del papel…

Pillada de Fran Lorente atendiendo a las explicaciones de Raúl.
La investigación sobre este mineral ha llevado a concluir que también puede tener futuro en la nanotecnología. O sea, para la tecnología que se mide nanómetros (la milmillonésima parte de un metro) con aplicaciones en física, biología, química…


Recientemente, un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas concluye que la sepiolita se puede utilizar como anfitrión para albergar nanoparticulas de metales. Es decir, la sepiolita podría la corrosión de los sistemas nanotecnológicos disminuyendo los riesgos en la salud de las personas que trabajan con ellos.

Tiempo de negociación

Raúl, delegado de CCOO, es el presidente del comité de empresa en TOLSA. Recuerda qua hace tres años hubo que convocar una huelga por el convenio. Se consiguió mantener la antigüedad y los objetivos de inflación.

Ahora es otra vez tiempo de negociar, “avanzamos poco a poco porque la empresa quiere que desaparezca la cláusula de ultractividad, la antigüedad, los días de libre disposición, congelar los salarios…”
Y ahí andan, peleando en un sector que tiene un gran mercado internacional por la gran gama de productos a los que se dedica y con un 80 por ciento de las reservas mundiaes conocidas.

martes, 20 de mayo de 2014

Ana Nogueiras, emprendedora social, profesora de árabe

Asegura Ana que lo más fácil del árabe es la escritura. (La foto es mía)
Bilbaina de Indautxu, o sea, “de Bilbao, Bilbao”, a sus 33 años es traductora e interprete social. Es decir, está especializada en inmigración. De hecho es técnica en inmigración, por lo que conoce bien los trámites y papeleos jurídicos relacionados con el asilo político y el régimen de extranjería. Ana, que siempre ha estado interesada en el mundo árabe, también se desenvuelve con soltura en francés e inglés, pero, evidentemente, “para cubrir la inmigración del Magreb, no solo la del África subsahariana, el árabe es un plus muy útil”.

Tras la Universidad, en 2004, estuvo una temporada en El Cairo, realizando un curso intensivo para lograr la certificación de nivel medio. Luego anduvo formándose más en Normandía, en la Universidad de Caen, con un programa de árabe de mucho más nivel. Asegura Ana que del árabe lo más fácil es la escritura: “en una semana se aprende a leer y escribir. Lo complicado es la sinonimia y la diglosia: hay muchos dialectos, lo que puede crear frustración en el estudiante”.

Las clases que imparte ella son de “árabe estándar”, el normalizado, “lo que en euskera sería el árabe batúa”. Con este árabe estándar, se entienden, por ejemplo los periódicos, las noticias…, y es la base para aprender dialectos. “Con el árabe normalizado una persona se puede desenvolver perfectamente”.

Lleva Ana impartiendo cursos desde hace diez años, y en FOREM Euskadi desde hace seis, recién llegada de África. Comenzó impartiendo clases de francés e inglés, pero dada la realidad migratoria y las necesidades de algunos alumnos, propuso crear también un programa de árabe.  El éxito de este programa fue fulminante, suscitando gran interés entre el personal de la administración de justicia, los servicios de inclusión y asistencia social y el sector sanitario (ambulatorios, centros de día, etcétera).

Asegura nuestra profesora que el perfil del alumnado se ha ido diversificando cada vez más: las aulas del programa de árabe cuentan ahora también con antropólogos, historiadores, agentes comerciales, ingenieros interesados en desarrollar proyectos en los ricos países del Golfo Pérsico o en los países emergentes del Magreb, y personal del sector de la enseñanza: cada vez hay más profesores, especialmente de secundaria, interesados en aprender la lengua árabe y su cultura para resolver conflictos culturales y mitigar focos de violencia y acoso en las aulas. El sector de la cooperación y la acción social también aporta cada vez más alumnado.

Más allá del idioma

Pero no es sólo el idioma, en sus cursos Ana también enseña cultura e historia. Por ejemplo, “la diferencia entre árabe y musulmán, que no son sinónimos”. Considera que “hay muchos mitos y estereotipos” alimentados por el desconocimiento, los miedos infundados y los falsos rumores. También se sabe muy poco sobre “los hábitos cotidianos o la expresión corporal. Es el idioma y más allá. Enseñar los verbos, pero también aquellos aspectos que nos resultan llamativos o difíciles de comprender desde fuera y que pueden dar pie a conflictos y nuevos falsos rumores, como los rituales de saludo, los roles culturales del hombre y la mujer o los hábitos alimenticios”.

Para Ana, “es imposible llegar a dominar un idioma si no te interesas por aprender la realidad cotidiana de sus hablantes nativos. Cultura y lengua van siempre de la mano. Es imprescindible superar los problemas de incomprensión cultural”.

El curso de iniciación-medio que imparte consta de 160 horas divididas en dos módulos de 80 horas por nivel. Se aprende a leer y escribir, se trabaja la gramática básica y se abordan todo tipo de cuestiones sobre la realidad de los países árabes. Son dos horas y media por las tardes, cuatro días a la semana y, a pesar del esfuerzo, “hay mucho interés. Son los propios alumnos los que nos piden crear e impartir cursos de niveles más avanzados, para seguir aprendiendo”.

Está foto durante un curso no es de Fran Lorente. La hice yo como pude.
El curso es muy práctico, orientado a desenvolverse en situaciones cotidianas y reales tanto lingüística como culturalmente y es muy útil “para las personas que trabajan en atención al público árabohablante, porque ven enseguida los resultados de manejarse en su idioma (saludar, entender los nombres, poder dar indicaciones de nombres de calles, medicamentos…;  por escrito en árabe, evitar conflictos culturales…); para aquellos que tienen pensado trabajar en un país árabe (que llegan sabiendo cómo actuar sin dar pie a conflictos,  saben leer carteles y documentación…); y para las personas desempleadas supone un plus en su formación. Implica también acercarse a la lengua y la realidad de los migrantes de origen árabe con los que convivimos en sociedad (en la comunidad de vecinos, en el médico, en las tiendas…)”

Ana, que más que traductora e interprete es una emprendedora social, está muy satisfecha con sus cursos, además “se genera siempre muy buen ambiente”. Con cada curso de árabe se amplía la red de contacto e información entre alumnos y profesor sobre actividades relacionadas con el árabe, recursos bibliográficos y web, reportajes que den por la tele, películas, etcétera.  Ana ultima ya los preparativos para una serie de charlas sobre la realidad de la mujer en los países del mundo árabe, que se impartirán en FOREM el próximo mes de junio. El objetivo es no parar de aprender.

domingo, 18 de mayo de 2014

Puente de La Arganzuela

Me gustan los puentes y los túneles. Sirven para unir. Los túneles consisten en construir algo donde no hay nada. En los puentes, no ocurre eso. Los hay de muchas técnicas. Siempre hay alguna forma de tender puentes.

Acabo estos días isidriles con el madrileño puente de La Arganzuela, de Dominique Perrault, sobre el río Manzanares. El puente une los distritos de Carabanchel y Arganzuela. Vale, no es de Calatrava, pero..., mejor. Y vale, el Manzanares no es la ría de Bilbao, ni el hermano pequeño de ésta; o sea, el Támesis, pero tiene dignidad, duintasuna.

martes, 13 de mayo de 2014

Miedo de ser dos, de Rafael Narbona

El destino, o vaya usted a saber si la casualidad, trajo a mis manos un libro titulado Miedo de ser dos, editado por Minobita, lo cual le otorgaba cierta garantía. El libro está escrito por Rafael Narbona, critico literario de El Cultural y reconocido bloguero. Comencé a leerlo y, a pesar de sentirme totalmente identificado con muchas historias que ahí se narraban, no era capaz de etiquetarlo en un género. A veces me parecía la sentimental autobiografía de un cincuentón madrileño; a veces, el manual de un suicida; a veces, un manual de autoayuda para bipolares; a veces, la historia de bipolares famosos; a veces un ensayo político. Lo evidente es que está escrito desde las entrañas y puestos a clasificar…, bien podría ser literaturaterapia.

Quizá me enganchó Miedo de ser dos porque las historias transcurren en Madrid, por una cercanía generacional, por un cierto aire de desclasamiento. Lo evidente es que el libro esta escrito desde la honestidad, algo que el lector agradece; desde las entrañas porque llega a las entrañas, desde el sentimiento.

Narbona es bipolar y este hecho recorre todas las páginas. La muerte, tema de la literatura universal, está muy presente. Esa muerte que llega en mil formas y que tiene un abanderado en el franquismo, en esas historias que nos contaban nuestros padres y abuelos sobre la guerra civil. La guerra fue dolor igual que el franquismo fue miseria, miedo y humillación. Fue un tiempo gris que se transformó en color a través de una transición que también estuvo llena de violencia.

Un color que tomó fuerza, al menos en Madrid, a través de la movida, esa movida repleta de historias y que quizá nos narcotizó en exceso. Un tiempo también en que el cine se convirtió en isla, en refugio. Coincido con Narbona en sus querencias por Audrey Hepburn y Marilyn. Impresionante el capitulo que dedica a un encuentro con la primera…

Es Narbona profesor de filosofía jubilado a pesar de su edad y también en las páginas de Miedo de ser dos trasluce su preocupación por la educación, al igual que su amor por los animales. Un libro con dosis de nostalgia, de melancolía, que añora la rebelión; a veces triste pero con final esperanzado. Un libro para esa extraña generación que es la de los cincuentones, pero también para sus hijos y…, sus padres.


Si te animas a comprarlo puedes consultar aquí, en Minobita, que es una editorial humilde y no puede pagar escaparates en los centros comerciales. Por supuesto buscaré a Rafael Narbona para charlar con él.

domingo, 11 de mayo de 2014

The lunchbox: sensibilidad, amor entre desconocidos


De repente te encuentras con una película india que rebosa sensibilidad y senstimientos. Una película de relaciones humanas, de encuentro repentino, accidental, que deriva en amor. Esas cosas del destino o la casualidad, según se mire. Porque, como en The lunchbox dicen, “a veces el tren equivocado te lleva a la estación correcta”.

El título original de la película es Dabba, y hace referencia a los dabbawallahs, que son parte esencial del asunto aunque terminen en un segundo plano. Lo de los dabbawallahs es algo curiosísimo que yo desconocía. Se trata de una comunidad de 5.000 repartidores de fiambreras que realizan su trabajo en la ciudad india de Mumbai. Es una profesión hereditaria que se remonta a más de 120 años.

Buscando en youtube hay muchos documentales que explican en que consiste esta labor. Cada mañana entregan las comidas calientes realizadas por las amas de casa a las oficinas de sus maridos. Luego devuelven las fiambreras vacías a las amas de casa por las tardes. Los dabbawallah se mueven por una ciudad caótica en bicicleta, en trenes abarrotados, en bicicleta, en carros, en bicicleta…, en medio de un laberinto de calles. Estos trabajadores son analfabetos y se comunican por un complejo sistema codificado de signos y colores.

La Universidad de Harvard, como resaltan en la propia película, hizo un estudio de este sistema de entrega y concluyó que sólo hay un error en la entrega por cada millón de fiambreras. The lunchbox es la historia de esa fiambrera equivocada.

La fiambrera equivocada da lugar a que un hombre (Saajan), un contable viudo a punto de jubilarse, comience una relación gastronómico epistolar con una desconocida ama de casa (Ila). Al tiempo, Saajan; un tipo solitario, triste, que vive de los recuerdos; tiene que formar a Rajeev, su sustituto, un joven huérfano, algo pícaro, simpático. Una relación bonita, de amistad, en la que Rajeev termina encontrando al padre que no tiene.

Me recuerda la comunicación entre los desconocidos a Thaickovsky o al bestseller Contra el viento del norte. Una relación epistolar en que, de buenas a primeras, dos personas se terminan contando sus más profundas intimidades. Una relación que tiene difícil marcha atrás. Las palabras escritas en un papel y el almuerzo diario permiten que esas dos personas salgan de sus prisiones, de sus miedos, que hablen, porque “lo que no se habla se olvida”.

Dos personas de la misma ciudad pero de mundos diferentes. Ella, con una hija e infeliz en su matrimonio, decide que se tienen que conocer en una cafetería que a los dos les gusta. Pero tampoco voy a destripar la película, una película que nos tiene en vilo por ver los mesajes que se intercambian; que nos tiene en vilo por ver que comida ha preparado ella. Una comida que hasta podemos oler.

Una relación diaria, pero sin correos electrónicos, ni redes sociales, en la que las palabras no se las lleva el viento. Muy recomendable.

País: India
Director: Ritesh Batra
Guión: Ritesh Batra
Reparto: Irrfan Khan, Nimrat Kaur, Nawazuddin Siddique, Denzil Smith, Bharati Achrekar, Nakul Vaid, Yashvi Puneet Nagar, Lillete Dubey.



jueves, 8 de mayo de 2014

Juventud: prohibido vivir

Foto de @frlorente o sea, Fran Lorente.

Más allá de las declaraciones de Mónica Oriol, presidenta del Círculo de empresarios, en las que aseguraba que los jóvenes en paro “no sirven para nada”, los poderes económicos y el Gobierno de PP, en España y en Madrid, parecen rezumar odio a cualquier joven. A cualquier joven que no sea un joven cachorro.

El CJE (Consejo de la Juventud de España), un organismo de participación de toda la juventud organizada echará el cerrojazo por imperativo del Gobierno. El PP no admite la participación, ni el pensamiento, ni la crítica. Precisamente, el CJE presentaba uno de sus prestigiosos informes, el Observatorio de emancipación.

Este Observatorio concluye que, en Madrid, una persona de menos de 30 años asalariada debiera dedicar un 67,7 % de su sueldo a la compra de vivienda; o el 53,7 % al alquiler. Un hogar joven debiera dedicar a la compra de vivienda el 47,9 % de sus ingresos; o el 39,1 % de los mismos en caso de alquiler.


Datos que hacen referencia a esa juventud privilegiada que trabaja. En este país la juventud no puede vivir, tiene prohibido vivir; la juventud no ve brotes verdes. La cuestión es que…sin juventud no hay futuro.

martes, 6 de mayo de 2014

Comedia, política, locura, periodismo... Viva la libertà!

El 21 de mayo se estrena esta magnífica comedia italiana. Enrico Olivieri es el líder del partido de la oposición. Un partido que no funciona en un sistema que no funciona. Desbordado por la situación, el político desaparece pero…, resulta que tiene un hermano gemelo idéntico. El secretario y hombre de confianza de Enrico Olvieri se ve abocado a que el gemelo, que es un filósofo bipolar recién salido del psiquiátrico, sustituya a su hermano. Una situación de locura. Esa locura que este mundo necesita.

Con buenas dosis de humor inteligente, con sensibilidad e incluso esa emotividad que nos puede recordar a Chaplin, la cinta es una profunda reflexión crítica contra los políticos, esos políticos que “no tienen amigos”, que viven en otro mundo, “que no tienen tiempo para ir al cine”.

Es una rotunda crítica también al periodismo. Genial la escena en que el filósofo bipolar, actuando de líder político espeta al periodista de El Independiente que su periódico miente desde el nombre de la cabecera…, aunque también es verdad que una espontánea entrevista explosiva en El Corrieri de la sera será el detonante de la historia.

Nos muestra la cinta algo que sabemos, que sabe hasta el presidente de la República: que Europa, que los banqueros nos avocan a la catástrofe y nos meten el miedo en el cuerpo.

La responsabilidad de la crisis de valores es de los políticos, que están desbordados y se han dejado amarrar de pies y manos, pero también de la ciudadanía que les vota. Ya sabemos, “si no hubiera esclavos no habría tiranos”.

Quizá parezca una locura, pero el objetivo es que desaparezca ese miedo que nos tiene inmovilizados y saber lo que queremos. Entretanto tenemos el cine, la música, la literatura, el amor…, esas inutilidades que son lo más útil y que quizá nos pueden dar la clave para desentumecernos.


En definitiva, animo a ver esta película con alma italiana magníficamente interpretada por Toni Servillo y también por ese leal secundario, el secretario, Valerio Mastandrea. Y después, hablando de bipolares, animo a leer Miedo de ser dos, de Rafael Narbona. Ya os cuento de ello en breve.

Director: Roberto Andò
Guión: Roberto Andò, Angelo Pasquini
Reparto: Toni Servillo, Valerio Mastandrea, Valeria Bruni Tedeschi, Michela Cescon, Anna Bonaiuto, Eric Nguyen, Judith Davis, Andrea Renzi
País: Italia