En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965.
En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...)
Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor.
Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión.
Alfonso Mauricio Roldán Panadero
La hemos visto en multitud de ocasiones sobre el escenario,
en el cine, en series de televisión; hemos oído su voz doblando a las grandes
actrices; hemos vivido su compromiso social en multitud de actos. Ahora expone
sus retratos, In Solidum, en la Fundación AISGE (Ruiz de Alarcón, 11 de Madrid).
(Las fotos..., de Fran Lorente)
El tamaño de los retratos es muy grande y Amparo explica,
escenificando, cómo se aleja y acerca al cuadro buscando perspectivas y
tamaños, que de tanto ir y venir se hace mucho ejercicio, que no hace falta
gimnasio. Con su mirada clara y su vitalidad nos explica cómo surge In Solidum.
Me explica que surge de la necesidad de hacer un homenaje a
los poetas y artistas que marcaron su vida: “Son aquellas personas con las que
de una u otra forma fui creciendo como ser humano. Evidentemente, no están
todos, pero sí los diez principales. En una exposición anterior titulada Diez mujeres, diez las protagonistas
eran exclusivamente mujeres… Mujeres como Pasionaria, Clara Campoamor,
Rigoberta Mentxu, Rosa Luxemburgo, las abuelas de la Plaza de Mayo…
Se trata de un cambio radical con respecto a su última
muestra Colores…, era una obra abstracta en la que lo importante era las
posibilidades del color y los juegos cromáticos.
El retrato es un género complicado, asegura Climent, “la
persona retratada es también parte de mí. Me sumergí en sus vidas, me
documenté, releí sus obras. Con Marcos Ana, que es el único personaje con vida,
hablé mucho. Y a partir de ahí comenzó el trabajo del formato y el cromatismo.
Hay que tener en cuenta que los retratos están basados en fotografías en blanco
y negro.
Los textos que acompañan a los cuadros también son muy
importantes, “son un valor añadido”, asegura. “Conozco a todos los autores y
han sido muy generosos al aceptar participar sin poner ninguna pega. Son gentes
de mundos variopintos: escritores, profesores universitarios, políticos…La idea
de que escribieran redimensiona la exposición. De hecho, mi figura pasa a un
segundo plano. El protagonismo es, sin duda, de las figuras homenajeadas”.
No puede esconder Amparo Climent que tiene querencia por el
retrato de Tina Modotti: “En principio no sabía quien era, pero enseguida me
atrapó. Me fascinó su vida apasionante, apasionada y me he sentido muy
identificada con la vida de esta fotógrafa”.
Reconoce que la exposición ha supuesto un trabajo “intenso,
emocionante, creativo de casi tres años. Ha sido un trabajo íntimo en el que la
vida del personaje me impactaba tanto que tenía que parar a tomar aire. Y he
descubierto cosas muy profundas de unas personas que, de alguna manera, se han
convertido en parte de mi familia”.
Amparo Climent se considera una artista comprometida, “sin
duda. Siempre he tenido un compromiso claro en defensa de la justicia,
especialmente a raíz de la huelga de actores y actrices de 1972, momento en que
comencé a militar en el PCE, hasta principios de los ochenta”.
Y, aunque la
Climent es valenciana, todo esto surge en Madrid: “Vine a
Madrid muy joven a buscarme la vida como actriz. Bueno mi familia no era de
izquierdas, que mi padre era médico militar”. Narra como sufrió un par de
detenciones y le costó alguna bronca familiar, pero aunque haya sido un poco
“la cosa rara de la familia, siempre hemos mantenido el respeto mutuo”.
Aunque separa sus distintas facetas de pintora y actriz, se
trata de una artista muy redonda, no literalmente, claro…También escribe: “Obtuve
el premio Agustín González de teatro; y he escrito guiones, como el del corto ADN, basado en la
tragedia del Yack 42. El problema es que sigo haciendo de todo y me falta
tiempo a pesar de estar en pie a las seis de la mañana”.
Lo suyo es un no parar, que hasta hace poco formó parte de la
directiva de la Unión
de Actores, y opina de la situación de
actores y actrices. Lo ve mal y es crítica: “La cultura es de lo primero que se
prescinde y lo menos importante para este Gobierno”. Ahora bien, considera que
la evolución es muy buena. El cine español está muy bien posicionado.
Actualmente en España se hace un cine magnífico porque hay muy buenos
directores. Por fin ha dejado de ser menospreciado lo que tenemos”. Y eso sí,
considera que hay que invertir dinero porque
sin ayuda no podrían realizarse películas. “De hecho, si no hubiera
compras por parte de los canales de televisión, no podrían hacerse películas”.
Un placer compartir un tiempo con Amparo Climent, con su
elocuencia, con su mirada clara y brillante, con sus manos llenas de pintura. Con su voz..., que suena a la serie Vacaciones en el mar. Y
una grata sorpresa, su pintura.
Hace once años, un sobre bomba remitido por ETA le quitó la visión de
un ojo, audición y varios dedos de las manos. El juicio se realizó
recientemente. Antes se reunió con unos etarras dentro de un programa
organizado por Interior. A vasco no le gana nadie, pues asegura haber nacido
con la ikurriña en el biberón, no en vano su padre fue vicelehendakari, del
PNV, en el exilio de París. Allí nació y allí vivió el mayo del 68 como
estudiante de 17 años. Entonces, “se salió a la calle por menos motivos de los
que tenemos hoy”. Asegura que ser vasco es “algo importante”, aunque él se
siente “internacionalista, optimista compulsivo y del Athletic de toda la
vida”. Reconocido defensor de la libertad de expresión, dirige la revista
decana e icono de la
Transición que acaba de cumplir 40 años: “Juan Tomás de Salas
fue el alma mater de aquello y no se le ha reconocido su labor”. Se siente
indignado porque se sigue ayudando a los ricos, a los bancos, pero no a quien
lo pasa mal. Y se encuentra “atónito” por la falta de reacción social, “estamos
como anestesiados”.
Considera que Otegi tendría que
estar fuera de la cárcel desde hace tiempo; que la reinserción de los presos
etarras permite avanzar porque hay que convivir y tiene claro que la clave para
que ETA se disuelva son los presos.
Quedo con Landaburu en la cafetería
de un hotel con vistas a La
Concha en una mañana ventosa y soleada donde se respira
tranquilidad; una mañana con paseos andando y en bici, baños de los más
valientes y…, por fin, sin escoltas.
Landaburu es un tipo afable,
positivo, de fino humor e ironía; saluda, con ese acento característico, a las
gentes que…. “¡epa, ya te veo por la tele!” Colabora desde sus inicios con
Gesto por la paz, desde los tiempos más duros, en los que tenía que aguantar
los insultos de unos y otros; y en la Fundación Mario
Onaindía. Es un afiliado de base del PSE, y se presenta a las municipales el
último de la lista por su pueblo, Zarautz; pero por encima de todo es periodista.
PERIODISTA
Dirige Cambio 16, y en 2011 se ha
cumplido el cuarenta aniversario de la aparición de la revista. Y claro, le
pregunto por la crisis de los cuarenta… “Los medios de comunicación estamos en
una situación más que delicada. Está la crisis del papel, la de Internet…, lo
que hay que hacer es adaptarse y reformarse, y nosotros lo hemos hecho desde
hace tiempo. No es el Cambio 16 de los años 70 u 80, pero la revista sigue en
los kioscos y se va a mantener, todavía, con muchos suscriptores de la época,
fieles “militantes”. La cabecera nació en 1971 y el alma mater de toda esta historia, a quien se le ha reconocido
poco su labor fue Juan Tomás de Salas”.
Piensa, eso sí, que la profesión
periodística se ha acomodado demasiado, que antes se iba a buscar la noticia “y
ahora la noticia viene a ti. Yo digo a los jóvenes periodistas que dejen el
ordenador y la redacción y salgan a la calle a buscar la información”.
Nadie puede negar que Landaburu
es un luchador por la libertad de expresión, estuvo en contra del cierre del
periódico euskaldun Egunkaria… “Me
opuse por una simple razón: las cabeceras no delinquen, delinquen los
periodistas o quienes escriben. En este caso, además, no hubo pruebas, y lo
tuvo que reconocer, demasiado tarde, la justicia”.
Lógicamente es un observador de
la actualidad y…, acabamos de ser rescatados, ¿cómo ves la evolución de la
situación? Y el dire de Cambio 16 lo
ve con gran preocupación: “No sé si algún día podremos saber verdaderamente en
qué consiste, sobre todo, la letra pequeña. A mí lo que más indignación me
produce es que se vuelve a ayudar a los ricos, se ayuda a la banca, pero no se
ayuda a la gente que lo está pasando mal. Esto ya es un problema de fondo,
España está hipotecada, como Grecia, Irlanda, Portugal…, y mañana puede ser
Italia o Francia. Esto es un problema de Europa. Recientemente me comentaba
Jacques Delors que Europa funcionará cuando se le dé el poder. Tenemos que
volver a los principios de la
Unión Europea. España, además tiene un problema de fondo estructural
que viene de la época de Franco. Es necesaria una estructura económica que no
esté basada en el turismo exclusivamente o en la burbuja inmobiliaria. Y estoy
atónito por la falta de reacción social. Estamos como anestesiados. Yo viví
mayo del 68 en París, con 17 años como estudiante y allí se salió a la calle
por menos motivos de los que tenemos hoy”.
Le meto un poquito las gomas y
recuerdo que la burbuja inmobiliaria empieza a crecer a partir de 1996 con la
ley del suelo de Aznar. Está de acuerdo: era el “milagro español”, el “España
va bien”, cuando crecíamos el 3 por ciento y Alemania el 1 por ciento…
ABANDONO DE LA LUCHA ARMADA
Rememora el 20 de octubre, cuando
saltó una de las grandes noticias de la historia de este país, y en vez de
recibirla con euforia, la recibimos con cautela. ETA dejaba la lucha armada,
pero todavía no se ha disuelto. “Hemos ganado a ETA, sobre todo porque hemos
resistido mucha gente y hemos aislado a ETA de la sociedad. Ahora estamos en
una época de stand by y digestión.
Vamos a esperar con tranquilidad, sin prisa, pero sin pausa. La convivencia es
que, primero, la izquierda abertzale
haga una auténtica autocrítica, y que también, a quien corresponda, empiece
amover ficha dentro de la legalidad: acercando a los presos, sacando a los
presos que están enfermos y, quizá, los que hayan cumplido las tres cuartas
pares de la condena, pueden ir saliendo de las cárceles. Estaría bien que
reconozcan el daño causado, pero pedir perdón es algo individual”, proclama
Landaburu.
En mi opinión, el director de
Cambio 16 es ejemplo de generosidad, pero otras víctimas no comparten su
actitud ni de lejos. Él lo tiene claro: “Yo estoy dispuesto a pasar página,
pero después de leer la página. He perdido la movilidad de mi mano, la visión
de un ojo y he seguido aquí. Me quedé en este país a luchar por la paz, por la
libertad de expresión y por los derechos humanos. Luchamos durante cuarenta
años contra la dictadura de Franco y después contra la dictadura de ETA. Yo
pienso que la reinserción sí nos permite avanzar, porque tenemos que convivir.
A corto plazo, pediría al presidente del Gobierno que empiece a acercar algunos
presos de ETA a cárceles cercanas al País Vasco”.
Parece que la actitud de Rajoy se
va suavizando… “Rajoy calificó el comunicado de ETA como muy importante. Otros de su partido no lo vieron así. Rajoy tiene
la posibilidad de poner punto y final al tema de ETA. Punto y final que
quisieron poner Suárez, cuando perdonó a toda la rama de ETA p.m.; Felipe
González, con las conversaciones de Argel; Aznar, lo intentó en Suiza, cuando
hablaba del Movimiento Vasco de Liberación Nacional; y Zapatero, con el proceso de paz llevado por
Jesús Eguiguren. Y ahora Rajoy, sin hacer demasiado esfuerzo se encuentra con
la tarta encima de la mesa. A él le corresponde poner la guinda. Yo no siento
rencor, ni odio, ni quiero venganza. Ahora, que paguen lo que tengan que pagar
ante la justicia”.
GAL
Cuando estuve con Landaburu en
Donosti charlando largo y tendido faltaban tres días para que se hiciera
público que miembros del GAL se habían encontrado con sus víctimas. Y hablamos de
esa posibilidad, y volvimos a hablar después de la noticia. Él lo veía positivo
si por las dos partes hay voluntad. Y hablaba de su experiencia personal: “Muchos
me han dicho a mí que tengo síndrome de Estocolmo…, pero no respondo al señor
Alcaraz y compañía. Si hay gente del GAL y víctima del GAL que están mañana
dispuestos a hablar: bienvenido. La gran ventaja que yo tengo es que desde el
principio he condenado las torturas; he condenado la guerra sucia; la triple A.
En 1983 nos amenazó la misma semana ETA y la Triple A. Lo que no
podemos hacer es dejar todo tapado como se ha venido haciendo en este país con
el franquismo”. Eso si, resalta que aunque víctimas hay de los dos lados, hay
muchas más por parte de ETA.
Iba yo también un poco a eso,
¿cómo en un país en el que el PP no ha condenado el golpe de Estado de Franco
se mete presión al mundo de ETA para que pida perdón? Mi colega de Cambio 16 es
contundente: “Cada vez que se habla de Franco, le sale sarpullido a mucha gente
de la derecha. La amnistía de 1977 sirvió fundamentalmente para el franquismo.
Es cierto que hay gente que está exigiendo mucho más a ETA que lo que ha
exigido con el franquismo, lo que ocurre es que ETA está más reciente y las
heridas están abiertas. A ETA no se le puede pedir una autoflagelación, que se
desnude en la plaza pública y entregue las armas en la Puerta del Sol. Eso nunca
va a pasar porque es irreal”.
- ¿Por qué no se disuelven?
- “Porque tienen sus presos y no
les van a dejar colgados.
- ¿La única clave para que ETA no
se disuelva son los presos?
- Yo creo que en el fondo es eso.
El final de ETA llegó hace un año, cuando renunció al cobro del chantaje, el
“impuesto revolucionario”. Gente como Otegi estaban trabajando para ese final
con mucha dificultad, por eso considero que Otegi tiene que estar fuera de la
cárcel desde hace tiempo. Ahora, ¿quién echa la persiana? ¿Josu Ternera? ¿Por
qué no? Pero para cerrar esa persiana tiene que decir. “oiga, los ciento
cincuenta presos que tengo en Francia y los quinientos que tengo en España,
¿siguen en Canarias o les acercamos a sus familiares en un plan de reinserción?
Tienen que poner un punto y final un poco decoroso.
LIBERTAD PARA OTEGI
Y sale Otegi a la palestra, ¿es
Otegi un preso político? Piensa unos segundos y explica: “los de ETA no son
políticos. Ahora, Otegi sí es un preso de opinión. Era la cabeza visible de ese
mundo. Creo que es un líder carismático. No le conozco profundamente, pero sí trabajó
por la paz. Hay que dar soluciones, que Otegi salga, que funde el partido que
quieren, Sortu, que lo legalicen y a partir de ahí, que se comporten como
cualquier partido. Que hagan lo que quieran dentro de las normas y el respeto”.
Y puestos a hacer preguntas raras
le planteo una hipótesis: “¿Ves factible que en diez o doce años, el Partido
Socialista pueda apoyar a Otegi para ser lehendakari? “Si la izquierda
abertzale, que se dice progresista, quiere defender a la gente más
desfavorecida con programas políticos de progreso, de izquierda, etcétera, es
muy probable que pueda haber un acuerdo con el Partido Socialista, pero de aquí
a cuatro años; cuando ETA haya desaparecido definitivamente. Es más posible que
el Partido Socialista llegue a acuerdos programáticos con la izquierda
abertzale que con el PNV, pero eso, cuando tengamos normalizado el proceso de
digestión”.
EL ENCUENTRO CON ETA: HABLAR SIEMPRE ES BUENO
En noviembre se encontró con un
grupo de presos de ETA (Urrusolo, La Tigresa, Picabea..., gente que había cometido crímenes horrendos en el Comando Madrid)…
“Me llamaron del Gobierno vasco
para decirme que había presos que habían solicitado un encuentro para que les
hablara de cómo se ve la realidad de ETA y la violencia en las calles. Quizá
influyó más mi vertiente de periodista que de víctima, pero pensé que si hay
que hablar con el diablo, se habla con el diablo. Era un grupo que había
renunciado a ser de ETA antes del comunicado de octubre. El 30 de noviembre me
dirigí a la cárcel de Nanclares en una escena surrealista. Iba a ver a unos
etarras acompañado de dos escoltas que me acompañaron a la cárcel y que a la
puerta les dices: “espérenme que ahora vengo, que voy a ver a unos etarras”.
Fui muy duro. Les conté cómo fue el atentado, las amenazas que recibí, los
cócteles molotov, los insultos en Egin…, y me reconocían que se habían
equivocado. Me pareció muy importante. Fue un debate muy tranquilo, muy sereno
durante dos horas. Urrusolo llevaba la voz cantante y salí satisfecho. Al
finalizar, se levantaron dos que hablaron muy poco. Me dieron la mano y me
dicen “Gorka, te tengo que decir que yo formo parte del comando que te envió la
carta bomba. Te pido perdón”. Me quedé un poco cortado y dije, “pues agradezco.
Todo lo que pueda hacer para ayudaros, acelerar esa reinserción, contad con mi
apoyo”. Hablar siempre es bueno, y a mí me reconfortó”.
Luego seguimos charlando, miramos el paseo marítimo y nos despedimos alzando tímidamente el puño. Sin escoltas. Con optimismo:
Las anestesias a que nos han sometido nos
han convertido en animales individuales, en lobos solitarios. Hoy más que nunca
hemos de hacer frente con unidad a despilfarros basados en el ego y el
amiguismo, en la corrupción y las corruptelas. La unidad debe derrumbar esos
aeropuertos sin aviones, esos campos de fútbol sin futbolistas, esos circuitos
de Fórmula 1 sin pilotos, esa ciudad de la Justicia sin vida, esas vías de tren
abandonadas…
En Madrid, Esperanza Aguirre ha tirado el dinero de la ciudadanía a
paladas haciendo un Metro que llenó las urnas de votos pero que cada vez tiene
más precio y menos horario. Con unidad hay que parar los recortes que nos
acogotan en educación y sanidad.
Somos un 99 por ciento las personas que
queremos seguir disfrutando del estado del bienestar. La clave está en la
unidad de esa abrumadora mayoría.
La responsabilidad de las izquierdas no
es ir a rebufo de las políticas de derechas que demuestran cada día su fracaso.
Responsabilidad es unirse por encima de desencuentros absurdos, históricos,
enquistados, a veces personales.
Sindicatos de clase, PSOE, IU, movimiento ecologista, asociaciones de vecinos, de consumidores, intelectuales,
artistas…, el auténtico tejido social coincide en lo fundamental. Apartemos el
cainismo.
Despreciemos a los topos. Afinemos la unidad. Apoyemos a los mineros,
maestros en el arte de la unidad en su marcha que llega a Madrid, rompeolas de
todas las mareas, el 11 de julio.
Hace cincuenta años, en los duros,
grises, fríos, oscuros años del franquismo, saltaba una chispa en la mina, en
Asturias, que prendería en todas partes. Una chispa que despertó las
conciencias, una chispa valiente, incluso alegre en la batalla. Marcos Ana lo
cantaba así: Hay una lumbre en Asturias / que calienta España entera, / y es
que allí se ha levantado, / toda la cuenca minera... / Empezaron los mineros /
y los obreros fabriles. / Si siguen los campesinos / seremos cientos de miles.
Ahora vuelve a ser el momento de la mina,
del talante minero. La mina es algo más que un oficio, es una forma de vida, es
un sentimiento de amor/odio. La mina es un agujero en la tierra y son comarcas
enteras. La mina es riesgo y solidaridad extrema. Ahí abajo, en las profundidades
de la tierra, un trago de vino de bota sabe distinto y la palabra “camarada”
suena diferente. Cuando la oscuridad se desvirga sólo con la tenue luz del
casco y tu vida está en las manos del compañero, y la vida del compañero está
en tus manos…, cambian las perspectivas. Son pequeños secretos que se
desconocen en los despachos de los ministerios.
Por eso, los mineros, sus
mujeres…, siempre ganan. Es el momento de que todos seamos mineros, de que
todas seamos mineras.
Los mineros están marchando a Madrid. Llegarán el 11 de julio. #marchanegra
Están las cosas para ver comedias. Y si de
paso dejan dos o tres perlitas con fondo, pues mucho mejor. Y si hay unas gotas
de romanticismo, mejor todavía. La invención del vibrador es buena excusa para
presentar unas pinceladas de lo que era la Inglaterra victoriana, la miseria
existente, la hipocresía de su burguesía y como la mujer, fuera de la clase
social que fuera, siempre era víctima de una sociedad patriarcal y machista. Esperemos
que la peli no la vea Gallardón, no vaya a darle la idea de volver a considerar
la histeria femenina, una enfermedad.
En
los albores del feminismo se encontraba en el socialismo un punto de encuentro.
Era el sueño de la protagonista de Histeria,
Charlotte Dalrymple, “las mujeres unidas”, quien conseguirá el aplauso de todas
(pobres, burguesas, prostitutas…) en una de las mejores escenas de la cinta,
durante el juicio. Charlotte (interpretada por Maggie Gyllenhaal) es la mala, la mujer que se rebela,
sufragista, solidaria, peleona. La mujer que ve la pareja como algo entre
iguales, y que tiene claro que las mujeres que tienen que buscarse la vida para
comer, no tienen tiempo para “los nervios de la clase media”.
Esos
“nervios” son la “histeria femenina”, que hasta 1952 fue considerada una
enfermedad de mujeres. Allá por 1870 los síntomas estaban claros:
desfallecimientos, insomnio, retención de fluidos, pesadez abdominal, espasmos
musculares, respiración entrecortada, irritabilidad, pérdida de apetito y
“tendencia a causar problemas”. La curación, teniendo en cuenta que la ciencia
había decretado que las mujeres no podían tener orgasmos sin penetración, era
masajear médicamente el clítoris de la histérica hasta que tenían un
“paroxismo”, y se quedaban relajadas.
El
médico suplía a esos maridos puritanos que no sabían hacer el amor a sus
mujeres, ni con la forma, ni con la frecuencia debida. El uso de la mano resultaba
agotador, hasta que Joseph Mortimer, un joven médico, inventa junto a su amigo
millonario, Edmund St. John, un friki de la electricidad, el vibrador eléctrico.
El vibrador se convertirá desde el principio en un éxito, en sus inicios, como
material sanitario. Con el tiempo, no hace tanto, se ha convertido en juguete
sexual.
Directora: Tanya Wexler.
Guión: Stephen Dyer, Jonah Lisa Dyer.
Reparto: Hugh Dancy, Maggie Gyllenhaal,
Felicity Jones, Rupert Everett, Anna Chancellor, Gemma Jones, Jonathan Pryce.
Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía en 2001, ha intervenido en el
preámbulo del I Congreso Economía, Trabajo y Sociedad, organizado por la Fundación Primero
de Mayo. En palabras del secretario confederal de Estudios de CCOO, Rodolfo Benito,
“una de las personas más autorizadas en el terreno económico internacional”.
(La foto es de Fran Lorente)
Ignacio Fernández Toxo,
secretario general confederal de CCOO y
de la CES (Confederación Europea de Sindicatos) que intervino como "telonero", destacó que lo más dramático de la situación que está
pasando es que hay alternativas. Proclamó Toxo que es necesario un nuevo
contrato social para Europa, que “es posible enfrentar la crisis de otra manera
y reforzar la democracia”. Y al tiempo que llamó a la movilización, reclamó una
refundación de Europa, porque “está mal parida, y no es posible una moneda
única sin política”.
La ponencia de Stiglitz, a pesar
del tono, no se caracterizó por el optimismo. Al premio Nóbel de Economía le
resulta preocupante que no se aproveche la crisis para afrontar cambios
legislativos y que en vez de rectificar, se vuelva a la situación anterior.
En su opinión, la estrategia de la Unión Europeaestá abocada al
fracaso. Los mercados, por sí solos, no son estables y crean burbujas, como la
inmobiliaria. Paralelamente, aumenta el desempleo y se generan desigualdades.
Stiglitz arremete duramente
contra las políticas de austeridad, que en su opinión, “ha destruido la
confianza y el crecimiento”. Asegura el prestigioso economista que ningún país
ha salido de las crisis con austeridad, ésta “no hace más que estropear las
cosas”. España, por ejemplo, ni puede
devaluar su divisa, ni tiene grandes socios comerciales…, y ningún líder
explica cómo crecer con austeridad.
Las políticas adoptadas son
erróneas, y “llegan a empeorar la situación, como la reforma laboral decretada
en España”, afirma Stiglitz.
El premio Nóbel de Economía
también es claro con respecto al euro: “Si Europa y Alemania no van más allá de
la austeridad, el euro desaparecerá despacio y creando gran dolor”. Y concreta,
“el euro está más que en peligro. El sistema se desplomará, pero no sabemos
cómo”.
Lo que no entiende Joseph Stiglitz es cómo después de la Depresión de 1929, el FMI ha hecho recomendaciones multitud de veces a países que estaban en crisis, y de la crisis, gracias a estas medidas, pasaron a la recesión y de la recesión a la depresión. Y ahí seguimos.
Para terminar con una guinda optimista, asegura el economista que la clave de la solución está en la sociedad civil, de la que forman parte los sindicatos.
Acaba de empezar la jornada de lucha de la minería. Ya hubo en Asturias una revolución en 1934; ya hubo en 1962 unas huelgas en las minas que encendieron la chispa de la lucha antifranquista camino a la democracia; ahora es el momento de los nietos y los hijos de aquellas personas que lucharon.
Esperamos que los mineros vuelvan a marcarnos el camino, que despierten nuestra conciencia anestesiada, que nos animen a quitarnos el miedo. Que nos devuelvan la alegría de pelear por nuestros derechos.
Ahí va Santa Barbara. Por ellos. Y por todos:
Surge a diario en la
mesa de la más humilde tasca con menú del día y en el más lujoso de los
restaurantes; indispensable para el bocadillo del rápido almuerzo o de esa
frugal cena, nos lleva acompañando miles de siglos. El pan es protagonista en
las religiones, es bandera en motines y revoluciones, consigna de las más
diversas ideologías, presente como ningún otro alimento en refranes y dichos
populares… “Pan”, en la mitología griega era el dios de todo, de la naturaleza.
Desde luego, cuando le hincamos el diente no somos
conscientes de cómo surgió, en la Edad Piedra, ni agradecemos lo suficiente el
“descuido” del panadero egipcio que hace seis mil años dejó sin cocer la masa y
la fermentó accidentalmente. Después, al cocerla sobre la piedra, la masa
aumentó de volumen y logró ser blanda, esponjosa, ligera y con mejor sabor. No
es hasta el siglo XVII cuando se le añade la levadura para lograr ese mismo
efecto.
No está demasiado claro dónde surge el pan como mezcla de
agua, harina y sal (pan ácimo, sin fermento, ni levadura). Las primeras
noticias parecen situarlo en Egipto, Babilonia y los pueblos mesopotámicos.
También se puede hablar de pan en las antiguas civilizaciones precolombinas y
en las ancestrales culturas orientales, aunque su base eran otros cereales
distintos al trigo.
Sí parece claro que Egipto tuvo las primeras grandes
cosechas de trigo entre el sexto y el quinto milenio antes de nuestra era. De
Egipto se exporta a la Grecia clásica, donde comienzan a surgir exquisitos y
esmerados panaderos con nuevos útiles para la elaboración de los panes. El
Imperio Romano descubre en Grecia el preciado alimento y lo extiende por
Europa, África y Asia. En el siglo II después de Cristo, un escritor
grecorromano describe hasta setenta y dos formas distintas de hacer pan.
Parece documentado que los patricios (clases altas), tenían
acceso al pan blanco, siendo para los plebeyos el pan moreno. Incluso había
panes de inferior calidad reservado a esclavos y prisioneros. Los romanos
también progresan técnicamente en la elaboración del pan. De hecho sofistican
los hornos. Curiosamente, el término “horno” tiene como raíz etimológica, forn, igual que fornicatio y fornix. Es
más, fornix era una habitación
abovedada donde las prostitutas del Imperio recibían a los clientes. El lugar
donde se cocía el pan adquiere el mismo nombre por ser también una habitación
de similares características.
Religión y “milagros”
El pan es fundamental en el mundo hebreo y cristiano. La
Biblia está repleta de alusiones al simbólico alimento, tanto en el Antiguo
como en el Nuevo Testamento. Dios castigó a Adán, después de comer la manzana
presentada por Eva, “con el sudor de tu rostro ganarás el pan”. Y ya el cristianismo
verá como Jesús multiplica los panes en las bodas de Canáan e identifica –en la
última cena- su cuerpo con el pan. Eso sí, el judaísmo sólo consume pan ácimo
–sin levadura-, porque es así como se considera puro.
El otro día me contaban mucho mejor de lo que yo lo hago
ahora, que hubo un tiempo, allá por la Edad Media, en que los habitantes de los
países que consumían pan de centeno comenzaron a tener problemas de salud. Os
podéis imaginar como debían andar las tripas del personal… Pues bien, comenzaron
a observar… ¡el milagro! Los peregrinos enfermos que recorrían el Camino de
Santiago, sanaban, ¡alabado sea Santiago! (sobre Santiago os recomiendo ESTA entrada). Y ¡hala! diarreas, dolores y espasmos sanaban yendo caminito de
Santiago. En lo que no cayeron los doctos peregrinos era que el mal lo
proporcionaba el pan de centeno, y la curación no era tanto por peregrinar
rezando y rezando como por el cambio de dieta. Que los peregrinos abandonaban
el pan de centeno, enfermo de virus, bacterias o vaya usted a saber; en
beneficio del pan de trigo. Pan que consumían etapa tras etapa con propiedades
terapéuticas desconocidas.
Como vemos, el desarrollo en la cocción del pan implica un
paralelo desarrollo tecnológico y agrícola. Gracias al consumo de pan, el
hombre se preocupa de tener preparadas las tierras para que ofrezcan buenos
trigos, con lo que surge el barbecho, o el descanso que se le da a la tierra
algunos años entre plantación y plantación. Se desarrollan los útiles para
recoger el trigo, para separar el grano de la paja y para triturar el grano
hasta convertirlo en harina.
Molinos y gigantes
Por tanto, gracias al pan, Cervantes pudo escribir su
capítulo de El Quijote dedicado a los gigantes que no eran otra cosa que
molinos de viento manchego. Los primeros molinos de viento datan del año 833 y
se construyeron fundamentalmente en España, norte de Alemania, Holanda e
Inglaterra. Previamente, los romanos ya inventaron los molinos de agua allá por
el siglo IV.
Durante la Edad Media comienzan a aparecer cooperativas y
hornos públicos. En la mayoría de los pueblos existía un horno al que todos
iban a comprar el pan. En el campo, era fácil que el pan se fabricara en el
propio molino y se compraba en grandes cantidades. Fue en esta época, en un
periodo de sequía y enfermedad causada por el gorgojo (larva de insecto que se
alimenta de las semillas), cuando Carlomagno ordenó “que el número de panaderos
esté siempre al completo y que el lugar de trabajo esté siempre limpio y
ordenado”.
A través de la historia el pan ha acompañado al ser humano y
éste lo moldeaba a su gusto. En Egipto le daban forma de trenzas, corazones…;
en Grecia lo amasaban en forma de racimos de uva; en Roma se moldeaba con
formas cuando se utilizaba en homenajes; en la Europa Medieval se le daba forma
de plato y en las bodas con forma de anillos.
El pan se convertiría a partir del siglo XVIII en símbolo
de muchas reivindicaciones sociales. La revolución francesa tuvo como una de
sus causas inmediatas el aumento del precio del pan. La esposa de Luis XVI,
María Antonieta, ante una revuelta previa al 14 de julio de 1789, en tono
despreciativo se dirigió a los hambrientos diciendo: “Si no tienen pan, que
coman tortas”. María Antonieta terminó guillotinada, pero ha quedado el dicho
popular “a falta de pan, buenas son tortas”.
De la tapa al
sándwich
Son innumerables los tipos de pan: moreno, candeal, panini,
baguete, payés, parisina, de molde, de hogaza, de barra…, igual que es
innumerable el acompañamiento que hace. Desde el mediterráneo pan con aceite;
al que se le puede añadir sal, azúcar o tomate (uno de los mejores inventos
catalanes) y ajo; hasta la indispensable base de tapas y pinchos.
No podemos olvidar un invento del siglo XIX, el sándwich. Se
dice que el conde de Sandwich era un ludópata y que su cocinero tuvo que
inventar el sándwich para que aquél no tuviera que abandonar la mesa de juego.
La primera mención al sándwich fue en una novela de Balzac, en 1836.
Y termino con mucho pan, mucho aceite y mucho tocino
manchego en tono un poquito más duro que la tradicional jota castellano manchega.
Tierra de molinos harineros:
Conchi Blanco, casada y con dos
hijos, nació hace 47 años en la capital, aunque ahora vive en Móstoles, después
de haber pasado por La Fortuna
(Leganés). Allá por 1987, Conchi cuidaba niños y echó una solicitud para
realizar suplencias de pinche de cocina en el Hospital
12 de Octubre. Llegó el verano y la llamaron. Tuvo que elegir entre
vacaciones o trabajo y, evidentemente, eligió trabajo. Tras las suplencias
vinieron los contratos, la interinidad y la plaza en propiedad.
(La foto, lógicamente, es de Fran Lorente)
El puesto de trabajo de Conchi
está en la cocina “pura y dura”, aunque pinches hay también de planta, para
realizar el reparto; en la cinta de emplatado y en el tren de lavado.La jornada comienza a las ocho de
la mañana y, prácticamente al tiempo que se preparan los desayunos, se comienza
con las comidas, “hay que darse cuenta que hay que realizar alrededor de mil
servicios individualizados”. En la cocina de un hospital público el grado de
precaución y calidad es extremo. La elaboración de los alimentos se realiza en
la denominada “cadena de marcha adelante” para evitar contaminaciones. Es
decir, el proceso se inicia en el “cuarto de elaboración”, de ese cuarto se
pasa a otro y ninguna materia prima puede retroceder en la cadena para evitar
que se contamine. Hay cuartos para verduras, pescados y carnes.
Asegura Conchi que el trabajo en
la “cocina pura y dura” es duro pero llevadero gracias a la mecanización,
aunque “cargar pesos, soportar los vapores de las ollas o el calor de las
planchas es algo invetible”.
Sobre las diez y media, los
cocineros comienzan el cocinado al tiempo que se van preparando salsas y
condimentos. En este pequeño mundo que es la cocina de un gran hospital el
mundo tiene su reflejo. Ocho personas se dedican a la cocina, seis hombres y
dos mujeres; las gobernantas, mujeres, son cuatro; y la inmensa mayoría de pinches
son mujeres. No más de una docena son hombres.
Más exclusividad que “El Bulli”
A eso de las 12 del mediodía entra
en funcionamiento la cinta de emplatado. El servicio de nutrición y dietética
prepara la dieta de cada paciente. Explica Conchi que hay “nada más y nada
menos” que 43 códigos de dietas (para colesterol, diabetes, dietas sin grasa,
con más o menos calorías…) Además existe una dieta basal, “una dieta cero” en
la que el paciente puede elegir entre dos primeros platos, dos segundos y
postre.
Cuando el menú llega a la cinta,
se canta el número de código y se emplata cada uno. Al final de la cinta se
cierra la bandeja, se comprueba y se mete en el carro para repartir a los
pacientes, “es un trabajo meticuloso en el que sin duda la exclusividad es
mayor que en El Bulli”, sonríe Conchi, y reconoce que sí hay una sana
competencia entre hospitales por ver quien tiene mejor cocina.
Nuestra pinche de cocina desmonta
la leyenda negra que existe sobre la comida de los hospitales, “claro, a veces
la comida está muy insípida porque la dietista así lo impone. Hay que entender
que la alimentación del hospital es parte del tratamiento terapeútico y que no
se puede condimentar como en casa”. Además, considera Conchi que, “en general,
estamos mal acostumbrados con los sabores y que se abusa de la sal. A veces,
cuando cocinamos en casa o en restaurantes echamos hasta tres veces sal en el
mismo plato: antes de elaborarlo, en la elaboración y después de la elaboración
y eso que la materia prima ya tiene sal, cualquier verdura, carne o pescado
está compuesto de sales”.
El único inconveniente que
reconoce Conchi que a veces ocurre es por la temperatura, “es complicado
mantener los platos calientes en un lugar tan grande, pero estamos trabajando
para mejorar esto”.
En el reparto de los platos por
las plantas suelen colaborar con las pinches el personal de enfermería. Al
paciente no se le mete ninguna prisa para que acabe. Incluso, a veces, queda la
bandeja hasta el siguiente turno.
Pero “el buen fregado” se arma en
el “tren de lavado”, que es a donde se llevan todas las bandejas después de las
comidas. Ahí colabora todo el mundo, se va “desbarasando”, que es vaciar las
bandejas con orden (vasos con vasos, cubiertos con cubiertos, platos con
platos…), hasta que se deja todo preparado para la cena y…, vuelta a empezar.
La
Ocurrencia de
pagar
No hace mucho saltaba la noticia
de que algunas comunidades autónomas tenían intención de cobrar (o mejor,
cobrar por segunda vez) los menús de los hospitales. A Conchi le parece una
barbaridad porque, entre otras cosas, muchas personas optarían por traer de
casa la alimentación, y la alimentación
del hospital es parte del tratamiento terapuéutico. La alimentación puede
retrasar o impedir una recuperación. Los menús van pautados en relación a la
medicación que se suministra al paciente. Un paciente no puede automedicarse ni
autoalimentarse. El uso de sodio en ancianos, por ejemplo, puede ser veneno, y
eso se controla en el hospital.
Además del proceso habitual
existe en el 12 de Octubre lo que se denomina “la cocinilla”, para elaborar
menús infantiles, para alergias y para dietas muy especiales que cuenta con dos
pinches y un cocinero.
Con estas ocurrencias, la
enfermedad se convierte en un agravante de diferencias sociales. Sólo por estar
de baja, ya tienes menos ingresos, si además tienes que pagar por pagar en el
hospital…
Ser mujer y no morir en el intento
En casa de Conchi, la comida y la
compra suele hacerla su marido. Ella se dedica a la cena, eso sí. Nos cuenta
que ha podido conciliar su vida familiar porque su turno de trabajo es de
mañana, de ocho a tres, con lo que coincide el horario en que su hijo pequeño
está en el colegio. Con el turno de tarde la cosa es más complicada, pues se
entra a las tres y se sale a las diez.
Pero ella puede con todo: con los
hijos, el trabajo y con los estudios, que acaba de aprobar el curso de Auxiliar
de Enfermería. Aunque le gusta ser pinche, espera poder aprobar el examen para
auxiliar cuando se convoquen plazas.
El pasado mes de septiembre. El día de mi cumpleaños se me
presentó María Jesús Nogueiro Sánchez. Una mujer que sobrepasa los setenta en
edad pero no en espíritu. María Jesús estaba indignada. Y sigue. Seguro que hoy
un poquito más si cabe. Fue profesora de niños “muy especiales” me contaba y
ahora ha descubierto su pasión por las letras y la poesía.
En septiembre me dejó unos preciosos poemas para que los transcribiera
aquí. Al menos, Rebelión. No se me había olvidado. Ni mucho menos. Pero, en todos los órdenes, este
último año ha sido… No encuentro calificativo para este último año. Incluso
algunos meses La vida desde el lago ha generado telarañas. Todo ha venido
ocurriendo deprisa. A paladas se sucedían acontecimientos.
Claro. No es excusa. María Jesús estaba ya un poco
preocupada por mis ausencias y la semana antes del rescate nos encontramos. Sigue indignada.
Como tantos abuelos y abuelas. Veo estos días como también los autodenominados yayo
flautas son maltratados por la policía cuando protestan con sus poemas, con sus
versos, con su experiencia, sus vivencias. Va por las personas más mayores. Que
ya lucharon por dejarnos un mundo mejor y siguen en la brecha. Gracias.
Rebelión
¡Compañeros, mis hermanos!
la Historia nos lo enseñó
no nos olvidemos de ello:
Desde hace miles de años
el mundo tiene en su seno
hombres que son opresores
de los sueños y derechos.
Impasibles nos los
matan
nos ahogan los deseos
aplastando sin piedad
cualquier viento que nos traiga
sabores, alientos nuevos
esperanzas de igualdad
de vida, de honor, de respeto.
Sus vientos son opresores
son tsunamis, causan
muertos
son huracanes que gritan
con voces desde el infierno
el averno de sus almas
y su corazón de hierro.
Necesitan tener esclavos
no saben vivir sin ellos
no les basta con dominar
disfrutan causando miedo
teniéndonos atenazados
con hambre, enfermedad
¡sin sueños!
No os asustéis mis amigos
no creáis que exagero
los conozco, ¡qué dolor!
¡Siento cómo me rebelo!
(Muchas gracias a Sara que me ha ayudado con la transcripción)
Y ahí va este Chopin revolucionario para rebeldes con causa
como María Jesús.
Por fin hemos sido rescatados con 100.000 millones de euros. Bueno rescatada, que la rescatada ha sido España. Por fin vamos a aparecer en todos los medios internacionales, vamos a llenar portadas por un asunto económico y no por que el rey mate elefantes con su amante, o las monjas españolas hayan robado y mercadeado con miles de niños. Por fin la prensa internacional no nos va a sacar los colores por la patética persecución a Garzón al intentar investigar y hacer justicia con los crímenes del franquismo. Por fin entramos en el mundo.
Vale, el ministro The Windows o De Guindos, dice que no es un rescate, que es una ayuda, "un apoyo financiero". Pero es mentira. Es un rescate. Y punto. Rajoy no está. Si acaso preparado para ver el fútbol. El ministro, aunque nervioso, da a entender que esto es maravilloso, vamos, casi casi que "España va bien". Otra vez.
Yo me apunto con los mineros como estos de AQUÍ, y mientras tanto, ahí va mi homenaje a Merckel y los rescatadores y esta noche todo el mundo a decir GUTEN ABEND:
Fue fundador de CCOO de Asturias y de
Izquierda Unida. Acababa de abandonar la secretaria general del PCE y la
coordinación de IU para volverse a la mina, un hecho extremadamente raro en el
mundo de la política. Cronológicamente estuvo entre Carrillo y Anguita y como
los guerrilleros asturianos que hoy reivindica ha sido olvidado, si no
abandonado por las izquierdas. Hace veintidós años largos le entrevisté para
Mundo Obrero. Desde entonces ha mantenido un prudente silencio. Ahora, desde su
alejamiento de la vida política y social, le parece “increíble” que a estas
alturas, todavía, a nivel europeo, no haya habido un encuentro entre la
izquierda para pergeñar una respuesta a la situación de crisis que vivimos.
Desde esa lejanía sigue siendo un animal político, ahora entregado en cuerpo y
alma a restablecer la memoria de los guerrilleros asturianos. Acaba de publicar
un magnífico libro, Por qué estorba la memoria. Represión y guerrilla en
Asturias. 1937-1952.
Gerardo
volvió a la mina. Y se accidentó. Tras seis operaciones de columna la situación
se fue agravando hasta convertirse en un problema crónico irresoluble que ha
terminado lesionando sus nervios. Padece un dolor crónico de tipo neuropático
que no tiene tratamiento, “o sea, a joderse y aguantarse hasta donde se pueda”.
Esta situación le limita por no poder hacer vida en sociedad, pero asegura
Iglesias que sigue peleando, “una pelea distinta a la de otros tiempos, pero,
bueno, seguimos en el tajo”.
Y después
de veinte años de silencio aparece con un libro que es un interrogante: Por qué
estorba la memoria. Con ese tono asturiano y cierta retranca de viejo
comunista, clarifica: “No es un interrogante. Es una afirmación. Trato de
explicar por qué estorba la memoria. Por qué al cabo de treinta años de
democracia se sigue persistiendo en el olvido y en la impunidad sobre todo lo
ocurrido durante la dictadura. En la última parte intento explicar la
injusticia que supone que, a estas alturas, ni se ha hecho verdad, ni justicia,
ni reparación de lo que fue todo aquello, hasta el punto de que hay miles y
miles de gentes que siguen por las cunetas sin derecho a un entierro digno. Y
en concreto sobre la guerrilla, no ha habido absolutamente ningún
reconocimiento ni rehabilitación. Fueron gentes que han sido tratadas como
indeseables, como bandoleros, cuando al fin y al cabo estaban defendiendo la
legalidad constitucional de una República que fue violentada y derrumbada por
la fuerza.”
Vale,
camarada, pero a quién estorba la memoria. Y Gerardo toma oxígeno mezclado con
humo y nicotina: “Interesa a muchos que no se conozca la realidad porque
entretanto sigue planeando de alguna forma la sombra de Franco sobre la
ciudadanía, y eso condiciona el futuro desarrollo de nuestra democracia. La
memoria le estorba a la derecha y a los sectores más conservadores. Que se
mantenga la impunidad y el olvido les aporta réditos”.
Claro
con esa respuesta encela a cualquier periodista y entro al trapo mientras él
para, templa y manda. “¿Qué réditos?”, pregunto casi como un resorte. Vuelva a
dar una calada… “Hay elementos de tipo cultural y otros mucho más concretos.
Hay muchas mentes franquistas incrustadas en los aparatos del Estado. Pensemos
en lo que ocurre en el Tribunal Supremo, por ejemplo; o en los elementos que
habiendo pertenecido a la brigada político social se encuentran al frente de
responsabilidades importantes. ¿Cómo es posible que a estas alturas se pueda
juzgar al juez Garzón por intentar esclarecer lo ocurrido creando un escándalo
internacional? Por otra parte, en la realización del libro he podido comprobar
que sigue existiendo miedo a hablar a día de hoy. He visto cómo en muchas familias los padres no contaron a sus
hijos absolutamente nada de lo ocurrido. Las heridas no están cerradas”.
Amenazas
Pero
ellos insisten en “no reabrir heridas”. Dentro de la calma y su pausado hablar,
Gerardo es contundente con la palabra: “Eso es una amenaza. ¿Por qué en
democracia no se puede hablar de lo que fue un periodo de nuestra historia? Ha
habido algunas manifestaciones muy explícitas como cuando dicen que no se abran
nuevas trincheras, que llega la tempestad de nuevo. Eso condiciona. Eso es una
amenaza”.
En
su libro no todo es guerrilla, también hay un prólogo y un epílogo. Ahí das a
entender que la Transición se hizo con amenazas...
Gerardo
lo tiene claro: “La Transición fue dirigida por elementos provenientes de la
dictadura. La oposición no tuvo fuerza para provocar la ruptura. Ni siquiera
toda la oposición estaba de acuerdo en provocar la ruptura. La Transición fue
pactada. Yo vivo algún ejemplo, como aquel comité central del PCE en el que no
estaba en el orden del día hablar de banderas, ni de monarquía…, pero hubo una
llamada, creo que de Suárez a Carrillo… Carrillo salió y volvió al poco con una
declaración muy concretita que yo creo que todos, en medio de un silencio
atronador votamos unánimemente: votamos la bandera, la monarquía y lo que nos
echaran. Los militares habían amenazado con sacarnos de allí”.
Tal
como lo pinta yo no puedo evitar preguntarle si hay que arrepentirse de
aquello… Y se mueve en un baile de acá para allá: “Creo que no. Bueno, tal vez pudo presionarse
más de lo que se presionó; pero, en todo caso, vamos a aceptar que se hizo como
se pudo. La necesidad de poner fin a casi cuatro décadas de sangrienta
dictadura era imperiosa. Lo que no se puede entender ni justificar es que al
cabo de treinta años de democracia permanezca en silencio la impunidad y el
terrible agravio de lo que ha hecho Franco. Se puede entender que la oposición
democrática transigiera con una ley como la de Amnistía de 1977, pero no se
puede entender que más de treinta años después esa ley siga en vigor, más aún
cuando el comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas requirió a las
autoridades para que la supriman, ya que exculpa de sus crímenes a la dictadura”.
Las cosas del PCE y de Carrillo
Y el
miedo. Siempre el miedo. Mencionabas que el miedo aún existe. ¿Se puede acabar
con él? “El miedo no existiría si los demócratas tuvieran un sentimiento de
haber vencido, pero es que no lo tienen porque no hubo fiesta de la democracia.
No la hubo y se pasó de puntillas. Yo recuerdo el día de la legalización del
PCE. Estaba en una reunión de CCOO en Gijón y alguien interrumpió muy eufórico
para dar la noticia. Le dije que nos dejara en paz que estábamos reunidos. Fue
algo estupendo, pero todo lo que se había sufrido era demasiado fuerte para
resolverlo así, de modo que no había motivo para la euforia”, explica Iglesias
con claridad.
En
el libro también sobrevuela el cainismo de la izquierda… Pero
Gerardo Iglesias coloca la diana en su sitio: “Bueno, dentro del PCE. La
historia de los guerrilleros es tremebunda. A los guerrilleros se les abandonó
de la peor manera. La dirección estaba en el exilio y desconocía la realidad
que se vivía aquí y que se apoyaba únicamente en delegados que enviaba
coyunturalmente a enlazar con la guerrilla y que era la única fuente de
información. Se cometieron errores catastróficos tácticos y sobre las personas.
Se expulsaba a personas simplemente por discrepar, por no coincidir con la
dirección en el exterior. Era un periodo de cultura estalinista”.
Las cosas de IU y del PSOE
¿Crees
que fueron cambiando los métodos en los partidos?, inquiero yo metiendo un
poquito las gomas. La verdad. Y él responde echando mano de la memoria: “La
cultura que se va formando en instituciones de viejo cuño es muy difícil de
superar. Los cambios de mentalidad no se hacen por decreto. Tiene que pasar
mucho tiempo. Es algo que he vivido directamente. Intenté con IU dar a luz una
nueva fuerza política que tratara de superar el lastre y los límites del
partido convencional, pero IU, en muy poco tiempo se convirtió, por inercia en
un PCE bis. Todavía peor porque yo conocí un PCE con una gran influencia en la
Universidad, en círculos intelectuales y movimientos sociales. Lo que
demuestran los hechos y pone de manifiesto, por ejemplo el 15 M es que no se
distingue entre IU y los demás partidos. La renovación es muy difícil. Se ha
puesto de manifiesto en el PCE y se ha puesto en el PSOE. Es decir, ¿a quién se
le ocurre a estas alturas poner a Rubalcaba al frente del PSOE?”
Te
veo pesimista respecto a la izquierda… “Soy pesimista en el sentido de que, tal
como ejerce el gobierno la derecha, en muy poco tiempo podría quemar sus naves,
pero va a gozar del beneficio de no tener enfrente una alternativa. El PSOE no
hizo la catarsis que debió hacer cuando Felipe González dejó la secretaría
general y tampoco la quiere hacer ahora. Sí, todo el mundo percibirá que
Rubalcaba es un hombre muy hábil, muy listo, muy espabilado, pero es un pillo.
Se le nota a la legua. Es de la escuela de Felipe González”.
O
sea, que ves PP para rato. (Esto no es ninguna gracia relacionada con Rodrigo
Rato). Y caray, el ve derecha para rato: “A pesar de las barbaridades que está
haciendo puede mantenerse mucho en el gobierno. El PP no sólo hace lo que
ordena Angela Merckel y los mercados; está acometiendo un proceso de involución
política y social. No es sólo la reforma laboral, es la ley del aborto, la de
matrimonios homosexuales y…, cuidado, que hablan de regular el derecho de
huelga y de reunión”.
Gerardo
lleva casi treinta años sin hablar con Santiago Carrillo, cosas de la
izquierda. No creo yo que haya muchos políticos que tras abandonar la primera
línea se volvieran, no ya a trabajar, si no a la mina. Volvió a Asturias y
nadie quiso saber nada de él bajo la secretaría general asturiana de Gaspar
Llamazares. El ideólogo de Izquierda Unida desapareció devorado por su
creación. Ahora reivindica la memoria. Está trabajando sin parar en una
colección de fotografías de guerrilleros asturianos. Él mismo realiza los
marcos y, a mano, escribe pequeños textos. Lleva más de cincuenta en lo que
espera sea el embrión de un museo de la guerrilla asturiana.
No
puede moverse mucho por los dolores, pero quieto tampoco puede estar. Es un
animal político. Es el único tipo al que he oído decir que le parece
inconcebible que las izquierdas de Europa no se reúnan para buscar una salida a
la crisis. Para evitar la involución y la desaparición del estado del
bienestar. Claro. Él está fuera de los círculos. No está afiliado a nada. No
milita en nada. Pero “sí. Claro a votar sí voy. ¡¡Cómo no voy a ir a votar!!”
Asegura con ese tono pausado envuelto en humo del cigarro.
Lo siento. Seguro que es ego, pero no puedo resistirme a subir una foto con Gerardo Iglesias, pero como Fran Lorente no estaba para disparar, pues subo una que hizo Jesús de Miguel, en marzo de 1989. Vale. Gerardo está casi igual. Pero... también yo fumaba entonces. Y ahorraba en peluquería. Entre Gerardo y el autor de estas líneas, Franco González en tiempos algo lejanos de IU.
Por
cierto. El libro de Gerardo Iglesias, Por qué estorba la memoria. Represión y
guerrilla en Asturias. 1937-1952. Madera Noruega Editores, se puede buscar en
la Feria del libro de Madrid. Pero, también en CCOO de Madrid. Las personas
afiliadas tienen un importante descuento. Podéis pedirlo por e-mail:
ogonzalez@usmr.ccoo.es . O en el teléfono: 91 536 52 17
“Tú no eres para mí un amigo normal. Significas mucho, mucho
más para mí. Eres para mí. Eres. Eres. Eres el que responde a mis preguntas no
formuladas: sí, me siento sola, y por eso te escribo”.
“¡Mi querido y adorado amigo! Le escribo en un arrebato, en
un éxtasis que me llena el alma y hasta me arruina la salud, pero del que no
quisiera librarme por nada del mundo”.
La primera cita corresponde a la exitosa novela del italiano
Daniel Glattauer, Contra el viento del
Norte, cuya versión teatral acaba de estrenarse en Madrid. La novela está
íntimamente relacionada con las nuevas formas de relacionarse, gracias, o por
culpa de internet.
La segunda cita es un fragmento de una de las cerca de mil
cuatrocientas cartas que la baronesa Nadiezhda von Meck y el compositor Piotr
Illic Tchaikovsky intercambiaron durante quince años. El músico y la baronesa
se escribían hasta tres y cuatro cartas diarias en una relación intensa,
profundamente íntima, repleta de Amor verdadero. Nunca se conocieron. Nunca
escucharon sus voces.
Ella le escribiría: . “Si supiera lo que siento escuchando
su música y como le estoy grata por esas sensaciones. Hubiese querido conocerlo
personalmente, pero siento tan intensamente su encanto que temo la posibilidad
de un encuentro. Si un día tuviésemos que encontrarnos… no podría tomarle la
mano sin decir una palabra. Por eso prefiero pensar en usted a distancia”.
En la novela de Glattauer nos encontramos con diálogos por
correo electrónico de este tipo:
¿Y si no te gusta mi voz? ¿Si te impresiona? ¿Y si piensas:
así ha estado hablando conmigo este tío todo el tiempo? (…)
Re:
¿Y al revés? ¿Y si mi voz no te gusta? ¿Y si se te encoje el
ombligo? ¿Si luego no quieres seguir charlando conmigo?
Quizá, si Tchaikovsky y Nadiezhda hubieran vivido en la
época contemporánea habrían sido los protagonistas de Contra el viento del
norte, o simplemente, una pareja más, atrapada por una ciberrelación.
Vivir la ausencia
Tchaikovsky y Nadiezhda, en quince años de relación
epistolar jamás oyeron sus voces. Fue una relación extraña e intensa. Ella
estaba obnubilada por la música del compositor. Pero la cosa iba más allá. Él,
a pesar de su no comprobada homosexualidad, la necesitaba. Ella, además, era su
mecenas. Se necesitaban obsesivamente, vivían la ausencia. En una ocasión, durante
un verano vivieron muy cerca el uno del otro. Y se cruzaron…, una mirada. Tchaikovsky
dedicó obras importantes a Nadiezhda, entre ellas el Eugene Oneghiny la Cuarta Sinfonía.
La primera carta entre Nadiezhda y Piotr es del 18 diciembre
1876, cuando por intermedio de Kotek, violinista amigo de Tchaikovsky, ella le
solicitó transcripciones para violín y piano. “En compañía de su música la vida
es más fácil y más placentera”, le escribía. Nadiezdha acaba de enviudar.
En Contra el viento del norte, es la casualidad, o el
destino, vaya usted a saber, quien une a los protagonistas a través del correo
electrónico. El humor, la distancia, las palabras escritas será el material que
irá uniendo esa relación. Y los debates, la confianza, la intimidad, la
intensidad que surge entre dos seres que no se conocen de nada. No. No es
internet el responsable de estas relaciones. La prueba la tenemos es
Tchaykovsky y Nadiezhda.
Son cosas del ser humano. Me explicaba mi amigo Reoyo, y
creo que sirve el ejemplo, que un amigo médico, él también se dedica a esos
menesteres, le contaba en una ocasión cómo una paciente que padecía paranoia
decía que escuchaba voces, “pero…, ¿voces de dónde?”, preguntaba el doctor. Y
ella, “voces de la tele”. El médico, que ya tenía unos años explicaba, que con
esos síntomas, unos años atrás habría oído “voces de la radio”. Eso las
tecnologías son instrumentos que están a nuestro servicio, también en
patologías y sentimientos, que quizá el amor es una patología.
El “camino inverso” en una relación es ahora más fácil
gracias a los correos electrónicos, a las redes sociales, a los SMS, a los
whatsapp, a internet, en definitiva. El protagonista de Contra el viento del
norte, en esa montaña rusa de sentimientos asegura: “No pienso pasarme la vida
con una mujer que solo está disponible para mí en la bandeja de entrada” (…)
“De repente vuelvo a tener ganas de
conocer a una mujer de una manera de lo más conservadora: primero la veo, luego
escucho su voz, luego la huelo, tal vez la beso. Y más tarde en algún momento
posiblemente le escriba un correo electrónico”.
Tchaykovsky vivió quince años con una mujer en su buzón. El
protagonista de Contra el viento del Norte (“con qué pocas palabras puede
desatarse la pasión”)…, mejor no desvelar finales. O segundas partes, que la
respuesta final está en Cada siete olas.
Desde que el ser humano levantó la primera valla, desde que inventó la propiedad privada, surgieron los conflictos, luego las religiones también hicieron lo suyo…Una estremecedora fotografía de Fran Lorente.
El hombre es capaz de ser lobo para el hombre, pero, además, asesino para el resto de los seres vivos.
Asesino del planeta. Cuando un asesino de seres vivos mata un elefante, lo hace por sadismo y otros problemas psicológicos (elevar su autoestima, considerarse superior…) Cazar elefantes es inmoral y, a veces legal.
Poner vallas al campo puede ser legal, a veces inmoral, y se puede convertir en un atentado ecológico.
Madrid se ha convertido en una gran
trampa, gracias a sus gobernantes, para personas y animales. La imagen es
prueba de ello. La foto de Fran Lorente ha sido realizada en el Cerro de la
Cabeza, en el Paraje de los Cervunales (Pol.12), en uno de esos trocitos de
Madrid en que se puede respirar un poco, que el viento, sí atraviesa los
cercados.
Madrileño de tercera generación, como el autor de La vida
desde el Lago (toma chulería), Montoliú acaba de revisar, bueno, prácticamente cambiar de
arriba abajo, un libro publicado hace diecisiete años, Madrid 1900. Madrid en el siglo XX y en el periodo de Carlos III,
son las épocas preferidas de este gran conocedor de la ciudad. Cuando habla de
ella, sus ojos brillan y la elocuencia se le dispara con orgullo madrileñista.
Es cronista de la Villa y “firme defensor” de que cuenten con los cronistas
para mejorar la ciudad, cosa que apenas se hace. Claro, el orgullo también se
le escapa cuando habla de Madriddiario,
el primer periódico digital dedicado exclusivamente a Madrid, “una rara avis”
que demuestra que la información local interesa. (La foto de abajo es de Fran Lorente. Claro)
El periodo que
abarca Madrid 1900 es convulso. Es un época de crisis en la que España estaba
“sin pulso”, según escribía Francisco Silvela. ¿Ves paralelismos con la
actualidad? Pedro Montoliú medita un poco y responde: “No creo que llegue hasta
ese punto, aunque sí estamos en una época de transformaciones por otros
motivos, por otra situación económica y sociolaboral, pero sí es cierto que hay
similitudes y que se pasó de un tipo de sociedad a otro tipo diferente. Ahora
disfrutamos de un estado de bienestar y tenemos incertidumbre sobre su futuro.
A principios del siglo pasado no se sabía qué iba a venir. Entonces, el cambio
fue a mejor gracias a las presiones sociales. Pero esa sensación de incertidumbre
la tenían los madrileños de entonces y de ahora.
¿Y no hallas
paralelismos políticos como el bipartidismo o que los ricos cada vez eran más
ricos y los pobres cada vez más pobres? “El bipartidismo era un hecho y la
alternancia se realizaba de una forma casi caballeresca” –asegura Montoliú, y
continúa-: “En aquellos días había una gran carestía de la vida, mientras los
ricos eran cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. En este asunto
sí podemos hablar de cierto paralelismo entre los dos periodos. Los ricos eran
cada vez más ricos porque vendían en Europa los excedentes, incluso de primera
necesidad, porque era más rentable en el extranjero como consecuencia de la
ausencia de suministros provocada por la Primera Guerra Mundial. Además, la pérdida
de las colonias supuso una importante quiebra moral y de imagen internacional y
sin embargo se repatrían dos mil quinientos millones de pesetas en oro. Resulta
que los ferrocarriles militares en España se nutrieron hasta de las vías de
tren que había en Cuba. Aquello se dejó como tierra quemada. Toda esa riqueza
pasó a incrementar las cuentas de determinadas sociedades”.
Falta de conciencia
Cita también a
Corpus Bargas cuando afirmaba que, en Madrid, mientras se perdían las colonias
la gente volvía de los toros… “Eso es algo muy madrileño, o bueno, muy español.
Cuando las situaciones vienen mal dadas, parece que no fueran con nosotros.
Sólo cuando la situación nos ha caído de pleno, somos conscientes de la que
está cayendo. Hay una gran falta de conciencia”.
Volvemos a lo que
comentaba al principio, que los cambios se dieron gracias a las presiones
sociales. Como en la actualidad…, ¿hace falta una chispa? Recuerda el cronista
de la villa, que la situación entonces era mucho más conflictiva. Los ingresos
de los trabajadores eran muy bajos, las condiciones eran penosas, había una
gran explotación laboral…, hablamos de una época en la que se consigue una ley
de descanso dominical, otra por la que se consigue una jornada laboral de doce
horas, que luego fue de once, hasta llegar a las ocho. Es decir, se trabajaban
más de doce horas, infancia incluida. En ese contexto surgen la UGT, la CNT,
partidos que se van sumando como el PSOE, el PCE, el Partido Radical, la Unión
Catalanista…, partidos que se ponen al servicio de la defensa de los
trabajadores. Evidentemente no es una situación comparable con la actual. Ahora
la sociedad está más acomodada, aunque, no crea que había una gran afiliación
sindical, por ejemplo. La chispa surgirá en 1936. La única comparación
posible sobre la cita de Corpus Barga es
que, efectivamente, parece que la gente, con todas las medidas que se están
tomando actualmente, está mirando al tendido como si no fuera con ellos.
Parece que en
tiempos convulsos, la cultura y las artes se agitan con nuevas tendencias. En
1900, Madrid empieza a ser un hervidero, hasta la Guerra Civil. Luego, hasta la movida, no se ha vuelto a vivir ese
Madrid de vanguardias. Nuestro cronista de Madrid considera el inicio del siglo
XX, como “la Edad de Plata”, una época en que coincidieron varias generaciones.
“Con la guerra civil llegó el exilio y el miedo. Luego, con la democracia,
Tierno Galván potenció la aparición de grupos jóvenes. Ese boom fue sobre la nada y ahora nos parece un Everest”. explica.
Por tu libro
desfilan locales, teatros que hoy día tienen nombres comerciales… “Es muy
triste para la historia de Madrid que se pierdan los símbolos identitarios de
la ciudad. Personalmente, como historiador, me resulta muy duro escribir
nombres comerciales cuando hablo de edificios de nuestra ciudad, porque además,
el nombre comercial está sujeto a las reglas del mercado”, asegura Montoliú.
Era aquel Madrid de
los cafés y las tertulias, en el que la ciudad cobraba vida a partir de las
once de la noche. Unas relaciones que nada tienen que ver con hoy, fundamentalmente
cibernéticas… En opinión de nuestro madrileñista, ”ha habido un cambio de
costumbres que nos llevan al aislacionismo. Son costumbres que abogan por que
nos quedemos en casa frente a un ordenador. Madrid siempre ha estado muy
volcado en la calle, sin embargo, ha habido un evidente retroceso en los
últimos veinte años. Es una tendencia evidente. Estamos perdiendo la calle como
algo vivencial, como un lugar de confraternización y esto ha sido un error. Es entrañable
como en los principios del siglo pasado había sillas de alquiler en el Paseo de
Recoletos para que las personas se sentaran a charlar, que no sólo eran las
tertulias de café. Ahora, los más mayores o están encerrados en centros o se
tienen que subir a la línea Circular del autobús para poder hablar con otras
personas porque no tienen con quien”.
También hablas en
tu libro profusamente del periodismo de la época, con redactores que tenían
sueldos muy bajos y que daban lugar a la corrupción… Y Montoliú: “Sí, sí. Y
hablo de cómo los periódicos se ponían al servicio de los partidos y los
periodistas al servicio de quien pagara. Me refiero a lo que Manuel Bueno
denunciaba sobre el “chantaje” que terminaban haciendo los periódicos después
de lograr convertirse en un “poder”. Los cambios de línea editorial de los
periódicos en función de quién está detrás económicamente genera una
esquizofrenia en los lectores, un desencanto que lleva a la crisis de la
empresas periodísticas y de la credibilidad de los periodistas”.
De madrileño a
madrileño…, ¿existe el sentimiento madrileño. Y responde, “más que el
sentimiento madrileño, lo que existe es el sentir madrileño, lo que se venía en
llamar madrileñismo, pero no como algo antiguo y casposo, no como chotis,
parfusa y safo, sino como signo de identidad. Y ese sentir vive aunque esté
oculto. Madrid necesita recuperar su identidad. Son miles y miles de personas
las que históricamente, en oleadas, llegan a la ciudad y no se integran. Claro
que Madrid es una ciudad abierta, que a nadie pregunta su origen, pero nos
falta lograr la integración. Las personas que vienen de fuera dan por supuesto,
cuando vienen a Madrid, que no tenemos nada propio que ofrecer. Y tenemos
muchísimo. Los madrileños hemos sido muy respetuosos con los que han venido,
pero no les hemos dicho: “oiga, respete nuestras tradiciones, nuestra forma de
pensar y nuestra forma de vivir”. Hemos hecho dejación de madrileñismo y en
muchos casos, los propios poderes no han potenciado esto”.
Madrid: Donde habita el olvido
Relata Montoliú en Madrid 1900 un grave hecho desconocido
para la mayoría de los madrileños. Un accidente laboral ocurrido el 4 de abril
de 1905 en el tercer depósito del Canal de Isabel II, en la calle Bravo Murillo
esquina a Ríos Rosas, que costó la vida a 30 obreros y tuvo 54 heridos, además
de una manifestación posterior que, por la represión policial, le costó la vida
a otro trabajador.
Explica el autor
que el hecho tuvo una enorme importancia, tanta que la prensa acusó a los
contratistas por ahorrar en los materiales. Hasta Echegaray, que fue premio
Nobel de Literatura, intervino en la defensa de Ribera, uno de los
fundamentales ingenieros de la época en lo que fue el juicio del siglo.
Posiblemente se trata de uno de los grandes accidentes que se han producido en
España. Contiene todos los elementos para ser un “bombazo periodístico”:
situación laboral penosa; utilización de un nuevo material, el hormigón;
sindicatos que comienzan a denunciar; juicio a los responsables y estallido
social porque los trabajadores de la construcción de Madrid sabían que las
cosas no se hacían bien. Pero como ocurre con los grandes acontecimientos de
nuestra ciudad este hecho se ha olvidado. Nada hay que recuerde aquel hecho tan
grave. Nadie se acuerda de uno de los conflictos laborales más importantes del
ámbito local ocurrido en nuestra ciudad.