Meses llevaba preparándome para esta noche disfrutar del plante Marte, que tenía la bandeja del correo electrónico repleto de mensajes explicando que se iba a ver tan grande como la Luna.
Y no sólo eso, algún blog lo desarrolla con pelos y señales. Pero tuvo que llegar mi amigo Germán, el neutrino, para desbaratarme la historia. Y él sabe de esto. De cualquier forma casi queda más bonito que todo el mundo se tirara un rato mirando al cielo a la vez que, por ejemplo, mirando la tele a la vez.
De hecho, aunque Marte sea un puntito chiquitito en el cielo irreconocible para los profanos, yo creo que esta noche miraré el cielo. A pesar del neutrino.
Y, bueno, que nadie se quede con las ganas de ver Marte de cerca:
De hecho, aunque Marte sea un puntito chiquitito en el cielo irreconocible para los profanos, yo creo que esta noche miraré el cielo. A pesar del neutrino.
Y, bueno, que nadie se quede con las ganas de ver Marte de cerca:
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