La persecución franquista de la masonería tuvo dos motivos: uno ideológico y otro personal. El ideológico le empapó en la Academia, con lecturas como Los protocolos de Sión, un libro de gran éxito en la Europa del momento y que hablaba de un gobierno mundial en la sombra de judíos, bolcheviques y masones. Al cabo Hitler le dio por los judíos y al cabo Franco, por los masones. Por otra parte, el padre de Franco era "masón, librepensador y de costumbres algo libertinas", mientras que Franco "era un meapilas pegado a su madre que detestaba la figura paterna", ironiza Ignacio Merino, director de comunicación de la Gran logia Simbólica de España.
El dictador, ya en Marruecos, pidió por dos veces su entrada en la masonería, pero se le denegó, "seguramente porque quiso utilizarla como una forma de ascenso al generalato, y le vieron venir".
La paranoia de Franco aún la paga la masonería española. Mientras la obediencia liberal, la GLS cuenta en España con 600 miembros, en Francia son 30.000 y en Inglaterra 200.000.
Y se refiere Merino a los nuevos perseguidores de la masonería: "es un tema que obsesiona a los consparanoicos como Cesar Vidal, Jiménez Losantos y Ricardo de la Cierva. Intoxican muchísimo y ensucian el tema de la masonería con gran atrocidad y con ideas muy básicas". Para conocer a los masones hay que leer a los masones.
Según Merino, entre 15.000 y 18.000 masones fueron asesinados y represaliados por el franquismo. La persecución fue enfermiza llegándose a matar a hijos y esposas de masones, como si de un virus contagioso se tratara.
El 15 de septiembre de 1936 los golpistas de Franco publicaron su primer decreto contra la masonería: "La Francmasonería y otras asociaciones clandestinas son declaradas contrarias a la ley. Todo activista que permanezca en ellas tras la publicación del presente edicto será considerado como reo del crimen de rebelión".
Después, con la Ley de Responsabilidades Políticas, de 9 de febrero de 1939, donde, junto con todos los partidos del Frente Popular y sindicatos, se declaran (una vez más) fuera de la ley todas las logias masónicas.
El 1 de marzo de 1940 se dictó la principal ley antimasónica del Régimen, la Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo. Con esa misma fecha quedaba constituido el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, Tribunal que estuvo en vigor hasta la creación del Tribunal de Orden Público en 1963. El de la Masonería fue suprimido el 8 de febrero de 1964.
Con esta persecución, Merino asegura que "la masonería en España quedó en ruinas. Prácticamente erradicada sólo se mantuvo en el exilio". Hasta en su último discuros Franco no pudo olvidarse de los masones. Pero ahora vive un momento de florecimiento. Sin prisa, pero sin pausa.
El dictador, ya en Marruecos, pidió por dos veces su entrada en la masonería, pero se le denegó, "seguramente porque quiso utilizarla como una forma de ascenso al generalato, y le vieron venir".
La paranoia de Franco aún la paga la masonería española. Mientras la obediencia liberal, la GLS cuenta en España con 600 miembros, en Francia son 30.000 y en Inglaterra 200.000.
Y se refiere Merino a los nuevos perseguidores de la masonería: "es un tema que obsesiona a los consparanoicos como Cesar Vidal, Jiménez Losantos y Ricardo de la Cierva. Intoxican muchísimo y ensucian el tema de la masonería con gran atrocidad y con ideas muy básicas". Para conocer a los masones hay que leer a los masones.
Según Merino, entre 15.000 y 18.000 masones fueron asesinados y represaliados por el franquismo. La persecución fue enfermiza llegándose a matar a hijos y esposas de masones, como si de un virus contagioso se tratara.
El 15 de septiembre de 1936 los golpistas de Franco publicaron su primer decreto contra la masonería: "La Francmasonería y otras asociaciones clandestinas son declaradas contrarias a la ley. Todo activista que permanezca en ellas tras la publicación del presente edicto será considerado como reo del crimen de rebelión".
Después, con la Ley de Responsabilidades Políticas, de 9 de febrero de 1939, donde, junto con todos los partidos del Frente Popular y sindicatos, se declaran (una vez más) fuera de la ley todas las logias masónicas.
El 1 de marzo de 1940 se dictó la principal ley antimasónica del Régimen, la Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo. Con esa misma fecha quedaba constituido el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, Tribunal que estuvo en vigor hasta la creación del Tribunal de Orden Público en 1963. El de la Masonería fue suprimido el 8 de febrero de 1964.
Con esta persecución, Merino asegura que "la masonería en España quedó en ruinas. Prácticamente erradicada sólo se mantuvo en el exilio". Hasta en su último discuros Franco no pudo olvidarse de los masones. Pero ahora vive un momento de florecimiento. Sin prisa, pero sin pausa.
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¡¡¡VIVA FRANCO, ARRIBA ESPAÑA!!!
ResponderEliminar¡¡¡VIVA CRISTO REY!!!
franco estas en el infierno....
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