Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

lunes, 24 de septiembre de 2012

María Antonia y la Casa de la Moneda


María Antonia Araque en una foto de Fran Lorente
María Antonia Araque, a sus 36 años, lleva cinco trabajando en la Casa de la Moneda (toda la plantilla son personal laboral). Por sus manos pasan billetes y billetes. Por deformación profesional, cuando le dan las vueltas en el super o saca del cajero mira si llevan una “V” en el número de serie. Si es así, es la segunda vez que se encuentra con él porque esa letra indica que se ha impreso en España. Desde hace dos años es delegada de Comisiones Obreras, algo de lo que se siente orgullosa y a lo que le da gran importancia, “a través del sindicato se puede ser útil a la sociedad de una forma cercana, asequible”. Su hablar delata un exquisito uso del lenguaje y es que, claro, estudió Filología Clásica. Luego algo hizo relacionado con sus estudios, asegura sonriendo, porque fue vigilanta en museos. Eso sí, en condiciones precarias, por eso llegó por casualidad a la Casa de la Moneda, después de aprobar una oferta de empleo público de auxiliar. 
Luego promocionó y se dedica al 
manipulado de papel. 
Ya sabemos que papel…

Tiene un hijo, una hija y un marido que “más que ayudar, comparte, porque además, mi compromiso sindical supone un plus en los horarios”. El destino hizo que entrara a trabajar durante su primer embarazo por lo que, por prevención de riesgos, la retiraron de la zona productiva; aunque reconoce que la rotación de turnos sí hace difícil conciliar la vida familiar, “las rotaciones son siempre complicadas en los equipos aunque la empresa sea asequible”. Los tres turnos cubren prácticamente el día: de 7 a 14:30; de 14:15 a 21:45 y de 23:45 a 7:15. Y nos habla de la plantilla: “la edad media es bastante elevada porque la oferta pública es relativamente reciente. También por ello sólo el 17 por ciento son mujeres.
Explica María Antonia que se manipula mucha carga: papel, bobinas, tintas…, y que antes de la Ley de prevención, todo se hacía a carga física: “Ahora está todo más mecanizado y sujeto a una normativa mucho más estricta que en cualquier otra imprenta”.
Seguridad
Su trabajo, “a veces es monótono, pesado, repetitivo y requiere destreza” a la hora de airear los pliegos de los billetes porque luego van a ser cortados… Y nos cuenta Maria Antonia que si falta un billete hay que buscarlo donde sea, y a veces se caen y se pegan…, aunque reconoce que jamás ha conocido ningún problema. Eso sí, las medidas de seguridad son grandes. Cada día es cacheada al salir del trabajo y, al entrar, le precintan la cámara del teléfono móvil. Evidentemente, asegura con humor, “no me puedo llevar el trabajo a casa”.
De su trabajo, lo que más la incomoda son las máquinas ruidosas para las que hay que levar protección auditiva, “no es un ruido ensordecedor, pero sí un zumbido constante”. Y recuerda como siendo auxiliar tenía que recorrerse el edificio, que es enorme, aunque, “después del segundo embarazo me vino bien para adelgazar”.
Con todo, reconoce que, a pesar de haber llegado por casualidad, le gusta su trabajo, “es un mundo muy interesante y lleno de curiosidades”, por eso recomienda la visita al Museo de la Casa de la Moneda que es gratuita. Y a pesar de la crisis, comenta con humor que está claro que aun en el supuesto de que desapareciera el euro, habría que imprimir otro billete.
Con cierto orgullo cuenta que hasta el papel de los billetes lo fabrica la Casa en Burgos y que tiene que sufrir muchos procesos. Lo que no se sabe, porque es “confidencial” es lo que cuesta hacer un billete. Paradojas de la vida…
Cuenta con gracia María Antonia, que el Banco de España, responsable de la emisión de billetes, es el cliente de la Casa de la Moneda y que les aprieta con los tiempos como cuando unos trípticos tienen que estar tal día a tal hora.
Pero no sólo el Banco de España es cliente, también se han impreso los billetes de Irak tras la guerra, porque la impresión no está vinculada al país y es que “el producto que hacemos es de muy buena calidad, internacionalmente reconocido. Por ejemplo, Gran Bretaña fabrica euros aunque no utilice esta moneda.
También es el momento de la evolución en la Casa de la Moneda, explica María Antonia, “la empresa tiene una gran dicotomía, se hace desde impresión de todo tipo al modo tradicional, hasta tarjetas inteligentes y desarrollos informáticos.”
Imprenta de seguridad
Intenta María Antonia ser lo más pedagógica posible a la hora de explicar todo lo que se hace en la Casa de la Moneda, “una empresa solvente, puntera en su sector de actividad y que revierte en la sociedad”. Se esfuerza en contar que se trata de “una imprenta de seguridad” y que los documentos que allí se realizan son “de seguridad”. Esto es, los documentos que se imprimen los podría hacer cualquier imprenta (a excepción de la calcografía, o sea ese relieve del billete que las cajeras del super acarician con el dedo). Sin embargo, la diferencia radica en que los requisitos de seguridad de los procesos de fabricación, de las instalaciones y del tratamiento de la información que requieren esos documentos no los puede cumplir cualquier imprenta. Ahí radica la “especialidad”. Se trata de una industria dentro de la administración pública. Pertenece a artes gráficas pero con unas condiciones especiales.
Claro, no todo son billetes. Se realizan documentos públicos: DNI, pasaporte, tarjetas de crédito, tarjetas sanitarias…, y productos tradicionales como los sellos.

Y a pesar de todo, después de estar con María Antonia, me he acordado de este tema:

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