Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

viernes, 17 de junio de 2016

Somos Coca Cola en lucha. El libro

Somos Coca Cola en lucha es algo más que el relato verídico de la lucha mantenida por los trescientos espartanos y espartanas de la fábrica que el refresco posee en Fuenlabrada. Pero es algo más, es la evidencia de que la lucha de clases existe y de que es imprescindible la organización sindical por la base para hacer frente a los poderes. El último capítulo de esta historia aún está por escribir, pero como asegura Juan Carlos Asenjo, líder y portavoz del comité de empresa, “esta lucha ya la hemos ganado moralmente”.

La escasa labor de edición de los textos convierte al libro en un relato oral en negro sobre blanco. Es una aventura real de lucha, extremadamente elocuente, en la que vivimos una auténtica montaña rusa de emociones. Las emociones y sentimientos vividos por un grupo de personas normales que de la noche a la mañana ven cómo sus proyectos de vida se derrumban por un ERE que es ilegal. Enfrente está la todopoderosa marca Coca-Cola. Esa marca, maestra en emotivos spots publicitarios que manda sobre gobiernos y hace lobby con los más poderosos bufetes de abogados.

Nunca Coca Cola pensó que unas pocas personas, organizados en las Comisiones Obreras, iban a causarle tantos problemas. Pulido, Teresa, Mercedes, Raúl, Daniel, Juan Carlos, Carmen, Josefa, Aurora, Idoia, Gema…, una larga lista de trabajadores, trabajadoras, sus esposas, sus novios, sus familiares, narran desgarradoramente los dos años de lucha emprendidos desde que el 22 de enero la empresa anunciara un ERE impensable para casi todos. Esa misma mañana se había firmado el convenio colectivo. La empresa acababa de invertir un dineral en modernizar una planta que era “la perla” como la calificaba su exdirectivo, Marcos de Quinto.

Miedos, traiciones, incomprensiones, victorias e insistencia recorren cada página del libro. Son historias y tragedias personales, presiones psicológicas sufridas por unas gentes que, golpe a golpe, se han convertido en una gran familia. Es la historia de un campamento que surgió espontáneamente, frente a la fábrica, con un bidón y unos cartones. Un campamento con la función de “informar” directamente a la plantilla, pero también con el objetivo de hacer “unión, colaboración, de conocer a las parejas, de atención a los medios, visitas, arranque, logística…”

Con Juan Carlos Asenjo y el libro, un sábado de manifa en Sol.
A pesar de las tragedias, Somos Coca Cola en lucha es fundamentalmente un drama, con momentos de exaltación, como cuando el Tribunal Supremo confirma que el ERE es nulo; y momentos duros, como el día de las cargas policiales, con un Ministerio del Interior haciendo el trabajo sucio a una empresa que incumple reiteradamente sentencia tras sentencia.

Pero además, a través de las páginas del libro entendemos entresijos y el tufillo mafioso que rodea a la marca. Si esta historia es la victoria de David sobre Goliat, lo es también gracias a los servicios jurídicos de CCOO, con Enrique Lillo a la cabeza, quien sin pelos en la lengua arremete contra los medios de comunicación comprados a golpe de talonario; contra los despachos de abogados de élite; contra los desorbitados sueldos de directivos “enchufados”; contra juristas que  se han pasado “al lado oscuro”; contra el “Ministerio de Empleo del PP que está al servicio de las multinacionales…, pero al servicio directo”.
Todo ello, sin que Lillo olvide una dosis de autocrítica y crítica a los “movimientos espontáneos”, resaltando que es mentira que “los sindicatos están domesticados” y que lo que “hace falta es una organización sindical y una unidad de los trabajadores, no una ideología barata”.

El conflicto de Coca Cola es, sin duda, de los más relevantes de los últimos tiempos, tanto por la lucha humana y sindical, como por los precedentes que genera, apuntando directamente a la reforma laboral del Partido Popular, redactada por los “lobbies empresariales y despachos de élite que asesoran a grandes empresas”. Sin duda, los trabajadores y trabajadores de este país tenemos una deuda pendiente con los irreductibles de Fuenlabrada.

El libro se puede adquirir, por ejemplo, en CCOO de Madrid. Calle Lope de Vega, 38. planta 5.

PARA SABER MÁS:








1 comentario :

  1. La historia de CocaCola deja en pañales las tramas de Corleone...
    Jueves, Políticos, Gobiernos, Cuerpos de Seguridad, Medios de Comunicación,... en general los poderes fácticos al servicio del poderoso que, curiosamente, ve tambalear su imperio por la unánime decisión de un puñado de ciudadanos, cuya dignidad está por encima del miedo.
    Brindo por ellos y por el ejemplo sublime de "los espartanos de cocacolaenlucha"
    Ojalá prenda su llama y espíritu en esta maltratada sociedad.
    Siempre ARRIBA, Siempre ADELANTE!!!

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