Hace cincuenta años se estrenaba una película que es todo un clásico, Desayuno con diamantes, basada en la novela de Truman Capote (Desayuno en Tiffany’s, también título original). En pocas películas encontrábamos a una mujer con depresión, anoréxica con días rojos, no ya negros (“los días rojos son terribles, de repente se tiene miedo y no se sabe por qué”).
En las bodas de plata de Desayuno con diamantes y a un año del terrorífico 2012, Trier nos obsequia una cinta repleta de simbolismo en la que la depresión lo abarca todo. Una cita con cámara al hombro y con escenas magistrales acompañadas de magistral música.
Si en su película anterior, Anticristo, el leit motiv era la ansiedad, ahora nos encontramos de bruces con la depresión, ese estado que enmierda la vida hasta la destrucción, pero que hace personas muy especiales a quienes la padecen.
Melancolía está dividida en tres partes: un prólogo y dos partes. Todo ello se desarrolla mientras el planeta Melancolía, diez veces más grande que la Tierra se acerca peligrosamente a nuestro planeta.
En la primera parte, una boda abocada al desastre antes de finalizar, con un impresionante banquillo de personajes. Una boda imposible porque una cosa es ser y otra parecer.
En la segunda parte la depresión, el mundo que acaba, única salida a la depresión y un mundo más íntimo en el que cada personaje reacciona de una manera socialmente sorprendente ante el final. El seguro, no lo soporta; la equilibrada, se torna histérica; la desequilibrada, mantiene la tranquilidad y el mundo inocente de los sueños infantiles tiene fe. La infancia no está maleada.
Dirección y guión: Lars von Trier.
Reparto: Kirsten Dunst, Charlotte Gainsbourg, Kiefer Sutherland, Charlotte Rampling, John Hurt, Alexander Skargarsgard, Brady Corbet, Udo Kier.
País: Dinamarca.
No hay comentarios :
Publicar un comentario