Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

martes, 28 de octubre de 2014

Dos días, una noche. Un drama laboral al día

Si hubiera que etiquetar Dos días, una noche en un género y subgénero fílmico, se trataría de un drama laboral. Una historia que cabe en cualquier país europeo sumido en esta crisis en la que nos ha metido el capitalismo extremo. Una historia que los guinistas, advierten, habría sido muy diferente en un a gran empresa con representación sindical.

El personaje que lleva el peso de la película es Sandra, magistralmente interpretado por Marion Cotillard. Sandra ha estado de baja laboral por depresión y a la hora de reincorporarse a su puesto de trabajo se encuentra con la ocurrencia de su jefe: Los dieciséis compañeros de Sandra deben decidir si renuncian a su prima para que ella pueda reincorporarse.

Tras una primera votación, sólo dos están a favor de la reincorporación de Sandra y renunciar a su prima de 1.000 euros. Pero ante las presiones del capataz en esa votación, Sandra convence al empresario para que se repita. Es viernes, tiene hasta el lunes para convencer a sus compañeros con el único apoyo de Manu, su marido.

La falta de relaciones laborales, la desregulación, la individualización en las negociaciones, la moda de utilizar la crisis como excusa, empresarios que se transforman en Pilatos después de convertir en una selva los centros de trabajo, después de azuzar el enfrentamiento entre trabajadores -cada vez más esclavos y menos trabajadores-, demolición de la conciencia de clase…, eso es Dos días, una noche.

Acompañamos a Sandra en su angustioso viaje de fin de semana, en ese batallar por no perder su puesto de trabajo desde una autoestima desmadejada. Visitamos a sus compañeros, cada uno con sus problemas, sus necesidades, sus razones… Sandra hace despertar alguna conciencia, es la chispa para cambiar vidas, se encuentra con muros de cemento, con conciencias, egoísmos y solidaridades. En definitiva, con seres humanos convertidos en un tribunal.

Eso sí, un tribunal con truco, atenazado por el miedo al paro, a la no renovación de un contrato, a no poder pagar la luz, a no poder dar una educación a los hijos... Ese miedo que tan magistralmente sabe manejar el capitalismo para nuestro desastre personal. Una baja laboral ha sido la espoleta para la trágica historia de Sandra, quizá el elemento más débil a primera vista.

Pero la solución existe para levantarse: la dignidad de la clase obrera.

País: Bélgica, Francia e Italia.
Director: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne.
Guión: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne.

Reparto: Marion Cotillard, Fabrizio Rongione, Pili Groyne, Simon Caudry, Catherine Salée, Batiste Sornin, Alain Eloy, Myriem Akeddiou, Fabienne Sciascia, Olivier Gourmet.

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