Mañana diré con quién he comido hoy. Hoy diré que he comido en un asiático que se llama Gó. En un callejón de la calle Alcalá, antes de llegar a Zaragoza. Hemos comido en el tepanyaki, que no es otra cosa que la plancha. Ahí se puede ver evolucionar al cocinero con maestría, con sus cuchillos y su amplio instrumental.
Prácticamente al tiempo que pedíamos tepanyaki de arroz, de pato, de sepia, de rollitos de ternera, Baltasar Garzón se iba al Hopital con un subidón de tensión. De postre maji y te jazmín. Por lo visto, Garzón tenía una crisis de ansiedad, que la tensión le llegaba a 20, cuando lo normal es 14.
Hoy es viernes e iba a colgar un vanguardista video de una seguidora artista, pero no la tecnología se niega.
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