Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

sábado, 28 de febrero de 2009

¡Bravo!

Después de lo que he visto esta tarde, me da vergüenza recordar mis quejas de ayer porque se me subió la bola. O sea, el gemelo derecho. Y me da vergüenza reconocer las agujetas que tengo en el musculito de la parte de atrás de la parte de arriba del brazo, que yo creo que es tríceps. Todas estas pequeñas molestias vinieron a cuenta del Pilates, que ayer mi señora monitora estaba marchosa. Agotado, tembloroso, pero tieso como un ajo no pude por menos que ir a tomarme un té…, pero esto ya lo narré ayer a cuento de las micciones imposibles.

Cuando digo que me avergüenzo es porque esta tarde he visto el espectáculo Rain del Cirque Eloize. Ya hace tres temporadas anduvo por aquí esta compañía canadiense con el espectáculo Nomade. La pena es que están muy poco tiempo porque, a pesar de la crisis, el teatro estaba a rebosar y el teatro rebosante ha aplaudido al acabar la función, con entusiasmo, con intensidad, con emoción. Y el público ha salido con la felicidad en los rostros (en la fila 10 ó 12, Carlos Hipólito, que se ha chupado cola de última hora).

Al igual que en Nomade, Rain es circo para teatro, elegante, repleto de humor, pero nada para intelectuloides, como en un momento dado vienen a dejar claro.
Es circo para teatro porque requiere de la intimidad de una sala de teatro, no una carpa como el Price (dudo que sus gestores, puestos ahí por el Ayuntamiento de Madrid, sepan del Cirque Eloize), ni un cosa superespectacular como el Cirque du Soleil, donde, me dice una amiga, maltratan y explotan a los artistas.

En Rain hay belleza y estética en la escenografía y en los cuerpos. Belleza y fuerza, coordinación, equilibrio, elasticidad. En Rain hay originalidad, juego de luz, música en directo. Cada artista es especialista en algo pero todos hacen de todo. Y yo creo que por mucho que practique pilates nunca lograré hacer el número de los hombres fuertes (más o menos minuto 3 del video). Eso sí, prometo no quejarme si se me sube la bola, o si tengo agujetas:

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