Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Amanda Puig: "La cultura es un respiro"

Amanda Puig, en una fotografía de Fran Lorente

Madrileña de pura cepa con apellido catalán, esta motera dueña de un yorkshire “nada pijo”, a pesar de su juventud vive de lo que más le gusta: cantar, a pesar de que asegura que en la ducha está calladita. Absolutamente polifacética, ha realizado la promoción de la serie Smash de AXN white; ha sido Arenita en Bob Esponja, Mary Poppins, La Bella, Wendy… La vimos recientemente en el Ateneo Cultural Primero de Mayo produciendo el espectáculo Alma de zarzuela y entre actuaciones y clases anda creando con su chico, Igor Inza, un grupo de pop-rock: Guitrod, ya con algunos temas como este Ahora me toca a mí, que puedes escuchar AQUÍ.



A mí se me hace raro que alguien así, como Amanda se dedique a esto del canto… Me cuenta que su madre es pianista y que desde muy pequeña ha vivido con la música en casa. Ya con trece años empezó a componer canciones en las que narraba historias que le contaban sus amigas. Un día, unos amigos la escucharon y la recomendaron educar la voz… “Fui a un profesor y, desde los 18 años, empecé a engancharme con la lírica”.

Ahora, está a punto de finalizar el grado superior en la Escuela Superior de Canto de Madrid, que en canto es equiparable a una licenciatura. A ello hay que añadir multitud de cursos, como la Master Class con Jeremy Powell y Mariano Detry; o con Montserrat Caballé y el tenor Ian Baar

Y, con la que está cayendo, a pesar de la inestabilidad que conllevan las artes escénicas, vive de trabajar, “eso sí, sin representante”. Bueno, además del escenario están las clases que imparte en la Escuela de Carmen Roche y a particulares.

Anda con un poco de lío sobre su genero preferido: “Mmmmm… El rock lírico me encanta, pero también la zarzuela”.

Me parece llamativo ver a una persona joven tan entregada a la zarzuela, pero ella lo tiene claro, “el género se está quedando atrás. La juventud no sabe ni lo que es, pero es sorprendente cómo se acercan a la selección que hago en Alma de zarzuela, que son temas muy divertidos”.

Yo que soy bastante zarzuelero, creo que no se apoya lo suficiente desde las instituciones al género chico. Y Amanda comparte: “Es una pena la falta de interés para apoyar un género eminentemente español. Resulta envidiable cómo otros países defienden, apoyan, respaldan su música. La crisis está complicando todo más, pero yo sigo intentando zarzuelear”.

Como no puede ser de otra manera para una persona implicada en el mundo de las artes es radicalmente contraria a las medidas del Gobierno que están atacando en plena línea de flotación de la cultura… Piensa Amanda que “la subida del IVA en las entradas de cines y teatros dificulta todo más de lo que ya estaba. La cultura se iguala al resto de bienes de consumo, pero la cultura es un respiro, implica un disfrute, relaja…, algo muy importante en momentos complicados como los que vivimos. Si antes era complicado que una familia de cinco miembros compraran unas entradas…, ahora es imposible”.

- A pesar de todo, con Alma de zarzuela está siendo un éxito…
- Llevo dos años levando el Alma por toda la geografía. Este proyecto es mi ilusión y lo puedo realizar, primero, gracias al gran apoyo que me dan mis padres y también por los grandes artistas que me acompañan: Joan Salas, pianista, actor, bailarín; así como José Cerrato, nuestro don Hilarión, un excelente amigo y profesional.

Amanda es una soprano poliédrica, interpreta personajes de lo más variopinto, de Arenita en Bob Esponja a la casta Susana… Evidentemente no está encasillada, pero claro, me parece complicado prepararse personajes tan diferentes… “Lo fundamental es la dirección, pero también hay un trabajo personal detrás. Para preparar Arenita, que es mi personaje favorito, tuve que verme toda la serie de dibujos. Luego está el trabajo de la voz, hay que modular la voz… Termina siendo más complicado preparar musicales infantiles”.

- Y claro, el público también es variopinto. ¿Adultos o peques?
- Mira, yo a veces me pregunto para qué estamos en los escenarios. Pienso que el objetivo es que las personas disfruten de un trabajo bien hecho, que se transporten a un mundo de ilusiones… Eso sí, el público más agradecido es el infantil. Los niños son muy participativos. Lo más emocionante, lo mejor del mundo, es que un niño abrace a Mary Poppins. Yo, los autógrafos los firmo como el personaje que interpreto, no como Amanda Puig.

Sobre Amanda puedes ver pinchando AQUÍ, o AQUÍ.


Ahí estamos los dos echando unas risas bajo el objetivo, claro, de Fran Lorente.

1 comentario :

  1. Sorprendente y curioso que a una joven como Amanda le vaya el género zarzuelero, y por otra parte... admirable.

    Está claro que la zarzuela se está quedando atrás. Una verdadera lástima. En Barcelona concretamente hará unos 10 años existían tres compañías que representaban zarzuelas con cierta asiduidad. El pasado año ya solo quedaba una de ellas, la del maestro Damunt que creo recordar que se despidió de la escena en Bilbao con una representación de las clásicas "La Marina" y "La Tabernera del Puerto". A partir de ahí, nada de nada.

    Personalmente la zarzuela me daba bastante igual hasta que a los 16 años ingresé en una compañía de teatro en la que si queríamos protagonizar obras convencionales, se nos exigía, a cambio, participar en los coros de las zarzuelas (para hacer "bulto") que se representaban en la misma compañía. A base de formar parte de los coros, de aprenderme las letras, de aparecer en todas las zarzuelas, e incluso de repetir dos y tres veces en alguna de ellas, la zarzuela terminó por gustarme.

    Por desgracia la subida del IVA no solo no ayuda a la zarzuela, sino que arrasará consigo mucho del patrimonio cultural que tanto y tanto cuesta sacar adelante, incluso en tiempos de bonanza.

    Un abrazo, Alfonso, y mi reconocimiento y admiración por Amanda Puig.

    besos :)

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