Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

domingo, 13 de julio de 2014

Una novela postapocalíptica: "Tana y el olvido" de Miguel Martínez Rivas


Hace pocas semanas recibí una invitación para acudir a la presentación de Tana y el olvido, una novela editada por Adhara y escrita por Miguel Martínez Rivas. No pude asistir al acto pero me quedé con la copla, también porque la presentación corría a cargo de Federico Mayor Zaragoza, autor asimismo del prólogo. Así que busqué Tana y el olvido, la compré y la leí.

La acción se desarrolla en el sur de Madrid en el año 2576 en un ambiente post apocalíptico que puede recordarnos a Los juegos del hambre o a El planeta de los simios, pero eso sí, desde la cuenca del Jarama hasta Madrid.

Miguel Martínez Rivas deja claro que conoce la naturaleza y la zona. Es más, reconozco que, en mi opinión, la trama tarda en aparecer debido a las descripciones. Eso sí, cuando más allá de la página 70 empieza la actividad, aquello ya no hay quien lo pare. Se lee con avidez y ya no hay forma de parar.

Tana y el olvido es de fácil lectura. Hay aventuras y elementos para la reflexión. Es para lectores de todas las edades y recomendable para la gente más joven. Más allá del tema evidente es una novela sobre la naturaleza y el ser humano. Con sus virtudes y sus defectos volvemos a preguntarnos si el hombre es bueno por naturaleza o es un lobo para el hombre.

En Tana y el olvido hay miedo. Ese miedo que nos manipula. Miedo a lo desconocido, a aquellos que no son como nosotros, al vecino que tiene otras costumbres; hay religión en la que el ser humano tiene relación directa con los dioses, hasta que los intermediarios aparecen; hay drogas; amor romántico y amor en el sentido más amplio del término; hay muerte.

Y es una reflexión sobre el progreso, la cultura, la civilización. ¿Seremos capaces de entender que no podemos seguir maltratando al planeta? Le preguntaré al autor, y os lo contaré…

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