Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

martes, 2 de febrero de 2016

Spotlight: periodismo de calidad y papel

Los abusos sexuales por parte de sacerdotes no formaban parte de la agenda setting. Eso que en época de los dinosaurios enseñaban en la Facultad de Periodismo y que básicamente es la relevancia que los medios de comunicación dan a las informaciones. Es decir, hay informaciones que existen mucho;  otras, poco y otras nada según se considere por las empresas informativas. Si alguien tiene interés, hay tochos dedicados al asunto… El periodismo de investigación tradicional, de calidad, suele situarse fuera de la agenda setting. Un gran reportaje puede comenzar por la “irrelevante” información de un breve perdido y emparedado en una página par. Spotlight es una gran película en la que el protagonista es el periodismo de investigación bien hecho, no los periodistas; ni siquiera el escándalo sexual que envuelve a la Iglesia católica.

Hacía tiempo que al finalizar una película no me sobrevenían las ganas de aplaudir y con Spotlight me ha ocurrido. No digo a rabiar, pero sí aplaudir. La historia que relata la cinta es real y no tan lejana. Cuenta la historia del equipo de investigación del Boston Globe, Spotlight, que sacó a la luz innumerables casos de pedofilia perpetrados por sacerdotes católicos. Este trabajo consiguió que el periódico fuera galardonado con un premio Pulitzer.

Sin duda será uno de los grandes títulos de cine sobre periodismo como Todos los hombres del presidente, Primera plana, Buenas noches y buena suerte…, en la que los periodistas son, como se dice ahora, “gente normal”. Raros por amar su profesión, por no callarse ante el poder, por echar horas y horas trabajando, pero gente normal enamorados de desvelar verdades ocultas.

El papel del papel es importante, desde recortes o anuarios que sólo existen en papel, hasta el resultado impreso en papel, que ofrece seriedad al asunto. Y claro, si no hubiera fuentes, si los periodistas no bailaran suavemente con sus fuentes no habría historias que investigar.

También hay autocrítica y el valor de esa experiencia que sujeta los estribos a la juventud impaciente porque las prisas no suelen ser buenas compañías para rematar un buen trabajo. También hay abogados que trafican con silencios a cambio de buenas minutas. Y abogados que defienden a los más débiles enfrentados a Goliat con la prensa cómplice como honda.

Una peli muy recomendable en todos los sentidos. Es más, si no hubiera sido por el 11-S, la gran bomba informativa habría resquebrajado quizá con más virulencia los pilares de la Iglesia católica. Pero la agenda setting, es la agenda setting.

País: Estados Unidos.
Director: Thomas McCarthy.
Guión: Thomas McCarthy, Josh Singer.
Reparto: Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Liev Schreiber, John Slattery, Stanley Tucci, Brian d'Arcy James, Gene Amoroso, Billy Crudup, Elena Wohl, Doug Murray, Sharon McFarlane, Jamey Sheridan, Neal Huff, Robert B. Kennedy, Duane Murray, Brian Chamberlain, Michael Cyril Creighton, Paul Guilfoyle, Michael Countryman.


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