
“Yo me atrevería a pensar que Anónimo, quien escribiera tantos poemas sin firmarlos, fue a menudo mujer”
Estamos conmemorando este año el 70 aniversario de esa muerte que fue a buscar una persona excepcional, que peleó para que las mujeres pudieran abrirse espacio en el mundo de la escritura. Famosa fue su sentencia, “una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción”.
El Círculo de Bloombsbury era contrario a la exclusividad sexual, y en 1922, Virginia conoce a la escritora y jardinera Vita Sackville-West con quien mantiene una relación sexual durante los años 20.
Quizá truculentas secuencias de la infancia despertaron un trastorno bipolar en Virginia, que padecía tremendos e incontrolables cambios de humor, lo cual no impidió que paralizara su obra literaria. Antes de que ello ocurriera, tras llenarse los bolsillos del abrigo de piedras, se lanzó al río Ouse y se ahogó.
Fue en 1905 cuando comenzó a escribir profesionalmente, en principio para el Times Literary Supplement, pero es en Una habitación propia donde revela la evolución del pensamiento feminista.
Virginia Wolf anduvo mucho tiempo olvidada, como tantas. Este año no hay excusa para mantener viva su memoria.
A mí, su muerte me recuerda a la de Alfonsina Storni. Y este tema eterno interpretado por la eterna Mercedes Sosa: