Poco tardaron los madrileños en apodarlo como El Pirulí. La torre de Radio Televisión Española nos acercaba a las grandes capitales europeas. Ahora la cosa es distinta. Incluso está algo demodé.
Pero ahí sigue, formando parte del sky line del foro como una enorme pica en Flandes, apuntando hacia el cielo como si de símbolo masónico se tratara.
Nuestro castizo pirulí al final, gracias a la tecnología, cada vez menos responsable de esas espantosas transmisiones televisivas.
Quizá un día quede como los toros de Osborne, como una parte de nuestra vida de las que nos cuesta desprendernos.
Pincha AQUÍ y lo ves.
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