Hasta hace unas semanas el paso subterráneo de peatones era lugar de acogida de mendigos. El nauseabundo hedor de noches de miseria era insoportable. Siempre que podía intentaba pasar por ahí para no perder la perspectiva...
Cosas de la vida, justo encima de este pasadizo se encuentra el Banco de España; en la otra acera, el Ayuntamiento de Madrid; en la otra, el palacio de Linares, o sea, la Casa de América; en la otra, el Palacio de Buenavista, o sea, el Cuartel General del Ejército. Todo ello vigilado por la diosa Cibeles.
Miles de turistas de todo tipo y condición rebosan las aceras de la zona cámara en ristre. Pero ninguno bajaba al paso peatonal, semicamuflado.
El Ayuntamiento ha decidido poner orden. El pasadizo está siendo remodelado. La foto pertenece a la primera fase de esa remodelación. Ahora, el pasadizo está repleto de luz, limpio relimpio. Las vergüenzas de Madrid, sus miserias han sido expulsadas a otros pasadizos, aceras, puertas de iglesia.
Ahora, la perspectiva ha cambiado. La perspectiva es perfecta. A pesar de su perfección yo intento no perder la mía.
No sé, a mí me recuerda a la nave de 2001, una odisea en el espacio, con ese toque setentero...
Si no lo has hecho al principio, pincha aquí para ver la foto.
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