¡Que cada uno levante lo que quiera! , ha dicho Rubalcaba. (¡y lo que pueda!, añadiría yo). En el PP, que son expertos en manipular símbolos, robar unos -, tanto que se autodenominan "populares"-, y machacar otros, ahora les ha dado por los puños. Para Espe, dueña del cortijo de la Comunidad de Madrid, levantar el puño es "amenazante de quien ha ejercido una ideología totalitaria".
Para Mariano Rajoy, la alegría de la huerta, un personaje que vive en blanco y negro; el puño es "antiguo" y "triste". Pero, ¿cómo les va a gustar los puños a estos herederos nostálgicos del brazo en alto que han sido incapaces de segar los puños de tantos españoles?
No soy yo muy mitómano de los símbolos, así que sí, como dice Rubalcaba, que cada uno levante lo que quiera. La cuestión es que ellos, Espe, Mariano, los obispos…, se avergüenzan de levantar el brazo, mientras que el puño en alto sí tiene dignidad. La dignidad de la lucha de clase, de la lucha por la justicia.
Ellos no usan los puños simbólicamente. Sus grandes empresarios: amigos, acólitos, cuando no marionetas (¿o al revés?) son de la cofradía del puño cerrado. Sus puños son violencia, fueron violencia en Irak y casi chiste de mal gusto en el islote de Perejil. Ellos son puñeteros en todas sus acepciones.
No soportan esos mares de puños reclamando justicia, "millones de puños gritan su cólera por los aires, cantaba en su Asturias, Víctor Manuel. No soportan las verdades como puños. No soportan los rudos puños jornaleros frente a los amos:
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Para Mariano Rajoy, la alegría de la huerta, un personaje que vive en blanco y negro; el puño es "antiguo" y "triste". Pero, ¿cómo les va a gustar los puños a estos herederos nostálgicos del brazo en alto que han sido incapaces de segar los puños de tantos españoles?
No soy yo muy mitómano de los símbolos, así que sí, como dice Rubalcaba, que cada uno levante lo que quiera. La cuestión es que ellos, Espe, Mariano, los obispos…, se avergüenzan de levantar el brazo, mientras que el puño en alto sí tiene dignidad. La dignidad de la lucha de clase, de la lucha por la justicia.
Ellos no usan los puños simbólicamente. Sus grandes empresarios: amigos, acólitos, cuando no marionetas (¿o al revés?) son de la cofradía del puño cerrado. Sus puños son violencia, fueron violencia en Irak y casi chiste de mal gusto en el islote de Perejil. Ellos son puñeteros en todas sus acepciones.
No soportan esos mares de puños reclamando justicia, "millones de puños gritan su cólera por los aires, cantaba en su Asturias, Víctor Manuel. No soportan las verdades como puños. No soportan los rudos puños jornaleros frente a los amos:
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Felicitación por tu magnífico y acertado "Puños, puñetazos y puñeteros", ilustrado de las imágenes "En la plaza del pueblo", que me han sinceramente emocionado.
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