Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

miércoles, 21 de octubre de 2009

El secreto de sus ojos

Alguna vez me he quedado en la puerta del cine por aquello de "localidades agotadas", lo que no me había ocurrido nunca es que la señora taquillera me ofreciera la última entrada y que además fuera cierto. Esto me sucedió el día de la manifestación contra la reforma de la Ley del aborto, que, mientras algunos se manifestaban, las salas de cine estaban hasta los topes. Y en el caso de El secreto de sus ojos, en mi opinión, con motivos. Coincido en que los ojos no son buenos guardianes de secretos…

Se trata de una intriga, más o menos predecible, dibujada en el drama que es la vida, a veces con pinceladas trágicas, a veces con pinceladas cómicas. Y todo ello con la musicalidad, cuando no la retranca, de los giros lingüísticos argentinos.

Campanella, director de esta cinta, nos muestra vicios, virtudes y sentimientos humanos. En un par de frases disecciona qué es la pasión; hace una metáfora del "amor puro"; nos muestra qué es la amistad y, quizá, toda la película sea una excusa para animar a que llenemos nuestras vidas vacías, o al menos, algunas partes vacías de nuestras vidas.

El relato es el back ground, como dicen los entendidos, que supone la novela que va escribiendo Benjamín Espósito, interpretado por Ricardo Darín. Espósito es oficial de un juzgado y no puede olvidar un expediente ocurrido hace veinte años. Al jubilarse decide novelar los hechos con la ayuda de Soledad (Irene Hastings), superior de Espósito y asignatura pendiente. También es destacable la importancia que tiene el ejercicio de escribir como instrumento para encontrarnos a nosotros mismos.

La cinta, además, nos muestra el contexto histórico de Argentina en la que el caciquismo imperaba en la vida política y en la justicia. Impresionantes las escenas que transcurren en el palacio de justicia de evidente influencia masónica en sus antiguas construcciones. Destacable también el entrañable personaje de Sandoval, el amigo alcohólico, "el único amigo" del protagonista, interpretado por Guillermo Francella.

Al encenderse las luces de la sala atiborrada, la señora de dos filas por delante, que ya hablaba alto, ya: "no me ha gustado nada".Y su amiga: "pues a mí sí". La de la fila por delante: "menudo peliculón". La de mi izquierda y su compañera estuvieron en silencio hasta que pasaron todos los créditos, que fui el último en salir de la sala por este detalle. Pero sí. A mí sí me gustó.


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1 comentario :

  1. Lamentablemente poco se sabe del director de este film, aquí en España, pero seguro que a más de uno le sorprendería saber que Juan José Campanella fue director de algunos episodios de series norteamericanas como House o Ley y Orden, además de que alguna de sus películas (no recuerdo cual) fue nominada a un oscar.

    Aún no he tenido tiempo para ver "El secreto de sus ojos", pero no dudo de que se trate de un excelente trabajo. A ver si este finde...

    Por cierto Alfon... te he dejado por ahí un e-mail ;-)

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