Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

jueves, 1 de octubre de 2009

El secreto de Yolanda Ruano

Cada seís veces me cruzo con ella (o sea, cada dos por tres). Mi afición (quizá obsesión) al pilates me llevó hace unos meses a preguntarle por su postura. Porque Yolanda andaba algo cargada de hombros, pero al tiempo, no me cuadraba que su nuca tuviera cierto estiramiento de ballet clásico (también podía ser genético).


No era genético. Yolanda guarda en su postura clases de ballet de otros tiempos. Y Yolanda se creció. Su nuca apuntó al cielo mientras sus hombros descendían. Y coincidiendo con el estiramiento reventó su arte, porque es innegable que Yolanda es una artista que necesita crear para respirar, para crecerse, para vivir, no digo yo feliz, pero sí con alegría. Y que esos colores rojos que tanto ama se proyectaran a través de sus manos.

Aunque parece que son estos malos tiempos para la lírica, Yolanda, que asegura hacer las cosas cuando las tiene claras, acaba de exponer una magnífica obra (Series y Fragmentos) en la Galería EME 04, una obra en la que el espíritu ceramista de Yolanda está presente, al igual que está presente el otoño que nos atrapa con sus colores y sensaciones. Yolanda le da gran importancia a las series, como mínimo hace dos obras con el mismo leit motiv, porque le gusta investigar los materiales. Y ese afán por la investigación hace que guarde el mejor de sus secretos.

Con una mirada entre canalla e inocente se niega a explicar cuál es el material que utiliza como soporte. Y tanto guarda el secreto que, con las pocas pistas que da, la conclusión a la que llego es que posiblemente sea piel humana…

Pero no parece la Ruano una asesina en serie de película de terror. Aunque, no sé. Es tan elocuente cuando explica su amor hacia el cuadro que le sirvió de inspiración para toda esta serie…, habla de él con una mezcla de amor y odio. Como se puede hablar de un amigo, o de un amante. Esa obra, una especie de dios creador del resto de la exposición, miraba a los transeúntes y paseantes de la calle Fernández de la Hoz, desde la cristalera de la galería EME 04. Y Yolanda posaba orgullosa ante su obra.

3 comentarios :

  1. Deberé plantearme la posibilidad de hacer pilates... no por mi nuca, que esa ya no tiene remedio después de 30 años con malas posturas sobre el tablero de dibujo. Más bien porque algo hay que hacer para compensar el sedentarismo extremo de una profesión como esta.

    De todos modos creo que cualquier tipo de deporte es ciertamente insano. Practiqué boxeo durante tres años (No sabías eso. Verdad? ;-) Conseguí ponerme en forma y aliviar mi estrés, pero... también terminé con la nariz rota por dos veces, tres muelas que aún ando bucando por la lona del ring, todas las costillas fisuradas y derrame de líquido sinovial en muñecas y nudillos.

    Sigue gustándome el boxeo, pero prefiero ver como son otros los qe lo practican ;-)

    Si es que el deporte... es sano que te cagas!! :-D

    Abrazos Alfon.

    PDT: Al respecto de los cuadros de Yolanda... ya te comentaré algo, pero en privado.

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  2. Supongo que para boxear te quitabas las gafas..., y así te iba.

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  3. El motivo de que use gafas es la miopía; es decir... que sólo tengo problemas para ver de lejos, y al adversario, a veces, lo tiene uno más cerca de lo que desearía. Además, existe una teoría en el mundo del boxeo que asegura que los boxeadores miopes juegan con cierta ventaja. Es demasiado compleja para contarla aquí, así que... ya te la contaré, y espero que pronto.

    Y oye!... que yo también repartí lo mío ;-)

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