Blog de Alfonso Roldán Panadero

Autorretrato
Mi foto
En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

martes, 16 de junio de 2009

Memoria histórica y traición: el General Torrijos no tiene calle en Madrid

Después de tanto reflexionar el sentido de mi voto en las elecciones del 7-J, me he retirado a reflexionar sobre el sentido de muchas cosas. Mis reflexiones se han visto algo alteradas por revueltas en Irán, por fichajes futbolísticos con novia incluida, por esperanzas para Palestina, por acuerdos y traiciones en Caja Madrid…, que yo creo que si se busca, se encuentra relación entre todos estos asuntos. En medio del relajo me reencontrado con un personaje que, hablando de traiciones, padeció una que le costó la vida.



En este país sabemos muy bien la dificultad que existe para con determinada parte de la historia. No es ya el asunto de la memoria histórica y cerrar heridas aún recientes. Los olvidos vienen de lejos. Una víctima de esta triste circunstancia es el General Torrijos, un madrileño que no tiene ni calle, ni avenida, ni plaza en la ciudad que le vio nacer, un 20 de marzo de 1791, en la calle Preciados, 28 (actual número 32).

El general Torrijos tiene una plaza dedicada en Málaga y en otra, la de la Merced, ante los ojos de la casa natal de Picasso, se levanta un obelisco bajo el que descansan los restos del general y sus leales, fusilados el 11 de diciembre de 1831 por orden expresa y directa de uno de los mayores cánceres que ha padecido la historia de este país: Fernando VII.

Torrijos luchó en la Guerra de la Independencia en Madrid, cuando ésta se inicia ya era capitán y al finalizar adquiere el grado de brigadier. Pero fue un militar liberal, que se levantó una y otra vez contra el absolutismo de Fernando VII. En 1817 participa en el fallido levantamiento del General Lacy (que sí tiene calle en Madrid) y es encarcelado hasta que la rebelión victoriosa de Rafael Riego, en 1820, le excarcela. Será el encargado de dirigir la resistencia de los Cien mil hijos de San Luis, por la que potencias europeas querían reponer a Fernando VII en el trono español. En 1824, con el retorno de Fernando VII, se exilia a Inglaterra donde contacta con románticos revolucionarios ingleses y españoles.

Es en 1830 cuando se dirige a España para iniciar un levantamiento desde Andalucía contra Fernando VII, pero es traicionado por el gobernador de Málaga, antiguo compañero de armas, siendo apresado en Alhaurín de la Torre junto a 48 compañeros. Es trasladado a Málaga. El 9 de diciembre llega la orden personal de Fernando VII para que sea fusilado y el amanecer del día 11 se cumple la sentencia del absolutista en las malagueñas playas de San Andrés.

Torrijos fue una auténtica pesadilla para Fernando VII. Me resulta inexplicable que no tenga una calle en Madrid, su ciudad. El único recuerdo a su memoria en la capital es una placa en donde se ubicó la casa en que nació, costeada por la Asociación Torrijos por la Libertad. La historia de España y de Madrid tiene nombres de luchadores por la libertad casi desaparecidos. La lucha de Torrijos, madrileño y liberal en su época, debería estar por encima de cualquier partido político. Su sentido de la libertad desde el ejército puede recordar a otros grandes olvidados contemporáneos, los militares de la UMD (Unión Militar Democrática), represaliados por el otro cáncer absolutista de nuestra historia: Franco.

El general Torrijos no puede ser obviado por la historia de Madrid.

Y, hoy, 15 de junio de 2009, hace 220 años que acabó la travesía del Motín de la Bounty. Este hecho sí ha dado para estudios, novelas y filmografía. Me voy a releer el final de la historia en la novela de John Boyne, el de El niño con el pijama de rayas.


">

1 comentario :

  1. Me ha encantado esta entrada. Siendo malagueña conocía la histotia de Torrijos de "oídas", pero tras visitar el Padro, el cuadro de Gisbert me impacttó, estoy realmente impresionada y también le he dedicado unaentrada en mi blog, de hecho no creo que sea la única que le dedique.

    Saludos.

    ResponderEliminar