La suerte que tiene el PP es que cuando la sombra de la corrupción planea sobre sus siglas, sus militantes, sus diputados. Incluso cuando la sombra se transmuta en sentencia firme, la ciudadanía, o mejor los votantes, no les castiga.
Es algo que debe existir en el subconsciente colectivo de nuestro pueblo, que identifica al PP con la derecha caciquil y choriza de tiempo atrás. Es bueno que la ciudadanía castigue a los corruptos de la izquierda, pero es malo que a la derecha se le consienta en las urnas. También es positivo que, por fin, la justicia en España esté derribando los muros de esa riqueza corrupta y poderosa que conchaba con políticos.
Entre estos personajes pseudo mafiosos destaca de un tiempo a esta parte Francisco Correa, quien según todos los indicios ha estado untando, pero bien, a unos cuantos políticos del PP. Tanto huele el asunto que Rajoy ha quitado el carné a unos cuantos chicos diputados de Espe: al ex consejero de Deportes, Alberto López Viejo, viejo conocido de este blog; Alberto Bosch y Benjamín Martín Vasco. Parece que no se irán al Grupo Mixto, porque como vayan desfilando al Grupo Mixto todos los sospechosos, se hacían con la mayoría absoluta (no creo que difiriera mucho la situación actual, pero esa sería una larga historia de redactar).
Y en estas estábamos, cuando El Mundo nos cuenta que Correa financió un musical titulado Las Corsarias protagonizado por Malena Gracia, Marlene Mourreau y Rosanna Walls. El capricho costó 481.000 euros y se mantuvo tres días en el Teatro Apolo de Barcelona, entre el 15 y el 18 de diciembre de 2005. Parece ser que las tres corsarias trabajaban para una empresa de Correa de la que era socio otro famosillo de moda: Alvaro Pérez, El Bigotes, el que pagaba los trajes al presidente valenciano, Francisco Camps.
Vista alguna foto de Las Corsarias, parece que El Bigotes no gastó mucho en tela para las artistas, que como decía la promoción de la obra, era una "zarzuela tipo revista, donde la belleza femenina se muestra tal como es".
Paco Correa creó tres corsarias porque él, con sus antecedentes se debe considerar un pirata: ex legionario, ex bancario, ex agente de viajes, ex organizador de eventos. Pero le falta ese punto simpaticón para ser un pirata. A pesar de que la letra del Sabina, cuadre bastante:
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Con estas reflexiones aparcadas y tomando posiciones en ese top de preocupaciones la situación del Madrí y la gripe porcina, ya muy cerca de la crisis, marche a ver Arte para reirme. El problema es que sólo me sonreí un par de veces. Vi esta obra en 2005, protagonizada por Ricardo Darín. Disfruté de vuelta al ruedo. El patio de butacas explotaba en risas, interrumpía en aplausos y salías de la sala con satisfacción con la enorme satisfacción de haber disfrutado con un texto magnífico y una espléndida interpretación.
En esta ocasión, no. Luis Merlo, Alex O'Dogherty e Iñaki Miramón, son unos tipos que me caen muy bien. Pero me a mí daba la impresión de que estaba viendo una serie de televisión. A Merlo lo veía en sus personajes y a O'Dogherty, le veía en Cámara Café, a pesar de que en Mateo, de Antena 3, interpreta con acierto un personaje muy diferente. Y es que los teatros se llenan a pesar de la crisis, pero apuestan por éxitos pasados interpretados por rostros televisivos. Y eso es un poco de trampa.
No quiero yo quitar la ilusión a nadie, que Arte es una gran obra que trata un tema original: la amistad entre tres hombres, sin que, hablen ni de mujeres, ni de fútbol. Quizá el problema es que en 2005, me gustó en exceso. Y eso que me perdí la versión de Flotats…
Es algo que debe existir en el subconsciente colectivo de nuestro pueblo, que identifica al PP con la derecha caciquil y choriza de tiempo atrás. Es bueno que la ciudadanía castigue a los corruptos de la izquierda, pero es malo que a la derecha se le consienta en las urnas. También es positivo que, por fin, la justicia en España esté derribando los muros de esa riqueza corrupta y poderosa que conchaba con políticos.
Entre estos personajes pseudo mafiosos destaca de un tiempo a esta parte Francisco Correa, quien según todos los indicios ha estado untando, pero bien, a unos cuantos políticos del PP. Tanto huele el asunto que Rajoy ha quitado el carné a unos cuantos chicos diputados de Espe: al ex consejero de Deportes, Alberto López Viejo, viejo conocido de este blog; Alberto Bosch y Benjamín Martín Vasco. Parece que no se irán al Grupo Mixto, porque como vayan desfilando al Grupo Mixto todos los sospechosos, se hacían con la mayoría absoluta (no creo que difiriera mucho la situación actual, pero esa sería una larga historia de redactar).
Y en estas estábamos, cuando El Mundo nos cuenta que Correa financió un musical titulado Las Corsarias protagonizado por Malena Gracia, Marlene Mourreau y Rosanna Walls. El capricho costó 481.000 euros y se mantuvo tres días en el Teatro Apolo de Barcelona, entre el 15 y el 18 de diciembre de 2005. Parece ser que las tres corsarias trabajaban para una empresa de Correa de la que era socio otro famosillo de moda: Alvaro Pérez, El Bigotes, el que pagaba los trajes al presidente valenciano, Francisco Camps.
Vista alguna foto de Las Corsarias, parece que El Bigotes no gastó mucho en tela para las artistas, que como decía la promoción de la obra, era una "zarzuela tipo revista, donde la belleza femenina se muestra tal como es".
Paco Correa creó tres corsarias porque él, con sus antecedentes se debe considerar un pirata: ex legionario, ex bancario, ex agente de viajes, ex organizador de eventos. Pero le falta ese punto simpaticón para ser un pirata. A pesar de que la letra del Sabina, cuadre bastante:
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Con estas reflexiones aparcadas y tomando posiciones en ese top de preocupaciones la situación del Madrí y la gripe porcina, ya muy cerca de la crisis, marche a ver Arte para reirme. El problema es que sólo me sonreí un par de veces. Vi esta obra en 2005, protagonizada por Ricardo Darín. Disfruté de vuelta al ruedo. El patio de butacas explotaba en risas, interrumpía en aplausos y salías de la sala con satisfacción con la enorme satisfacción de haber disfrutado con un texto magnífico y una espléndida interpretación.
En esta ocasión, no. Luis Merlo, Alex O'Dogherty e Iñaki Miramón, son unos tipos que me caen muy bien. Pero me a mí daba la impresión de que estaba viendo una serie de televisión. A Merlo lo veía en sus personajes y a O'Dogherty, le veía en Cámara Café, a pesar de que en Mateo, de Antena 3, interpreta con acierto un personaje muy diferente. Y es que los teatros se llenan a pesar de la crisis, pero apuestan por éxitos pasados interpretados por rostros televisivos. Y eso es un poco de trampa.
No quiero yo quitar la ilusión a nadie, que Arte es una gran obra que trata un tema original: la amistad entre tres hombres, sin que, hablen ni de mujeres, ni de fútbol. Quizá el problema es que en 2005, me gustó en exceso. Y eso que me perdí la versión de Flotats…
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